Bosque de Secuoyas de Cantabria: magia en estado puro
Tan singular como hermoso, el bosque de Secuoyas del Monte Cabezón es un excepcional paraje natural de obligada visita en Cantabria. Y es que este monumento de la naturaleza es una clara muestra de que no solo en California hay frondosos bosques de secuoyas propios de una película.
Aunque muchos cántabros no conocen este bosque, lo cierto es que se ha convertido en un lugar muy popular para muchos viajeros del norte de España. Hoy te vamos a explicar todo lo que debes saber para visitar este paisaje tan peculiar.
Monumento Natural de las Secuoyas de Cantabria, descubre un paisaje único en España
El bosque de Secuoyas del Monte Cabezón está situado, como su propio nombre indica, muy cerca de la localidad de Cabezón de la Sal. Nos encontramos ante un auténtico paisaje de cuento y un espacio protegido repleto de imponentes secuoyas de más de 40 metros de altura.
Lo cierto es que resulta muy curioso poder disfrutar de este tremendo paisaje. Con una extensión de más de dos hectáreas y media, este parque de secuoyas resulta un rara avis, tanto en España, como en Cantabria. Realmente, esta impresionante plantación de secuoyas se sembró debido a las necesidades económicas e industriales de los años 40. España acababa de salir de la Guerra Civil y el franquismo adoptó una política de autarquía.
Es por ello que se decidieron plantar 848 secuoyas de la variedad «Secuoias Sempervirens», secuoyas de costa que se adaptarían al clima húmedo de esta zona. El objetivo era que creciesen rápido y aprovechar la madera para la industria, para no depender de las importaciones.
Para cuando las secuoyas crecieron, la situación económica había cambiado notablemente y la industria maderera ya no dependía tanto de la materia prima nacional. Es por ello que hoy, tras 80 años, hay 848 secuoyas en Cabezón de la Sal, vírgenes, vigorosas y protegidas, pues desde el año 2003 son Monumento Natural.
¿Cómo ver el Bosque de Secuoyas de Cabezón?
Lo cierto es que el Bosque de Secuoyas de Cantabria no puede ser más peculiar. Este extraordinario entorno natural tiene ejemplares de decenas de metros de altura y un perímetro, en muchos casos, de más de dos metros.
La entrada a este bosque es bastante sencilla. Se puede hacer por una pasarela de madera con una ligera pendiente, desde donde empieza un descenso por una senda peatonal. Tras solo unos pocos metros recorridos nos sumergiremos en la naturaleza pura de este parque de secuoyas. Durante la caminata dispondremos de bancos, en los que hacer un alto en la ruta y sentarse a disfrutar de este fascinante paisaje.
Dar un paseo por aquí es una experiencia verdaderamente agradable y relajante. Si nos permites un consejo, te recomendamos visitarlo en la época otoñal, cuando el bosque adquiere una coloración mágica. Pero cualquier época es buena para visitarlo. En los últimos tiempos este espacio se ha vuelto más popular, pero todavía sigue siendo un perfecto desconocido, incluso para algunos cántabros. Una joya oculta que no te puedes perder.
En caso de que te interese hacer una visita guiada por el Monumento Natural de las Secuoyas, la Oficina de Turismo de Cabezón de la Sal ofrece algunas rutas que te permitirán conocer mucho más la historia de este espacio natural.
Si planeas una escapada por Cantabria para visitar el Bosque de Secuoyas, te recomendamos que no descuides la búsqueda de alojamiento para encontrar buenos precios en los hoteles de Cabezón de la Sal, ya que la oferta de esta localidad no es la más amplia. Desde Cabezón tendrás a tiro de piedra otros atractivos de la zona como Santillana del Mar y su Cueva de Altamira o la espectacular villa de Comillas, con su fascinante Capricho de Gaudí.
¿Cómo llegar al Bosque de Secuoyas de Cabezón?
Este bonito paisaje tiene un acceso bastante sencillo en coche. Desde la Autovía del Cantábrico (A-8) es necesario desviarse por la salida 249 en dirección a Cabezón de la Sal. Después continuaremos por la carretera CA-135, donde tras poco menos de 5 minutos veremos la entrada al Bosque de Secuoyas a mano izquierda. Este espacio natural dispone de dos aparcamientos, uno grande y otro más pequeño. Dejando el coche en cualquiera de ellos, tendremos el Bosque de Secuoyas del Monte Cabezón a poco más de 4 minutos andando.