En la etapa entre Oliveira de Azeméis y Grijó del Camino Portugués, recorreremos algo menos de treinta kilómetros casi en su totalidad por asfalto, aunque sin desniveles reseñables. Esta etapa, antesala de la ciudad de Porto, nos llevará por lugares con mucha historia como Cucujães, cuyo monasterio es parada obligatoria si se dispone de tiempo. Tenemos la opción de acortar la etapa en las poblaciones de Arrifama o Lourosa, con los servicios necesarios para los peregrinos.
Etapa
13
Longitud
28,1 Km
Dificultad
Media
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Esta etapa entre Oliveira de Azeméis y Grijó del Camino Portugués no presenta dificultades de consideración. Eso sí, a nuestra llegada a Grijó solo encontraremos un albergue, debiendo desplazarnos hacia la cercana localidad de Vila Nova de Gaia.
La etapa no debería suponer dificultades añadidas para ciclistas o personas con movilidad reducida, a excepción de las resbaladizas aceras adoquinadas de las que hablamos anteriormente.
El Camino Portugués nos reserva en esta jornada algunos atractivos destacables. En primer lugar, te recomendamos la visita al Monasterio de São Martinho, situado en Cucujães, a pie del Camino de Santiago en la etapa entre Oliveira de Azeméis y Grijó. Una vez que arribes a esta última ciudad, también te aconsejamos visitar otro monasterio, el de São Salvador, construido en 922 y cuya iglesia del siglo XVI merece mucho la pena.
En cuanto a la gastronomía, aquí ya se nota bastante que estamos cerca de Porto. Así, en las cartas de los restaurantes destacan los platos de pescado como la lampreia, las sardinas y el bacalhau. También es típico el cabrito y otras elaboraciones locales como la sopa seca. No te pierdas la broa de Avintes, uno de los panes más tradicionales de Portugal.
Y, por supuesto, no te olvides que estamos en tierra de buenos caldos, así que es buena idea maridar todas las comidas con un vino. Por último, el toque dulce lo encontrarás en postres singulares como los velhotes da Braguesa o el leite creme queimado
El Camino Portugués, al igual que en las anteriores etapas, nos conducirá por paisajes urbanos o semiurbanos. El mayor reto de esta etapa que comienza en Oliveira de Azeméis, además de los vehículos, serán las irregularidades del pavimento, en el que suele abundar la superficie adoquinada, que se torna muy resbaladiza con la lluvia.