Historia del Camino de Santiago: así fue como comenzó todo
Que el Camino de Santiago se ha convertido en una de las peregrinaciones más populares de la actualidad no escapa a nadie. Pero… ¿sabes realmente cuál es la historia del Camino de Santiago? ¿Cómo surgió y su origen? ¿Cuáles son las principales leyendas de la tradición jacobea?
Ahora que estamos inmersos en un Año Xacobeo extraordinario es sin duda el mejor momento para detenerse y echar un rato la vista atrás para conocer toda la historia de esta famosa ruta de peregrinación milenaria lo que al mismo tiempo nos sirve para entender la peregrinación actual y el fenómeno jacobeo. ¿Nos acompañas?
Índice
Historia del Camino de Santiago
Si pretendemos buscar los orígenes del Camino de Santiago debemos trasladarnos a los inicios del cristianismo y detenernos en la figura de uno de los discípulos de Jesucristo: Santiago, más conocido como Santiago el Mayor.
Jesucristo y Santiago el Mayor
Por la Biblia se sabe que Santiago el Mayor era un pescador de Galilea, hijo de Zebedeo y Salomé y hermano de otro de los discípulos de Cristo, Juan Evangelista. También se sabe que era apodado como “el hijo del Trueno” por su fuerte carácter y vehemencia y que era uno de los seguidores más cercanos a Jesús, estando a su lado en los momentos más importantes de su vida.
Con la crucifixión y muerte de Jesús y de igual forma que el resto de los Apóstoles, Santiago se dedicó en cuerpo y alma a predicar y extender el Evangelio por todo el mundo, llegando incluso hasta las lejanas tierras de Hispania. Bien es cierto que poco se conoce con veracidad de sus viajes por la Península Ibérica, aunque la tradición cuenta que alcanzó tierras gallegas en los confines de la antigua Gallaecia, actual Galicia.
Tras su laborioso e infructuoso periplo predicador en tierras hispanas regresó finalmente a Palestina en torno al año 44 d.C., donde el rey Herodes Agripa I ordenaría su muerte, convirtiéndose así en el primer Apóstol en morir por la fe cristiana. Con su fallecimiento podríamos decir que comenzó la historia del Camino de Santiago y de lo que hoy en día son la catedral y la ciudad de Santiago de Compostela.
Traslatio: traslado del cuerpo del Apóstol a Iria Flavia
Haciendo caso omiso a las órdenes del rey de enterrar a Santiago, sus discípulos Atanasio y Teodoro decidieron transportar su cuerpo en una barca de piedra hasta llegar a la costa norte de la Península Ibérica y remontar el río Ulla. Es lo que se conoce como la Translatio o Traslatio, término en latín de la tradición jacobea que se refiere a este legendario viaje.
Iria Flavia fue su primera parada, atando la barca a un miliario de piedra conocido como el «Pedrón», origen de lo que hoy es el pueblo de Padrón. Dicho miliario aún puede verse hoy en día en la iglesia local dedicada como no podía ser de otra forma a Santiago.
Iria Flavia era dominio por aquel entonces de la mítica Reina Lupa (Raíña Lupa en gallego), mandataria pagana que gobernaba la zona en alianza con los romanos. Esta quiso engañar a Teodoro y Atanasio y los sometió a duras pruebas antes de que se las acabasen arreglando para poder enterrar al Apóstol. La más popular tuvo lugar en el actual Pico Sacro, lugar donde la reina mandó a los discípulos a por unos bueyes salvajes creyendo esta que iba a tenderles una trampa. Los salvajes animales se volvieron dóciles con sus rezos y plegarias y fueron los encargados del último viaje del cuerpo del Apóstol.
Es más, la tradición también cuenta que fueron los propios bueyes los que finalmente eligieron el lugar de enterramiento del Apóstol lo que a la postre marcaría la historia del Camino de Santiago. Fue en una zona cercana a la fuente donde se pararon a beber y que aún pervive hoy en día en la Rúa do Franco de Santiago, a unos pocos metros de la Catedral y de la Plaza del Obradoiro.
Obrado tal milagro, a la reina Lupa no le quedó más remedio que convertirse al cristianismo y ofrecer un lugar para el sepulcro del Apóstol. Es lo que se conoce como Arca marmárica, que quedó al cuidado de los discípulos cuyos cuerpos fueron sepultados junto a los de su señor quedando la tumba en el olvido durante algunos siglos.
El Campus Stellae y la aparición de la tumba del Apóstol: momento clave en la historia del Camino de Santiago
Tuvieron que pasar más de 800 años hasta que se produjese el hallazgo de los restos del Apóstol. El responsable fue Pelayo, un ermitaño del monte Libredón que en el año 823 observó durante varios días una lluvia de estrellas y destellos que señalaban un lugar concreto. Era el Campus Stellae nombre en latín que muchos relacionan con el nombre de Compostela.
