Monasterio de Uclés: descubre el «Escorial de La Mancha», una de las joyas arquitectónicas de Cuenca
No son pocos los que lo llaman «El Escorial de La Mancha». Y lo cierto es que, aunque las comparaciones siempre son odiosas, el imponente monasterio de Uclés es uno de los tesoros arquitectónicos más importantes de Cuenca, junto a Segóbriga y el Castillo de Belmonte.
El monasterio sorprende por su apariencia de fortaleza que denota lo que en realidad es, ya que fue «Caput Ordinis», es decir, la casa madre de la Orden Militar de Santiago. Seis siglos después esta fabulosa construcción vive una época de esplendor cultural pues en su interior se organizan actividades de todo tipo como conciertos, exposiciones o conferencias, además de visitas guiadas y actividades educativas.
Todo ello le valió el reconocimiento como «insignia cultural» de Castilla-La Mancha en 2021. Sin duda, el monasterio de Uclés es una obra digna de visita y es el momento de conocer su historia y todo lo que tiene que ofrecer. ¡Comenzamos!
Una pincelada de historia sobre el monasterio de Uclés
Si bien la colina sobre la que se levanta el monasterio de Uclés ya fue antiguamente un asentamiento de un castro celtíbero, hay que remontarse al período de dominación árabe (año 893) para encontrar los primeros documentos que hablan de una antigua fortaleza musulmana llamada Uqlish a donde el rey moro Mussa Ibn Zennun se retira desde Toledo convirtiéndola en la capital de un pequeño reino musulmán.
Ya en el año 1085, avanzada la Reconquista Cristiana, la fortaleza es tomada por el rey Alfonso VI de León que la pierde al año siguiente en la batalla de Sagrajas. No tardaría mucho en recuperala definitivamente ya que en torno al año 1091, en connivencia con el rey de la taifa de Sevilla Al-Mu’tamid hostigado por los almorávides, Alfonso VI acoge a sus nietos y a su nuera Zaida para protegerlos de los temibles guerreros bereberes recuperando así la fortaleza de Uclés.
Los almorávides castigaron a Al-Mu’tamid desterrándolo a África donde acabó falleciendo en torno al 1095. Zaida también enviudó ya que su esposo fue asesinado por los almorávides en el año 1091 e inició una relación con Alfonso VI dándole un príncipe heredero: Sancho Alfonsez. Fue este precisamente el que lideró los ejércitos cristianos a la temprana edad de 15 años durante la derrota en la batalla de Uclés contra los almorávides.
Siglo y medio después, tras un acuerdo de intercambio de castillos entre Alfonso VIII e Ibn Mardanís (conocido por los cristianos como el rey Lobo de Murcia), Uclés fue donada a la Orden de Santiago confiando así el monarca la defensa de tan estratégica fortaleza a esta poderosa orden militar, hasta el momento en poder de la Orden de San Juan.
Acabada la Reconquista, en el 1529 se inicia la construcción del actual monasterio de Uclés, pasando a ser desde este momento la residencia del maestre de la orden. A este respecto, conviene aclarar que durante algunos años la Orden de Santiago dispuso de dos sedes ya que ambos reinos (Toledo y León) impusieron tal condición. Así, tanto San Marcos (León) como Uclés rivalizaron por dicho honor hasta que Fernando III el Santo unió ambas coronas en 1230.
Sin embargo, la decadencia de Uclés llegó a la par que la de la Orden de Santiago, implicada en las luchas internas de la Corona, fulminadas por los Reyes Católicos al suprimir los maestrazgos y hacer depender la orden de la Corona. Con el tiempo estas tierras aún fueron escenario en 1809 de la batalla de Uclés contra los ejércitos napoleónicos en la que la población fue saqueada, convirtiéndose el monasterio en hospital de campaña para el ejército galo.
Los monjes caballeros de Santiago abandonaron las instalaciones del monasterio de Uclés a mediados del siglo XIX, a raíz de la Desamortización de Mendizábal. Durante la Guerra Civil, lo poco que quedaba del monasterio fue saqueado y destrozado por el bando republicano.
Finalmente, tras la victoria nacional, la dictadura franquista lo usó primero como hospital y después como cárcel hasta que en 1949 pasó a ser la sede del Seminario Menor de Cuenca, función que tuvo hasta 2012.
