Villanueva de los Infantes: descubriendo el gran secreto de Ciudad Real
Dicen de Villanueva de los Infantes que es ese «lugar de La Mancha» de cuyo nombre no quería acordarse Miguel de Cervantes. Incluso hay quienes le ponen más salsa a la historia apuntando que fue así porque la villa ciudadrealeña era uno de los lugares favoritos de Quevedo y Lope de Vega, este último gran rival del autor de «El Quijote»
Sea como fuere, con semejantes protagonistas, la capital de la comarca del Campo de Montiel estaba destinada a ser un lugar lleno de historia y patrimonio. Y en efecto así es, ya que las calles de su casco urbano son la mejor muestra del barroco y el renacimiento manchego, profusamente representado en numerosos edificios civiles, religiosos, palacios, casonas de nobles y casas populares de excelsa belleza.
¿Sabías que en toda Villanueva de los Infantes hay más de 200 casas blasonadas? Más que en ninguna otra población de La Mancha e incluso que en muchas ciudades históricas españolas. Sin duda, estamos en una villa que presume bien orgullosa de su legado. Así que mantente atento porque te vamos a contar todo lo qué ver en Villanueva de los Infantes para que vivas una escapada por Ciudad Real inolvidable. ¡Allá vamos!
Índice
Una pincelada de historia sobre Villanueva de los Infantes
Los aficionados a la historia y la arqueología tienen en los alrededores de Villanueva de los Infantes una buena introducción a la historia de la zona. Y es que existen evidencias de asentamientos prehistóricos de la Edad de Cobre y la Edad del Bronce. Aunque son los restos de la civilización romana y, sobre todo, los dejados por los árabes durante su paso por la península los más destacados.
Y es que, de hecho, los orígenes de la actual localidad hay que buscarlos en Jamila, el primer asentamiento poblacional árabe de esta zona del Campo de Montiel. Tras la batalla de Las Navas de Tolosa pasó a ser la aldea más poblada por los Caballeros de la Orden de Santiago antes de trasladarse junto a los habitantes de la cercana Peñaflor a la ya existente aldea de La Moraleja por razones de salubridad.
La localidad dependió de Montiel durante buena parte de la Edad Media hasta que en 1421 hasta que el infante de Aragón Enrique de Trastámara la hace villa independiente y en su honor pasa a llamarse Villanueva de los Infantes. Ya en 1573, Felipe II declara a la villa capital política y eclesiástica del Campo de Montiel y capital de Gobernación de la Orden de Santiago.
Desde este momento Villanueva se convirtió en uno de los más importantes centros culturales y espirituales de toda la geografía española pues vivían o la frecuentaban figuras tan notables como Santo Tomás de Villanueva, el humanista Jiménez Patón, el arquitecto Francisco Cano o los celebérrimos Cervantes, Quevedo o Lope de Vega.
En el año 2004, coincidiendo con el cuarto centenario del Quijote, un equipo científico de la Universidad Complutense compuesto por los catedráticos Francisco Parra Luna y Manuel Fernández Nieto situaron a Villanueva de los Infantes como el «lugar de La Mancha» de cuyo nombre no quiso acordarse Miguel de Cervantes. Un honor (o deshonor según queramos mirarlo) que se disputó con otras posibles localizaciones de la novela cervantina como Argamasilla de Alba e incluso Mota del Cuervo.
Qué ver en Villanueva de los Infantes
La maravillosa conservación de su patrimonio arquitectónico y la belleza de su casco antiguo declarado Bien de Interés Cultural hace de Villanueva de los Infantes un destino cuya visita está totalmente justificada en cualquier viaje de turismo por Castilla-La Mancha.
Descubrir los principales atractivos de esta villa castellana no tiene por qué llevar más de un día, pero merece la pena reservar un par de jornadas más para conocer los alrededores, ya que existen infinidad de planes para llenar la agenda de los que daremos debida cuenta de aquí en adelante.
Plaza Mayor de Villanueva de los Infantes
Comenzamos la ruta por Villanueva de los Infantes en su Plaza Mayor que, como corresponde a una villa tan noble, es de lo más monumental. Construida en el siglo XVII en estilo neoclásico se encuentra flanqueada a cada lado por dos largas arcadas de arenisca roja. En una de estas líneas de soportales con arquería, concretamente la oeste, se encuentra el actual edificio del ayuntamiento que impresiona también por su balconada de madera.
