Esta décima etapa entre Mealhada y Águeda es una de las más cortas y sencillas del Camino Portugués. Pero también es una de las más insulsas, pues durante la mayor parte del tiempo transitaremos por zonas urbanas, semiurbanas e industrializadas. Partiendo de Mealhada y sin perder de vista la carretera IC2 pasaremos por los las poblaciones de Aguim, Anadia y Avelas do Caminho. Tras atravesar el polígono de Barrô, llegaremos a Águeda. Esta ciudad, bañada por el río homónimo destaca por albergar el mayor lago natural de toda la península ibérica, A Pateira de Fermentelos.
Etapa
10
Longitud
25 Km
Dificultad
Media
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Durante la etapa entre Mealhada y Águeda del Camino de Santiago entre no cruzaremos por demasiadas localidades importantes, por lo que tendremos que ir bien avituallados o desviarnos hacia la carretera IC2, donde si encontraremos más establecimientos comerciales. Sin embargo, el mayor reto del día será atravesar los múltiples paisajes urbanos e industriales que salpican la etapa. Recomendamos especial precaución al final de la etapa, al atravesar el polígono industrial de Barrô.
Por lo demás, la etapa no presenta dificultades añadidas para las personas que hacen el camino pedaleando o los peregrinos con movilidad reducida.
Al final de la etapa entre Mealhada y Águeda del Camino Portugués nos espera la encantadora ciudad de Águeda, bonita mezcla de historia y modernidad. Entre los monumentos destacamos la iglesia de São Salvador da Trofa y la iglesia de Santa Eulália. También merece la pena la visita al convento de Santo António.
Pero si por algo es conocida Águeda es por ser un gran escenario de arte urbana y el pueblo más colorido de Portugal, producto del festival artístico AgitÁgueda. Las calles de la ciudad se visten cada verano con miles de paraguas multicolor y multitud de obras de arte, configurando uno de las postales más fotogénicas de Portugal.
En cuanto al apartado gastronómico aquí sigue destacando, igual que en anteriores etapas, el leitão assado, lechón asado en español, que puebla las cartas de los restaurantes. Asimismo, destacan, los rojões, la lampantana con carne de cabra, el conejo «á moda de Águeda» y, por supuesto, como en todo Portugal, el bacalhau, que aquí se elabora con la receta local, al Lagareiro. El toque dulce lo ponen especialidades locales como los fuzís, los sequilhos o los pasteles de Santa Águeda.
La alegre y sorprendente ciudad de Águeda sorprende al peregrino, sobre todo en verano, cuando las calles del centro se cubren con miles de paraguas multicolores, una instalación artística conocida como Umbrella Sky Project. Además, el street art está presente la mayoría de sus calles, que exhiben orgullosas grafitis y obras de arte pop.