Parque Nacional de Cabañeros: descubre el paraíso ecológico del «Serengueti Español»

Enclavado en la comarca de los Montes de Toledo, entre la provincia de Ciudad Real y la provincia de Toledo, el Parque Nacional de Cabañeros representa uno de los ecosistemas de bosque mediterráneo puro más extensos, más ricos y mejor preservados de Europa.
Aquí, entre extensas llanuras, bosques abiertos de encinas, robles y alcornoques y onduladas montañas, multitud de fauna ibérica amenazada como la cabra montesa, el águila imperial o el buitre negro se siente como en casa. Y por supuesto, el ciervo, que se convierte en el auténtico rey del parque durante la berrea otoñal.
Índice
¿Por qué visitar Cabañeros?
Sin duda, con semejante carta de presentación, este parque nacional se ha ganado bien a pulso el apodo de «el Serengueti Español» siendo en la actualidad uno de los espacios protegidos de mayor importancia en la Península ibérica. Y, si bien las comparaciones suelen ser odiosas, lo cierto es que sus paisajes se dan un ligero aire y nos convierten a los viajeros en unos privilegiados invitados al hermoso espectáculo de la naturaleza.
Con una superficie de más de 400 kilómetros cuadrados son varios los itinerarios y senderos que se pueden recorrer para descubrir todos y cada uno de los secretos de Cabañeros. Existe la posibilidad de contratar visitas, excursiones y actividades guiadas en compañía de expertos locales que permiten conocer los puntos más icónicos de esta reserva natural ibérica.
Pero si eres de lo que prefieres visitar el parque de forma libre a continuación te contamos todo lo que tienes que saber del Parque Nacional de Cabañeros para no perderte ningún detalle y conocerlo como si fueses un paisano más de la tierra. Sigue leyendo entonces para conocer todos los planes que puedes hacer para disfrutar de la naturaleza en uno de los rincones más excepcionales de Castilla-La Mancha.
Un repaso a la historia del Parque Nacional de Cabañeros
Corría el año 1982 cuando Cabañeros comienza a ser noticia en los medios de comunicación debido a la decisión del Ministerio de Defensa de convertirlo en campo de tiro y lugar de maniobras del ejército. Inmediatamente organizaciones ecologistas y multitud de vecinos se oponen frontalmente a estos planes y comienzan a movilizarse pidiendo la protección del espacio natural.
La presión social, popular y política generada en los siguientes años, además de su evidente riqueza ambiental, motivó que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha declarase finalmente Cabañeros parque natural en 1988. Una declaración pensada para mejorar su conservación y fomentar el disfrute de los visitantes.

Posteriormente el 20 de noviembre de 1995 fue declarado por el Consejo de ministros el Parque Nacional de Cabañeros convirtiéndose así en el segundo de Castilla-La Mancha junto a las Tablas de Daimiel.
La declaración supuso la obtención de la máxima figura de protección para un espacio natural y también la puesta en manifiesto de la riqueza y la diversidad medioambiental de su flora y fauna, compuesta por emblemáticos protagonistas como los buitres negros o animales en peligro de extinción como el lince ibérico.

En la actualidad el parque, con un 40% de superficie de propiedad pública y el resto de propiedad privada, se reparte entre 6 localidades de la comunidad de Castilla-La Mancha: 2 de la provincia de Toledo (Hontanar y Los Navalucillos) y 4 de la provincia de Ciudad Real (Alcoba de los Montes, Horcajo de los Montes, Navas de Estena y Retuerta del Bullaque).
Ruta por el Parque Nacional de Cabañeros
Como pasa en cualquier espacio natural existen varias localidades que sirven de acceso al parque y ofrecen la oportunidad de conocerlo de varias formas gracias a sus diferentes senderos.
Nosotros optamos por comenzar la ruta por Cabañeros en su vertiente sur en la localidad de Horcajo de los Montes desde donde rodeamos el parque en sentido contrario al de las agujas del reloj. Eso sí, antes de empezar hay que tener clara una cosa: aprovechar la excursión y recorrer Cabañeros casi por entero implica madrugar, pero tranquilos que merece mucho la pena.
Centro de visitantes de Horcajo de los Montes
Así que comenzamos bien temprano la visita en el Centro de Visitantes situado en las afueras de la localidad. Nada más entrar nos damos cuenta de que no estamos ante la típica casa del parque. Se trata de un lugar muy bien montado y ambientado en cuyo interior es posible obtener una experiencia inmersiva que disfrutan especialmente los niños. Maquetas, reconstrucciones a tamaño natural, material audiovisual, actividades de tipo interactivo e incluso una visita virtual con gafas 3D forman parte de la experiencia.
Sin duda, un plan perfecto para conocer la historia del parque y la diversidad de su fauna y flora según la estación del año. Desde allí mismo también salen las excursiones en todoterreno (hay que reservar antes) y varias rutas cortas de menos de 2 horas de duración que permiten recorrer el parque como son la Ruta de Plaza de los Moros y la ruta de Sierra de Castellar de los Bueyes.
Una vez visto el centro, seguimos la ruta por Cabañeros hacia el este conduciendo por la CM-4106. Pronto nos daremos cuenta de que además de las encinas (auténtico símbolo de este espacio natural) los otros árboles protagonistas son los quejigos, los pinos y los olivos, todos ellos responsables directos de la inconfundible estampa que siempre ofrece este parque nacional.