Monasterio de Uclés: qué ver durante la visita
El conjunto monástico de Uclés está integrado por la iglesia, el edificio monacal y los restos de la antigua fortaleza y fue declarado Monumento Nacional en el año 1931. Para una visita completa recorriendo con calma sus principales puntos de interés es necesario dedicarle al menos 1 hora y media.
La fortaleza árabe
La visita puede hacerse de varias formas, aunque lo recomendable es dividirla en dos partes dedicando una primera parada breve en la parte del castillo y otra más larga al conjunto monástico.
La fortaleza árabe no es visitable por dentro, pero si por fuera donde se pueden ver las torres del Pontido y la del Palomar, unidas por la muralla a la torre Albarrana, ésta última reformada en el siglo XVI para convertirla en la torre del homenaje. Del resto de torres se desconoce su lugar exacto, aunque lo que sí se sabe es que fueron derribadas para hacer la actual iglesia.
Merece la pena contemplar sosegadamente la muralla árabe ya que es uno de los pocos ejemplos conservados de murallas en zigzag flanqueante, también conocida como muro cremallera. Al suroeste destaca la puerta de Sicuendes y en dirección oeste-norte la parte del recinto amurallado en forma de dientes de sierra. Al oeste de esta última muralla de diente de sierra todavía se conserva en buen estado un segundo cinturón amurallado datado del siglo XVI.
Interior del monasterio de Uclés: claustro e iglesia
En cuanto al monasterio de Uclés en sí mismo, pueden apreciarse hasta 3 estilos arquitectónicos diferentes a consecuencia de la extensión de su período constructivo. Es por tanto un excelente lugar para realizar un entretenido repaso de la historia del arte y la arquitectura.
El ala este del monasterio (siglo XVI) es de estilo plateresco mientras que la iglesia (principios siglo XVII) es de estilo herreriano. El resto del conjunto fue levantado durante el siglo XVII en estilo barroco culminado con una fachada de estilo churrigueresco atribuida a Pedro de Ribera.
Aunque son muchos los rincones que merece la pena conocer, entre todos ellos destaca el gran patio central con claustro de 2 alturas formado por 36 bonitos arcos y un aljibe de piedra en el centro con el escudo grabado de la Orden de Santiago. Posiblemente sea la parte más impresionante del monasterio junto a la iglesia.
Seguimos la visita por el monasterio de Uclés visitando el templo de estilo herreriano a través de su sacristía con cubiertas de lacería gótica, hoy usada como capilla.
Como bien hemos dicho, la iglesia también impresiona principalmente por su gran tamaño, además de por su coro que ocupa dos de los cinco tramos del templo, siguiendo las mismas proporciones que El Escorial. Y es que, de hecho, la iglesia es obra de varios arquitectos discípulos de Juan de Herrera (arquitecto de El Escorial), de ahí que el de Uclés sea llamado el «Escorial de la Mancha».
En el interior también podremos maravillarnos con el altar mayor cuyo retablo del siglo XVII conserva pinturas de la pasión de Cristo y la glorificación del Salvador. Mención aparte merece la magnífica escalera bajo cúpula elipsoidal sobre pechinas decoradas en forma de concha, así como la escalera de estilo imperial en la que llama poderosamente la oblicuidad de los arcos.
Asimismo, el recorrido por el monasterio de Uclés nos ofrece la ocasión de disfrutar de extraordinarios cuadros de conocidos pintores de la época. Entre otros podremos ver un cuadro de Santiago Apóstol del siglo XVII de Francisco Rizi, un gran lienzo de la Aparición del Apóstol Santiago en la batalla de Clavijo obra de Antonio González Ruiz (pintor de cámara de Fernando VI) y un lienzo de la Inmaculada Concepción, datado del siglo XVIII.
Pero si lo que se ve a simple vista es de lo más interesante no lo es menos aquello que no se ve tan fácil. Es el caso de las lápidas de ilustres personalidades entre las que destacan las del poeta Jorge Manrique y su padre don Rodrigo Manrique, maestre de Santiago.
Exterior del monasterio
Finalmente, acabamos la visita por el monasterio de Uclés admirando su majestuoso exterior donde además de las 3 torres de estilo herreriano, destacan sobremanera las distintas fachadas del edificio que a continuación detallaremos.