Completan el conjunto monumental la iglesia de San Andrés Apóstol y el Hospital de Santiago (de los que hablaremos en detalle más adelante), además de la Alhóndiga, un edificio del siglo XVI que primero fue casa de contratación y después cárcel.
Sin embargo, aunque nadie niega la belleza de estos monumentos, lo cierto es que los grandes protagonistas de la Plaza Mayor de Villanueva de los Infantes y objetivo de las fotos de los turistas son Don Quijote de la Mancha y Sancho Panza. Aquí en medio de la plaza sus simpáticas esculturas nos trasladan por un momento al Quijote y nos recuerdan el paso de estos dos famosos personajes por estas tierras.
Iglesia de San Andrés Apóstol
La iglesia de San Andrés Apóstol (siglo XVI) se asoma a la plaza mayor con su majestuosa fachada principal de estilo clasicista enmarcada por un profundo arco de medio punto, sus otras dos portadas platerescas y su magnífica torre de 4 cuerpos de estilo herreriano.
El principal templo religioso de la villa infanteña también destaca por su interior con un púlpito plateresco del siglo XVI hecho en mármol y sus capillas, entre ellas la Capilla de los Bustos, en cuya cripta se encuentran los restos de Francisco de Quevedo. Resultan también muy interesantes la Capilla de Santo Tomás y la Capilla del Santísimo, ambas construídas en el siglo XVII.
Seguimos la ruta por Villanueva de los Infantes por detrás de la plaza mayor donde encontramos el Hospital de Santiago, testigo de los días en que la orden señoreaba y extendía su influencia desde esta villa por el Campo de Montiel, Albacete, Murcia y Jaén. Se trata de un edificio de estilo barroco construido en el año 1631 que destaca por su sencilla y armoniosa fachada que exhibe los escudos de la ciudad. En el pasado el hospital atendía a pobres, viudas, enfermos o viajeros. En la actualidad es un centro social.
Casonas de Villanueva de los Infantes
Continuamos ahora nuestra visita por la calle Cervantes. Se trata de la principal arteria comercial de la villa y en ella se emplazan numerosas tiendas y restaurantes, la mayoría de ellos situados en edificios históricos. Y es que entre esta calle y la calle Santo Tomás se concentran las casonas más notables de Villanueva de los Infantes. Nombrarlas todas es casi misión imposible pues se cuentan por decenas, pero te diremos cuáles son las más destacadas para que puedas ir a tiro fijo.
Quizás la más llamativa sea la Casa del Arco cuyo impresionante pórtico neoclásico difícilmente pasa desapercibido. Está datada del siglo XVII y en el pasado fue lugar de residencia del virrey de México. En la actualidad es de propiedad privada, pero por fortuna se puede visitar de forma guiada.
Destacan también la Casa de los Estudios, con un hermoso patio de pilares enanos; la Casa del Caballero del Verde Gabán, descrita por Cervantes en el capítulo XVIII de la segunda parte de El Quijote; el Palacio de la Rebuelta, de estilo renacentista con puerta de madera claveteada; la Casa del Marqués de Melgarejo, construcción barroca con una preciosa portada clasicista o la Casa Cuartel de los Caballeros de la Orden de Santiago, con portada adintelada y almohadillada y el escudo de la Orden de Santiago en la parte superior de su bonita fachada rojiza.
Paseando por esta calle el viajero más observador se dará cuenta de que hay escudos que miran a la derecha o a la izquierda. ¿Y a qué se debe esto? Pues es un indicativo de su legitimidad. Si el yelmo mira a la derecha del escudo indica hidalguía, mientras que si mira hacia la izquierda indica que el propietario de la casa era un descendiente bastardo.
Entre tantos edificios con historia sorprende encontrar en el número 13 de la calle un museo con más de 500 metros cuadrados dedicados al arte contemporáneo. Se trata de El Mercado, un espacio que alberga en su interior obras de Joan Miró, Rafael Canogar, Miquel Barceló, Juan Genovés, Eduardo Arroyo, Eduardo Úrculo y Ouka Leele, además de una sección de artistas locales con cuadros de lo más interesante.
Convento de Santo Domingo y la historia de Quevedo
Tanto la calle Cervantes como la calle Santo Tomás van a dar al Convento de Santo Domingo (1526) donde podemos seguir el rastro de Quevedo en Villanueva de los Infantes. Y es que en su interior se encuentra la celda donde pasó sus últimos días hasta su fallecimiento en el año 1645. Pero… ¿cómo es que acabó aquí Quevedo? El noble y escritor había heredado el señorío de la cercana población de Torre de Juan Abad a donde se retiró a descansar, aunque estaba tan débil que decidió trasladarse a Villanueva donde los monjes dominicos lo cuidaron en su celda hasta su fallecimiento.