Tras cruzar la población de Alcoba de los Montes tomamos el camino que sale a la izquierda en dirección a Santa Quiteria. Dejando este último pueblo a la derecha alcanzamos finalmente el conocido como Observatorio de las Cigüeñas. No es el único observatorio de este tipo ya que el parque está repleto de nidos. Como es natural solo se pueden ver en pleno invierno por lo que en caso de ir en verano solo será posible observar algunos ejemplares de grulla.
Centro de Visitantes Casa Palillos
Inmediatamente después hacemos la siguiente parada en el Centro de Visitantes Casa Palillos, denominado así por las chozas cónicas construidas con paja usadas como refugio por pastores, carboneros y corcheros de la zona en el pasado. En su interior podemos encontrar una colección de restos fósiles y diversas reproducciones entre las que destaca la del cráneo de un mamut. También resulta de lo más interesante observar la webcam que está grabando continuamente en directo un nido de águila imperial ibérica
Una senda botánica y otra senda etnográfica con sus correspondientes paneles informativos permiten descubrir las más de 60 especies vegetales y la fauna de esta área. En el exterior disponemos también de un mirador con unas fabulosas vistas hacia la raña de Cabañeros que nos hacen entender porque algunos se refieren al Parque Nacional de Cabañeros como el Serengueti español.
Embalse Torre de Abraham
Volvemos al aparcamiento para seguir la ruta por la CM-403 hacia el norte hasta encontrarnos con el enorme embalse de la Torre de Abraham. Un buen lugar para hacer un pequeño alto en el camino y reponer fuerzas aprovechando su estupenda área recreativa. Pero los que prefieran seguir descubriendo el parque tienen la opción de visitar su centro de interpretación o recorrer su senda botánica con pasarelas que discurre en paralelo al curso del río Bullaque.

Una vez de vuelta al coche seguimos de nuevo hacia el norte unos kilómetros hasta llegar a El Molinillo donde cogemos a la izquierda por la CM-4017. Pasamos Retuerta del Bullaque hasta llegar finalmente a Navas de Estena ya en la parte nordeste del Parque Nacional de Cabañeros.
Senda del Boquerón
Navas tiene una oficina de turismo, un punto de información del Parque Nacional de Cabañeros y hasta una pequeña exposición sobre el bandolerismo en la zona en el pasado. Sin embargo, su principal reclamo es sin duda la Senda del Boquerón. Se trata de una sencilla ruta de poco más de 6 kilómetros que nos permite hacer un viaje de nada menos que 400 millones de años cuando esta zona estaba cubierta por el mar.
Una actividad ideal para comenzar a descubrir el pasado geológico de la meseta manchega y que se puede comenzar desde las afueras de Navas junto al puente del arroyo del Chorrillo. Caminando en paralelo a la orilla del arroyo llegaremos hasta el río Estena donde veremos la parte más impresionante de la ruta. Se trata de las llamadas Torres del Estena, una falla vertical con tres enormes torres sucesivas inclinadas que parecen desafiar a las leyes de la gravedad.