La fachada norte, que corresponde a la iglesia, es una clara muestra de estilo herreriano que tiene una portada monumental bastante sencilla. La portada está compuesta por dos cuerpos. El inferior tiene una puerta con un arco de medio punto flanqueada por dos pares de columnas de orden dórico de tonalidad azul celeste.
En el piso superior sigue el mismo esquema, pero con columnas de orden jónico cuyos huecos albergan hornacinas vacías. Todo el conjunto está rematado por un frontón triangular clásico.
La fachada este (la primera en construirse) es de estilo plateresco obra de Enrique Egas. Destaca por la profusa decoración plateresca con ventanas adornadas con elementos como cruces de Santiago, armaduras, conchas de Santiago o calaveras. La fachada está orientada hacia el pueblo de Uclés y se encuentra realmente bien conservada.
Terminamos la visita admirando la fachada principal, atribuída a Pedro de Ribera y de estilo churrigueresco con múltiples elementos decorativos como cruces, leones, guerreros, trofeos, ángeles, caras monstruosas, etc.
En la parte superior destaca una imagen de Santiago de medio cuerpo con una espada de hierro en su mano y una inscripción en la que podemos leer «Fidei defensio», «Defensa de la Fe» y otra inscripción en la base donde se lee «Caput ordinis», claro testigo de que el monasterio de Uclés fue casa madre de la Orden de Caballería de Santiago.
Recomendaciones para la visita y para una ruta por Cuenca
Como bien hemos comentado anteriormente, la visita al monasterio de Uclés puede hacerse en 1 hora y media, aunque nosotros te recomendamos que si puedes le dediques media jornada al completo ya que hay muchas cosas que ver. Además, se trata de una visita ideal para combinarla con alguno de los preciosos pueblos de la región.
Por ejemplo, muy cerca se encuentra Mota del Cuervo, cuyos molinos y casco antiguo bien merecen una sosegada visita. Cambiando de provincia podemos seguir el rastro del Quijote visitando El Toboso, parte esencial de la ruta quijotesca pues era allí donde vivía Dulcinea, musa de este famoso hidalgo de La Mancha.
Sin duda, este último es uno de los imprescindibles que ver en Toledo, al igual que otros lugares como Tembleque y Consuegra y sus molinos de viento. Tampoco te olvides de otros destinos clave en esta ruta como Campo de Criptana y Villanueva de los Infantes.
Cambiando de tercio y dejando atrás la historia existen otros destinos imprescindibles en la provincia conquense que no podemos perdernos como el mirador del Ventano del Diablo o la Ciudad Encantada de Cuenca, esta última una excursión perfecta para hacer con niños o en familia.
Asimismo, no te olvides de descubrir a fondo la capital conquense y sus célebres casas colgadas, sus miradores o la sorprendente Catedral de Cuenca con su singular fachada de estilo neogótico. Para descubrir estos lugares y otros aún más interesantes te aconsejamos hacer el free tour por Cuenca ya que es una magnífica forma de conocer la ciudad de la mano de un guía local profesional.
Por último, los amantes de la naturaleza tienen aquí una excelente ocasión de disfrutar de paisajes de excepcional belleza visitando espacios naturales como las Lagunas de Ruidera, el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel o el Parque Nacional de Cabañeros.
¿Cómo llegar al monasterio de Uclés?
El monasterio de Uclés está situado en la localidad homónima en el noroeste de la provincia de Cuenca y también en el noroeste de la comunidad autónoma de Castilla la Mancha. La forma más lógica de llegar es en coche ya que se encuentra a menos de 100 kilómetros de Madrid y algo más de 70 de Cuenca.
Desde Madrid simplemente es necesario tomar la A-3 en dirección Valencia hasta la salida 90 (Tribaldos/Uclés) donde habrá que seguir unos 7 kilómetros por la CUV-7021 que lleva directamente a Uclés y su monasterio.
Por otra parte, para llegar desde la capital conquense hay que coger la A-40 y poco después de Alcázar del Rey tomar la salida 244 hacia Paredes/Uclés. Después tan solo quedará incorporarse a la CUV-7021 y conducir unos 9 kilómetros hasta llegar al pueblo ucleseño.