Tras la desamortización el convento se cedió al ayuntamiento y pasó a ser un colegio. Hoy en día se encuentra en reformas para convertirlo en un establecimiento hotelero, pero aún es posible ver la austera habitación donde dormía y escribía el literato. Asimismo, hay un cuadro en la pared donde se muestra el último soneto que escribió antes de morir que reza lo siguiente: «Cinco años le vieron quebrantado, y en la villa de Infantes recogido, al fin la muerte fue por su recado».
Siendo Villanueva de los Infantes tierra de literatos y novela, la historia de Quevedo no podía ser convencional. Y tiene su miga, la verdad. En un principio, los restos del escritor cayeron en el más completo de los olvidos durante más de 300 años en la capilla de la familia Bustos de la iglesia de San Andrés junto a otros restos de personalidades de la villa.
Sin embargo, en el S.XIX, concretamente en 1869, son exhumados para ser trasladados al recién creado Panteón Nacional de Hombres Ilustres de Madrid. La labor de identificar sus restos fue una chapuza tan grande que acabaron enviando restos hasta de mujeres, siendo devueltos inmediatamente desde la capital.
Finalmente, en 1995 unas obras de restauración de la Sala Capitular de la iglesia parroquial dieron con la cripta donde fueron a parar los auténticos huesos de Quevedo. El fémur derecho fue crucial para su identificación ya que estaba visiblemente torsionado. Su inconfundible cojera lo delató y fue clave para su identificación.
Otros edificios religiosos de Villanueva de los Infantes
La gran importancia histórica de la villa para el cristianismo en el pasado se ve reflejada hoy en día en la gran cantidad de construcciones religiosas esparcidas a lo largo del municipio. Fuera del casco antiguo de Villanueva de los Infantes puede ser una muy buena idea visitar edificios como el Convento de los Trinitarios datado de principios siglo XVII. El edificio destaca por ser lugar de paso de la Ruta del Quijote y fue fundado por el beato Juan Bautista de la Concepción. En su interior podemos encontrar una talla barroca de Jesús Rescatado.
Si nos sobra tiempo también resultan visitas interesantes el Convento de las Dominicas para admirar su sobresaliente portada-retablo típicamente barroca; el Convento de las Monjas Franciscanas, del que únicamente se conserva la iglesia y los retablos renacentistas de su interior o la Ermita del Cristo de Jamila en el Parque de la Constitución.
Recomendaciones para una ruta por la provincia de Ciudad Real
Como ya hemos comentado Villanueva de los Infantes es heredera de la Jamila romana y medieval. Por eso es una excelente idea complementar la escapada descubriendo sus restos, situados cerca del santuario de Nuestra Señora de la Antigua donde también merece la pena hacer una pequeña parada. No demasiado lejos de este lugar se encuentra un antiguo puente romano de 300 metros que observa con sus cinco ojos el cauce seco del río Jabalón.
Ya fuera del término municipal infanteño, a menos de 20 kilómetros, podemos conocer Torre de Juan Abad. Esta localidad, de la que fue señor Francisco de Quevedo, alberga su casa-museo donde se exhiben diferentes documentos, libros y objetos personales del escritor como un tintero de cerámica y el sillón que utilizaba. Un poco más lejos hacia el noroeste se encuentra San Carlos del Valle, conocido como «el pequeño Vaticano de La Mancha» por su plaza mayor rodeada de columnas de piedra y su iglesia barroca.
Aunque indudablemente uno de los mejores planes que hacer en la comarca del Campo de Montiel lo representa el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, uno de los paisajes más bonitos de la comunidad de Castilla-La Mancha. Un espacio natural de inigualable belleza al que te recomendamos dedicar al menos un par de días.
¿Cómo llegar a Villanueva de los Infantes?
Villanueva de los Infantes se encuentra bien comunicada a poco más de 2 horas de ciudades como Madrid o Córdoba. Desde la capital española tan solo hay que tomar autovía A-4 hasta el kilómetro 171 donde hay que tomar el desvío a Manzanares. Después habrá que conducir unos 17 kilómetros por la N-430 hasta La Solana y por último continuar media hora por la CM-3127 hasta llegar finalmente a Villanueva de los Infantes.