Seguimos avanzando hasta encontrar un panel sobre el risco Tirapanes, un mirador al que podemos acceder a través de una sencilla senda. Pero desde luego lo más interesante aquí es ir en busca de las huellas fósiles que podemos localizar gracias a los diversos carteles informativos existentes. Destacan las cruzianas (huellas de trilobites), los fósiles de anémonas de arena y el rastro dejado por el Paleophycus tubularis, un gusano que vivió hace más de 470 millones de años y está considerado el más grande y antiguo jamás existente en la Tierra.
Tras este increíble viaje al pasado «marino» del Parque Nacional de Cabañeros volvemos a donde dejamos el coche para emprender la parte final de la ruta. La siguiente parada la haremos en la Ermita de Nuestra Señora de la Antigua. Situada a más de 700 metros de altitud representa un mirador perfecto para disfrutar de la panorámica del paraíso geológico del boquerón del Estena.
Seguimos descubriendo Cabañeros y muchos de sus rincones secretos como el Risco de las Paradas. Este pequeño mirador es perfecto para avistar buitres negros y leonados y llenar la tarjeta de memoria de la cámara con las preciosas vistas que ofrece. Conduciendo por la CM-4157 hacia el norte poco más de 1 hora nos separa de nuestra parada final: la Cascada del Chorro de los Navalucillos.
Para llegar deberemos torcer a la izquierda antes de llegar a Navahermosa para continuar el camino por la CM-401 que abandonaremos unos kilómetros más adelante para seguir por la CM-4155. Pasamos por la capital navalucillense antes de llegar a la pedanía de Robledo del Buey donde finalmente giraremos a la izquierda. Mucho ojo porque a partir de aquí el camino se complica bastante ya que es una pista de tierra que acaba en un pequeño aparcamiento desde donde se puede iniciar la ruta.
El recorrido discurre por la parte más montañosa de todo el Parque Nacional de Cabañeros y tanto se puede descubrir de forma guiada como por cuenta propia. Los 9 kilómetros del itinerario se pueden hacer en aproximadamente 3 horas lo que da una ligera pista de su dureza.
Desde un inicio, paso a paso vamos descubriendo la típica vegetación del bosque mediterráneo donde la indiscutible reina es la encina que va dando paso a árboles como el rebollo, el castaño o el arce conforme vamos ascendiendo. A mitad de camino, tras poco más de hora y media de caminata, hacemos la primera parada en la cascada del Chorro. Un fascinante salto de agua que cae desde unos 18 metros de altura inmerso en una exuberante vegetación. Sin duda, un lugar que invita a desconectar.

Pero no es el único lugar donde evadirse del estrés urbano y relajarse un rato. Un poco antes del Chorro muchos visitantes se desvían por otro camino que lleva a la Chorrera Chica que, si bien no es tan espectacular como la primera, también se encuentra rodeada de un entorno natural incomparable. Aquí a los pies del Rocigalgo (el pico más alto de los Montes de Toledo con sus 1.500 metros) podemos ver como los ciervos, las cabras montesas y los buitres nos miran desde la distancia.
Finalmente emprendemos el regreso no sin antes recordar que los más aventureros tienen la opción de realizar el sendero del Macizo del Rocigalgo, una actividad perfecta para completar la experiencia y poner el broche final a esta ruta por el Parque Nacional de Cabañeros.
Recomendaciones para la visita
Los aficionados del turismo en contacto con la naturaleza están de suerte porque tanto Toledo como Ciudad Real ofrecen diversas posibilidades para organizar una escapada inolvidable. A ello se suma también la apasionante historia de estas tierras que ha legado ciudades y pueblos de gran belleza e importancia histórica.
Aproximadamente a 1 hora por carretera se encuentra el otro Parque Nacional de la comunidad castellanomanchega, el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Una excelente ocasión de conocer un espacio natural prácticamente único en Europa, lleno de vida y con una enorme riqueza de aves. El último representante del ecosistema conocido como tablas fluviales que antiguamente predominaba en la llanura central de la Península Ibérica.

Un poco más hacia el este se encuentran las Lagunas de Ruidera, un conjunto de lagunas conectadas entre sí por cascadas y canales subterráneos. Un auténtico paraíso de color y tranquilidad perfecto para recorrer sus rutas y practicar diversas actividades como kayak e incluso buceo en agua dulce.
Por último, no te olvides de aprovechar tu viaje por Castilla-La Mancha para descubrir lugares llenos de historia como los icónicos Molinos de Consuegra (uno de los imprescindibles que ver en Toledo), Villanueva de los Infantes, Almagro, el castillo de Calatrava la Nueva o la histórica Toledo, conocida como «la ciudad de las tres culturas» y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1986.
¿Cómo llegar a Cabañeros?
El Parque Nacional de Cabañeros se encuentra al noroeste de la provincia de Ciudad Real ocupando también parte de la provincia de Toledo. Como es natural, en un espacio natural así de grande, existen varios accesos para poder visitarlo. En cualquier caso, la carretera que lleva a la entrada más popular del parque es la CM-4017 a la que se llega desde Toledo por la CM-4013 y desde Ciudad Real por la CM-403.