Por qué hacer el Camino Sanabrés y su historia
El Camino Sanabrés es quizás uno de los más desconocidos y menos populares entre los romeros. Sin embargo, las opiniones de todos aquellos que han realizado esta ruta jacobea son siempre de gratos recuerdos y de momentos inolvidables.
Hoy en nuestro blog queremos acercarte esta ruta y contarte algunos secretos de esta singular experiencia. Aunque ya te decimos que realmente por mucho que te digamos tendrás que animarte a descubrirlas por ti mismo para entender así todo. Te dejamos con la historia del Camino Sanabrés y con unas cuantas razones por las que emprender este itinerario jacobeo.
¿Por qué hacer el Camino Sanabrés?
Cuando hablamos de la ruta jacobea sanabresa lo hacemos de un camino de peregrinaje que aún mantiene parte de la esencia de antaño del Camino de Santiago. Desde luego que a ello contribuyen la historia, los paisajes y la hospitalidad intrínsecas a la ruta. Pero también lo hacen otros aspectos como la tranquilidad y soledad que aún se puede encontrar en la mayor parte de tramos del camino, algo que contrasta bastante con otras rutas más populares como el Camino Francés.
Y es que, por suerte para aquellos peregrinos que buscan la parte más espiritual de la experiencia, el Camino Sanabrés aún permanece alejado de la masificación de otros itinerarios, constituyendo una experiencia ideal para la observación y el encuentro con uno mismo.
Los preciosos parajes que habrá que atravesar también son una razón más que de sobra para animarse a caminar rodeados de impresionantes bosques de castaños y robles. De igual forma que el envidiable patrimonio cultural y natural presente a lo largo de la ruta.
Aunque, en cualquier caso, si hay una razón de peso para hacer el Camino Sanabrés es su historia. Y es que esta ruta se diferencia de las más conocidas en sus tradiciones e historias intrínsecas a la región. Y es que no solo los devotos recorrían estos senderos, sino también muchas otras personas con intereses de lo más diverso. Era el caso de por ejemplo viajeros, comerciantes y trabajadores gallegos, que viajaban a las castillas en la época de la siega, motivo por el cual a lo largo del itinerario florecieron una gran cantidad de hospitales y monasterios.
En cuanto al trazado propiamente dicho (muy bien señalizado) hay que tener presente que en tierras gallegas existen dos variantes para alcanzar Compostela. La más corta y popular pasa por A Gudiña y Laza, mientras que la otra se desvía por Verín alargando el camino, en un recorrido ideal para los bicigrinos puesto que transcurre en su mayor parte por carreteras bien pavimentadas. Esta última permite también enlazar con la variante interior del Camino Portugués en la ciudad lusa de Chaves.
Historia del Camino Sanabrés
La historia del Camino Sanabrés comienza en sus propias denominaciones. No en vano es conocido también como Camino Mozárabe o Camino Gallego del Sur en clara alusión al origen de muchos de sus caminantes.
Una de las cosas que más llama la atención de esta ruta es que recorre muchas de las antiguas calzadas construidas por los romanos. Senderos recorridos por la mayoría de los pueblos que se asentaron a lo largo de los siglos en la Península Ibérica, desde los celtas, pasando por los propios romanos o los peregrinos cristianos que visitaban Compostela.
Naturalmente, el Camino Sanabrés ha estado ligado desde siempre a la famosa Vía de la Plata, vía de comunicación que enlazaba el sur de la península con el norte. Y como algunas otras rutas jacobeas, su trazado no responde a un motivo concreto, sino a la necesidad de buscar una alternativa de entrada a Galicia que fuese más directa y accesible. Es así como nació la ruta jacobea sanabresa, que se adentraba en la provincia de Ourense utilizando los caminos conocidos por las personas de aquella época.