Nos encontramos con una etapa de lo más plácida, bien señalizada y sin dificultades destacables, ya que no afrontaremos desniveles de consideración. Además, a diferencia de las etapas anteriores, hoy atravesaremos varios núcleos rurales, lo que hará mucho más entretenidos los más de 27 kilómetros que separan Vilarinho y Barcelos en el Camino Portugués Central. Sin embargo, los peregrinos que lo prefieran pueden acortar la etapa haciendo noche en pueblos como Pedra Furada o Barcelinhos.
Etapa
16
Longitud
27,3 Km
Dificultad
Media
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Podremos caminar sin prisa, pero sin pausa desde nuestra salida de Vilarinho. Eso sí, aunque el itinerario se encuentra perfectamente indicado, el Camino Portugués fue modificado en varios tramos entre los años 2010 y 2012, algo que agradeceremos pues evitaremos así peligrosos tramos por carretera. Al final del día nos espera la ciudad de Barcelos, famosa por su gallo y por ser la capital de la artesanía de Portugal.
El recorrido entre Vilarinho y Barcelos es una de las etapas más sencillas de todo el Camino Portugués desde Lisboa,ya que no tiene repechos de consideración. A tu llegada a Barcelos puedes decidir si quedarte una noche más, ya que el casco histórico de la ciudad bien merece una visita sosegada.
Por lo demás, la etapa no supondrá dificultades añadidas para ciclistas o para los peregrinos con movilidad reducida.
Durante esta etapa entre Vilarinho y Barcelos del Camino de Santiago son varios los puntos de interés para el peregrino. A principio de etapa podremos ver el precioso puente de Zameiro a la salida de la localidad de São Pedro de Rates, cuya iglesia es uno de los templos románicos más importantes de Portugal.
La llegada a Barcelos, ciudad de la leyenda del gallo de Portugal, nos descubre una urbe que nos llamará a quedarnos un poco más para descubrirla. Recomendamos visitar el puente medieval, el Paço dos Condes de Barcelos y la Torre da Porta Nova. También resulta interesante la iglesia matriz de Barcelos, construida en el siglo XV y el Jardín das Barrocas, un espacio ajardinado monumental realizado en el siglo XVIII en estilo rococó provincial.
En cuanto a la gastronomía nos encontramos en la ciudad del gallo asado, que cada restaurante elabora con su propia receta ancestral. Además del bacalhau, omnipresente en todo Portugal, aquí las cartas de bares y restaurantes también ofrecen platos típicos de la región como el las papas de Sarrabulho, el pulpo o la sopa verde.
Además, Barcelos es una de las capitales del vinho verde, un vino elaborado con uva joven, apenas madurada y con Denominación de Origen. Por último, la pastelería tradicional es uno de los grandes secretos de la ciudad. Destacan elaboraciones locales como las queijadinhas, las frutas confitadas, los sonhos, los ecleres y la crema de leche, presentes en restaurantes y pastelerías de toda la villa.