El Puente del Arzobispo, ruta por la Toledo más desconocida
De entre las decenas de lugares que ver en Toledo, probablemente El Puente del Arzobispo no se encuentre entre los más conocidos. Y es que aquí lo verdaderamente famoso es su cerámica, una de las más destacadas de España junto a la de Talavera de la Reina, ambas declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO.
Pero la tradición alfarera no es lo único destacable de esta localidad toledana. Es más, nos encontramos en un lugar con mucha historia y leyendas relacionadas con la construcción de su puente, acontecimiento que marcó la propia creación del pueblo y acabó por dar nombre al mismo. Así que acompáñanos hoy en esta ruta por Castilla-La Mancha para conocer todo lo que ver en El Puente del Arzobispo. ¡Allá vamos!
Índice
Breve historia sobre El Puente del Arzobispo
Situado en la comarca de la Campana de Oropesa, en la provincia de Toledo, ya en la frontera con la Comunidad de Extremadura, el municipio de El Puente del Arzobispo debe su nombre y su origen a la construcción de su puente en el siglo XIV. Pero como pasa en muchas ocasiones, historia y leyenda se difuminan. Y es que ya se sabe que las leyendas siempre esconden algo de cierto en su fantasía. Y que la historia también está siempre envuelta en algo de leyenda.
Sea como fuere, El Puente del Arzobispo también tiene su propia leyenda que nos permite saber más sobre su historia. Se dice que en cierta ocasión el arzobispo Pedro Tenorio, propietario de la pequeña aldea de Alcolea de Tajo y personaje verdaderamente influyente en su época, tuvo que salvar el río para hacer efectivas las granjerías que heredó de su madre en tierras extremeñas.
Sin embargo, las aguas del Tajo bajaban altas y muy bravas. Esperó y esperó durante varias jornadas a que bajase la crecida, pero hubo de echarle valor y cruzar igualmente. Lo hizo en una pequeña barca, a merced de la bravura del río. En esas estaba cuando un remolino casi vuelca la embarcación, por lo que el arzobispo tuvo que agarrarse a la pértiga del barquero, viendo como su anillo se escurría de sus dedos hundiéndose en las turbias aguas.
Se trataba de una joya excepcional con un gran rubí regalado por los judíos de Toledo. Tan disgustado quedó el prelado por la pérdida que ofreció una bolsa de monedas a quien lo recuperase del fondo del Tajo. No fueron pocos los que lo intentaron, pero el anillo siguió sin aparecer muchos meses después.
Tan obstinado estaba el arzobispo en recuperar su joya que prometió que, si aparecía, levantaría un puente para que el ganado, peregrinos, viajeros y todo aquel que lo desease, pudiesen cruzar de forma segura.
Dos años después, Pedro Tenorio se disponía a comer en una de sus casas de Alcolea y ordenó que le cocinaran uno de los grandes barbos del Tajo de los que tanto gustaba. Al abrir el pez para limpiarlo las cocineras gritaron pues encontraron el anillo en sus tripas con su deslumbrante rubí brillando como nunca. Impresionado por tal hallazgo, el arzobispo lo consideró un milagro de la Virgen de Guadalupe e inmediatamente ordenó que comenzaran los trabajos para la construcción del puente.
Fue así como nació y se consolidó un asentamiento alrededor del puente, ya que su construcción facilitaba el paso no sólo a Extremadura, sino que también era un atajo hacia Ávila y Portugal. Con los años el asentamiento poblacional creció y terminó por convertirse en El Puente del Arzobispo. Por lo tanto, desde hace más de 600 años pueblo y construcción llevan caminando de la mano.
Qué ver en El Puente del Arzobispo
Este pueblo toledano puede verse perfectamente en un par de horas ya que además se trata de uno de los municipios más pequeños de España. No obstante, para que puedas aprovechar bien el tiempo, a continuación, te descubrimos los principales puntos de interés que ver en El Puente del Arzobispo.
Es precisamente su histórico puente, que sigue en pie y en perfecto estado seis siglos después, el monumento más emblemático del pueblo. Levantado en 1380, todavía hoy exhibe la fortaleza de sus sillares en sus once arcos, ocho originales y otros tres añadidos en una remodelación del siglo XVIII para prevenir las riadas.
A su lado, como no podía ser de otra forma, el pueblo todavía mantiene cierto aspecto medieval en la mayoría de sus calles. Además, aquí todo tiene un aire muy especial, ya que la cerámica abunda en muchos de los rincones del pueblo, como en los carteles que indican las calles y monumentos o en los bancos de las plazas.
Las construcciones más importantes del casco medieval están datadas entre el siglo XIV y el XVII, excepto algunos edificios como los molinos de Santa Catalina, construidos en el siglo XII antes del surgimiento del pueblo. Entre la arquitectura civil destaca el rollo o picota, símbolo de la jurisdicción de El Puente del Arzobispo y datado del siglo XIV.
