La etapa entre Burgos y Hornillos del Camino del Camino Francés no presenta grandes dificultades, pues es cómoda y no es demasiado larga. Dejaremos atrás la ciudad de Burgos por caminos asfaltados y entraremos después en la Meseta, que nos recibirá con largas y rectas pistas de tierra y piedra suelta. Es el inicio de nuestra andadura por tierras llanas, en la que descubriremos paisajes y pueblos medievales. Tan solo una pequeña muestra de las etapas venideras.
Etapa
13
Longitud
21 Km
Dificultad
Media

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La etapa entre Burgos y Hornillos del Camino del Camino Francés no presenta grandes dificultades orográficas. Sin embargo, el mayor enemigo será el clima. En verano el sol cae sin piedad sobre los peregrinos, que tendrán que afrontar largas travesías sin sombra alguna donde cobijarse. En esta tesitura, conviene llevar siempre reservas de agua (sobre todo en el tramo entre Rabé de las Calzadas y Hornillos) y echar protección solar. También resulta imprescindible madrugar, pues de lo contrario caminaremos muchas horas bajo un sol de justicia. Por el contrario, en Burgos el invierno puede ser muy duro, por lo que resulta vital ir abrigado. Botas impermeables, ropa de abrigo térmica, chubasquero y mudas de repuesto serán indispensables.
Para los que hagan el camino pedaleando, recomendamos estar atentos al terreno, pues existen algunos tramos pedregosos en los que puede que haya que empujar la bicicleta. No es una etapa muy compleja, pero hay que estar al loro.
Al igual que en la etapa anterior, en el recorrido entre Burgos y Hornillos del Camino del Camino de Santiago podremos disfrutar de la deliciosa gastronomía de Castilla y León. La morcilla de Burgos, el lechazo, la olla podrida, la sopa de ajo o los diversos guisos que sirven los restaurantes de la zona pueden ser un buen entrante. Y por supuesto, no te vayas sin probar el famoso queso fresco de Burgos, que ha hecho sonar el nombre de la provincia en todo el mundo.
En la etapa entre Burgos y Hornillos del Camino del Camino Francés nos adentramos completamente en el paisaje castellano, caminando por grandes llanuras jalonadas por extensos campos de cereal. Atentos al clima, pues no hay medias tintas. En verano nos enfrentaremos a las altas temperaturas y a largos tramos sin sombras donde resguardarse un mínimo tiempo para recuperarse. Sin embargo, en invierno, el frío será un compañero de viaje nada cómodo. Lo más habitual será encontrarse con ventiscas y nevadas que nos pondrán a prueba. Por suerte, la belleza de la mayoría de pueblos del camino nos inspirarán para llegar hasta Hornillos del Camino.