Ante tal fenómeno el ermitaño decidió abandonar sus aposentos e ir a contar al obispo Teodomiro de Iria Flavia lo que había visto. Incrédulo en un principio, la insistencia de Pelayo hizo que el obispo fuese finalmente a comprobar con sus propios ojos los hechos. Cuando llegaron al lugar descubrieron oculto un sarcófago con tres cuerpos y pronto el obispo se dio cuenta de que acababan de encontrar la tumba del Apóstol.
Alfonso II, el primer peregrino de la historia
La importancia del descubrimiento hizo que la noticia corriera como la pólvora, viajando Teodomiro a Oviedo la capital del Reino para contárselo personalmente al monarca Alfonso II el Casto. El rey pronto se percata de la importancia del descubrimiento. Y es que hay que tener en cuenta el contexto de la época en el que los musulmanes dominaban ya el sur de la península y estaban empujando hacia el norte.
Es por ello por lo que el monarca astur decide trasladarse personalmente para verlo quedando para la posteridad como el primer peregrino de la historia del Camino de Santiago. Su recorrido entre Oviedo y Santiago transcurrió en su mayor parte por las antiguas calzadas romanas y caminos reales de la época y se convirtió de esa forma en la primera Ruta Jacobea, conocida hoy con el nombre de Camino Primitivo.
Será el propio Alfonso II el que ordene construir un modesto templo para custodiar los restos del Apóstol y tener así un lugar digno de visitar por parte de otros monarcas. La pequeña construcción pronto se quedó pequeña debido al fervor jacobeo y fue creciendo igual que el asentamiento en torno a ella, transformándose primero en basílica y luego en catedral.
Importancia del Camino de Santiago en el medievo
A este primer peregrino enseguida le sucederían miles y miles de romeros de todas las esquinas de Europa que caminaban hacia Santiago de Compostela movidos por la fe cristiana, haciendo de Santiago de Compostela el tercer gran centro de la Peregrinación Cristiana tras Jerusalén y Roma.
Los principales monarcas cristianos fomentaron la peregrinación a Santiago primero por el conocido hoy en día como Camino del Norte, un itinerario que recorría la cornisa cantábrica y evitaba así los territorios bajo dominio musulmán. Fue a medida que la Reconquista avanzó que la ruta del norte perdió importancia y comenzó a ser más popular el conocido como Camino de Santiago Francés. El mismo que el monje francés Aymeric Picaud detalló en el famoso Códice Calixtino del siglo XII y que se considera la primera guía de viaje en la historia del Camino de Santiago.
El paso del tiempo y la popularidad del Apóstol hizo que surgiesen otras rutas de peregrinación por toda la Península y por toda Europa tales como el Camino Inglés o el Camino Portugués.
Decadencia y resurgimiento moderno del Camino
Sin embargo, el Camino no fue ajeno a los cambios de la época y vivió su crisis. La primera coincidió con la reforma religiosa luterana que rechazaba el culto a los santos y las peregrinaciones. La segunda tuvo lugar tras la Revolución Francesa y las posteriores desamortizaciones acaecidas en España a principios del siglo XIX que dejaron el camino sin su infraestructura de monasterios y hospitales de peregrinos, provocando el declive definitivo de la peregrinación jacobea.
No fue hasta casi dos siglos después, en torno a los años 80 del siglo XX cuando se produjo una pequeña revitalización debido a la visita del Papa Juan Pablo II a Santiago en el año 1989. Tan ilustre visita tuvo lugar en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud en la que medio millón de jóvenes de todo el mundo se reunieron en Santiago, hecho que se consideró la mayor concentración de peregrinos jamás registrada.
Desde entonces el flujo de peregrinos no dejó de crecer de forma constante gracias a la labor de las asociaciones de amigos del Camino y las administraciones que pusieron todo de su parte para señalizar las rutas, recuperar itinerarios olvidados y promocionar turísticamente el Camino de Santiago.
Asimismo, hubo también otros dos hechos que contribuyeron enormemente a cambiar la historia del Camino de Santiago. En primer lugar, la declaración el 23 de octubre de 1987 por parte del Consejo de Europa como Primer Itinerario Cultural Europeo por su papel de impulsor del desarrollo en la región. Y, en segundo lugar, la declaración en 1993 por parte de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad coincidiendo con el Año Xacobeo.
Ahora que ya sabes la historia del Camino de Santiago… ¿a qué esperas para hacerlo?
Como nos hemos encargado de contarte a lo largo del artículo el Camino de Santiago no es solo una ruta que nos lleva a Santiago de Compostela a la tumba del Apóstol. Es mucho más. El paso del tiempo ha hecho de ella una herramienta de civilización, concordia y desarrollo cultural, artístico y social en toda Europa.
Esperamos que os haya gustado este artículo sobre los orígenes e historia del Camino de Santiago. Y que os haya inspirado para peregrinar por primera vez o hacer de nuevo otra ruta jacobea del Camino. ¡Ultreia!