Nos encontramos en la etapa entre Ponte de Lima y Rubiães, una etapa corta pero que sin duda resulta una de las más interesantes de todo el Camino Portugués. Los casi 40 kilómetros que separan Ponte de Lima de la frontera gallega hace que la mayoría de peregrinos opten por hacer noche a medio camino, siendo la localidad de Rubiães una de las preferidas. La jornada transcurrirá por entornos naturales al lado del río Labruja, arropados por bonitos bosques y montes El mayor reto será la subida al alto de la Portela Grande, tras la que comenzará un plácido descenso hasta Rubiães.
Etapa
18
Longitud
17,4 Km
Dificultad
Media
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La etapa Ponte de Lima – Rubiães es conocida por albergar la mayor subida de todo el Camino Portugués, al Alto da Portela. Un tramo con firme complicado que obligará a los bicigrinos a bajarse de la bicicleta y cargar con ella en alguno de sus tramos rocosos. Una alternativa que agradecerán es la que ofrece la carretera M-522, que después enlaza con la N-201. Estas recomendaciones también aplican a los peregrinos con discapacidad, que deberán desviarse de la ruta y continuar por asfalto.
Durante la etapa Ponte de Lima – Rubiães tendremos la ocasión de contemplar y visitar algunos monumentos de interés. No te pierdas la iglesia de Santa Marinha, en Arcozelo y la fuente das Três Bicas y la iglesia da Misericórdia, ambas en la cercana ciudad de Viseu. En el pequeño pueblo de Rubiães te recomendamos reservar un momento para acercarte a la bella iglesia románica de São Pedro o al puente de Rubiães, que formaba parte de la importante vía romana que conectaba Braga con Astorga.
En cuanto a la gastronomía, en los restaurantes de la zona, encontraremos además del bacalao o los rojões, productos de la región como los enchidos de porco, embutidos en español. No renuncies a probar tampoco el arroz de cabidela y, como no, el vinho verde, la bebida más emblemática de esta zona de Portugal.
En esta etapa entre Ponte de Lima y Rubiães tendremos que afrontar el repecho más duro de toda la ruta jacobea portuguesa, el alto da Portela Grande de Labruja. Un puerto antaño temido por los peregrinos medievales en el que ascenderemos más de 300 metros en poco más de 4 kilómetros. Conviene ir bien equipado y tomárselo con calma.