También merece la pena detenerse un momento en la casa del conquistador Diego de Villarroel, indicada con un cartel de azulejos en su fachada. No faltan tampoco varias casas populares con soportales y fachadas encaladas que aportan ese sabor manchego que ya no es tan patente al otro lado del Tajo en tierras cacereñas.
En la Plaza Mayor conviene también pararse un rato y contemplar el antiguo hospital con su sorprendente enrejado (hoy convertido en residencia de ancianos), el antiguo palacio arzobispal y la iglesia de Santa Catalina de estilo gótico-mudéjar. Otras paradas interesantes en cuanto a la arquitectura religiosa son el Convento de los Franciscanos y la ermita de Nuestra señora de la Bienvenida, muy vinculada a los puenteños pese a estar en la vecina Alcolea de Tajo.
Ya en las afueras de la localidad, no deberían pasarse por alto en cualquier visita por El Puente del Arzobispo los restos de los molinos de Santa Catalina construidos entre los siglos XII y XV con mampostería de granito y fuerte mortero de cal. Están formados por un edificio de siete cuerpos, cuatro tajamares y hasta once piedras de molienda. Estos molinos funcionaban durante todo el año debido a la gran fuerza y caudal del Tajo. En la actualidad, aún pueden observarse los molinos en un aceptable estado de conservación, aunque ya no se utilizan.
La cerámica de El Puente del Arzobispo
Indudablemente uno de los principales atractivos de El Puente del Arzobispo es su cerámica, muy parecida a la de Talavera de la Reina, pero con una marcada identidad propia en la que destaca el uso del color verde esmeralda. Una cerámica que están intentando poner en valor tanto desde las instituciones como desde los vecinos y artesanos locales.
Para hacerse una idea de la importancia de la cerámica en estas tierras solo basta saber que en torno a ella se celebra una de las fiestas más populares de la localidad. Se trata de las fiestas en honor a las patronas de los ceramistas (Santa Justa y Santa Rufina) durante la que se lleva a cabo la singular tradición del bautizo de barro.
Para conocer la riqueza y belleza de la artesanía puenteña, lo mejor es visitar el Centro de Interpretación de la Cerámica en cuyo interior puede verse la recreación de un antiguo alfar de principios del siglo XX. Las dependencias también acogen un antiguo obrador, un taller interactivo de alfarería y una sala de exposición con piezas de cerámica y alfarería de toda España de entre los siglos del XVII y XX.
Evidentemente, no falta una zona dedicada a la propia cerámica de El Puente del Arzobispo. En un pequeño espacio museístico del centro museo se muestran más de doscientas piezas, algunas de ellas datadas del siglo XV. En otra sala se expone un vídeo sobre el proceso artesanal para la creación de esta cerámica. Por último, no te olvides de pasear por las calles del pueblo ya que existen muchas tiendas de cerámica y talleres artesanales donde poder hacerse con un bonito recuerdo del viaje.
Recomendaciones para la visita
Como la ruta por El Puente del Arzobispo puede hacerse perfectamente en unas pocas horas, te dejamos diversas recomendaciones por si además de visitar este histórico pueblo toledano quieres llenar tus vacaciones de momentos únicos.
Aquí en estas tierras disfrutarán principalmente los amantes de la naturaleza y la historia. Los primeros porque tienen la posibilidad de visitar hasta 2 parques nacionales en un radio de menos de 100 kilómetros. Son el Parque Nacional de Monfragüe (a menos de 1 hora) en la provincia de Cáceres y el Parque Nacional de Cabañeros (1 hora y 45 minutos por carretera). También a menos de 100 kilómetros se encuentra el precioso paraje natural de las Barrancas de Burujón.
Por su parte los segundos, los que gustan de la historia, tienen muy cerca varios lugares de interés que ver tanto en Extremadura como en Castilla-La Mancha como en Castilla y León. Destaca por encima de todos los demás la preciosa ciudad de Toledo (poco más de 1 hora en coche). Te recomendamos primero descubrir sus calles y después tomar distancia para verla de otra forma desde el mirador del Valle de Toledo. ¡Te encantará! Tampoco te olvides de hacer el free tour por Toledo ya que podrás descubrir todos los secretos de la mano de un guía local experto.
También son planes geniales en la zona descubrir ciudades y villas medievales con encanto como Arenas de San Pedro en Ávila, Jarandilla de la Vera o Trujillo en Cáceres y Consuegra y sus famosos molinos de viento en la propia provincia toledana.
¿Cómo llegar a El Puente del Arzobispo?
El Puente del Arzobispo se encuentra bien comunicada ya que tiene cerca la Autovía del Sur A-4. Para llegar tan solo hay que tomar esta autovía y antes de llegar a Oropesa desviarse por la carretera CM-4100. En poco más de 15 minutos llegaremos al pueblo.