Acostumbrados a las plácidas etapas precedentes atravesando la región del Douro, la etapa entre Barcelos y Ponte de Lima del Camino Portugués nos sorprenderá con frecuentes subidas y bajadas. El mayor reto de la jornada reside en la subida a Portela de Tamel, una rampa en la que subiremos 130 metros en poco más de 2 kilómetros. La histórica ciudad de Ponte de Lima nos espera al final. Sin embargo, los peregrinos que lo prefieran pueden acortar la etapa y pernoctar en localidades como Balugães, Vitorino dos Piães, Facha o Sobreiro, todas ellas con alojamientos a precios moderados.
Etapa
17
Longitud
34,5 Km
Dificultad
Media
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Esta etapa entre Barcelos y Ponte de Lima, con sus casi 35 kilómetros, será una buena piedra de toque para los peregrinos, que se encuentran ya muy cerca de tierras gallegas. Durante el camino será necesario afrontar alguna subida importante, pero a cambio dejaremos atrás las zonas rururbanas para atravesar agradables parajes vitivinícolas y una sucesión de pequeños núcleos rurales asentados en las laderas de los valles.
Estamos ante una etapa de largo recorrido del Camino Portugués, ya que son más de 34 los kilómetros que separan las localidades de Barcelos y Ponte de Lima. Para aquellos que deseen dividirla en dos, recomendamos establecer la etapa intermedia en Vitorino dos Piães, donde seguro nos encontraremos con otros peregrinos que eligen esta popular localidad para dormir. Pero también hay opciones en los pueblos de Balugães, Facha o Sobreiro, por lo que depende de cada uno como planificar el recorrido.
El recorrido que comienza en Barcelos discurre en algunos tramos por caminos asfaltados y sendas adoquinadas, por lo que se recomienda tomárselo con calma. A excepción de estos, la etapa no debería suponer dificultades añadidas, ni para ciclistas, ni para peregrinos con movilidad reducida.
La etapa entre Barcelos y Ponte de Lima del Camino Portugués concluye en la hermosa y monumental ciudad de Ponte de Lima considerada la «vila más antiga de Portugal». Emplazada a orillas del río Lima (Limia en Galicia), esta urbe puede presumir de albergar un importante patrimonio cultural y artístico. Destaca el monumento que le da nombre, la Ponte de Lima, un viaducto de origen romano del que aún se conservan algunos vestigios en una parte de la orilla norte.
En un paseo por la ciudad también podremos ver la torre da Cadeia Velha, la iglesia matriz de Vila do Conde o el Paço do Marqués de Ponte da Lima, un edificio de gran valor arquitectónico e histórico, datado del siglo XV. Durante la estancia en la ciudad también merece la pena la visita al Museo Nacional del Brinquedo (juego).
Como los días anteriores, en esta zona el cerdo es el ingrediente destacado de la gastronomía local. Uno de los platos más típicos que puebla las cartas de los restaurantes es el arroz con sarrabulho, elaborado con sangre, jamón, especias y acompañados de los típicos rojões. También, como en todo el país, destaca el bacalao, preparado en un guiso de cebollas y patatas. Aunque el pescado más típico de Ponte de Lima, de igual forma que en el cercano sur de Galicia, es de agua dulce: la lamprea, alrededor de la cual se celebra un evento gastronómico.
Y si ayer nos daba la bienvenida una de las ciudades clásicas del vinho verde, hoy llegamos a la verdadera capital de esta bebida. Por último, el toque dulce lo encontramos en postres típicos de la región como el leite-creme queimado y las belouras o farinhatos.
