Monasterio de Yuste, descubre el lugar de la Vera extremeña donde se retiró Carlos V
El Monasterio de Yuste es uno de los lugares más mágicos no solo de la provincia de Cáceres, podríamos decir casi que también de toda España. Situado en la comarca de la Vera extremeña y, por tanto, rodeado de un entorno natural envidiable, este monasterio es famoso principalmente por ser el lugar donde vivió sus últimos años de vida el emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio Germánico.
Un monasterio que rezuma historia por todos sus costados y donde la arquitectura gótica y renacentista se fusiona con preciosos jardines para crear un lugar maravilloso. Te dejamos con todo lo que debes saber para disfrutar de la visita al Monasterio de Yuste, uno de los monumentos más bonitos de Extremadura.
Conoce un poco de la historia del Monasterio de Yuste
El Monasterio de Yuste, oficialmente Monasterio de San Jerónimo de Yuste, tiene sus orígenes en una edificación alzada en 1402. Fue en ese momento cuando se asentó allí una comunidad de anacoretas de la Vera, por lo que se alzó un cenobio en un terreno donado años atrás por un vecino de Cuacos de Yuste. Posteriormente, con el tiempo esta comunidad creció acogiéndose a la regla de San Jerónimo, consiguiendo la bula papal para la fundación oficial del monasterio en 1409.
Sin embargo, fue poco más de siglo y medio después cuando se produjo un hecho que transformaría por completo la historia de este edificio e incluso el propio edificio en sí mismo. Sucedió en el año 1556, cuando el emperador Carlos I de España y V de Alemania abdicó de su corona en favor de su hijo Felipe II.
El emperador, en aquella época el hombre más poderoso del mundo como poseedor de un imperio donde «nunca se ponía el sol», optó por “jubilarse” debido a sus crónicos problemas de gota, eligiendo la comarca de la Vera, ya que se la habían recomendado por su clima favorable. Un lugar tranquilo, recogido y aislado, perfecto para recuperarse de sus problemas de salud.
No obstante, para alojar a tan ilustre huésped, el pequeño cenobio tuvo que ser remodelado y ampliado por completo, construyendo un palacio adosado para acoger tanto al propio monarca como a su numeroso séquito. Después de un viaje de casi dos meses por tierra desde Laredo, Carlos V llegó finalmente con su séquito a Jarandilla de la Vera en noviembre de 1556.
En Jarandilla, su amigo el III Conde de Oropesa Fernando Álvarez de Toledo y Figueroa, le dio cobijo en su gran castillo hasta la finalización de las obras en el Monasterio de Yuste, que no concluyeron hasta el mes de febrero de 1557.
El rey pasó en Yuste un año y medio de retiro, aislado de la vida en las ciudades y la esfera política, siempre con la compañía de los Jerónimos, que guiaron espiritualmente al monarca hasta sus últimos días. Finalmente, en septiembre de 1558, Carlos V fallecía en su palacio víctima de paludismo, causado por la picadura de un mosquito de un estanque del palacio.
El Monasterio de Yuste después de Carlos V
La vida monástica continuó en el cenobio, aunque pasaron varios acontecimientos que marcaron su devenir. Siglos después, algunas de las dependencias del Monasterio de Yuste fueron incendiadas por los franceses durante la Guerra de la Independencia. Luego, los jerónimos fueron expulsados debido a la desamortización de Mendizábal, poniéndose el monasterio en pública subasta.
A partir de este momento y como otros monasterios de la geografía española, el edificio quedó medio abandonado y en decadencia, siendo usado incluso para labores agrícolas por los vecinos. Afortunadamente, en el año 1949 la Dirección General de Bellas Artes decidió abordar la restauración del Monasterio de Yuste, intentando respetar al máximo el diseño y arquitectura original de la construcción.
Con el monasterio restaurado, en 1958 una orden de jerónimos volvería a repoblarlo hasta 2009, cuando lo dejaron definitivamente. Entre tanto, el edificio fue declarado Patrimonio Europeo, uno de los pocos en España con este título. Desde marzo de 2013, sus dependencias vuelven a estar habitadas gracias a monjes paulinos polacos de la Orden de San Pablo Primer Eremita.
Qué ver en el Monasterio de Yuste
Visitar este monasterio extremeño es muy sencillo, pues podrás llegar a él en coche y dejarlo en el amplio aparcamiento habilitado. Una vez allí es el momento de comprar las entradas. Existe la posibilidad de hacer la visita de forma libre o mediante guía o audioguía.
Elijas la opción que elijas, en el interior podrás disfrutar igualmente de las diversas exposiciones de pintura y escultura existentes relacionadas con el reinado de Carlos V. También tendrás acceso a las estancias más destacadas del Monasterio de Yuste: la iglesia gótica, los dos claustros y el palacio con sus bonitos jardines. La visita lleva alrededor de hora y media, por eso para que no te pierdas nada te dejamos con una pequeña guía con lo más destacado.
En primer lugar, es de visita obligada la iglesia construida en el siglo XV. La edificación presenta un original estilo gótico tardío con ciertos aires renacentistas. En su interior merece la pena pararse a ver el fantástico retablo del escultor Antonio de Segura, encargo hecho por Felipe II en honor a su padre Carlos V. También es digno de mención el altar con un retablo de Juan de Herrera que tiene una copia del Juicio Final de Tiziano.
Por su parte, el claustro gótico datado de finales del siglo XV fue edificado en paralelo a la iglesia. Presenta una planta rectangular con dos pisos, con un diseño de arcos amplios, formas simples y techo de madera sin casi decoración alguna. Llama la atención su patio interior con un bonito jardín y una fuente del siglo XVI.
El claustro nuevo del Monasterio de Yuste fue construido en el siglo XVI y presenta un claro estilo renacentista. A diferencia del claustro gótico, es mucho más amplio y luminoso, aunque presenta la misma distribución rectangular en dos pisos. En el piso inferior destacan los maravillosos arcos de medio punto apoyados en columnas renacentistas con capiteles deliciosamente adornados. El piso superior presenta arcos escarzanos sostenidos igualmente por columnas de estilo renacentista. Por si no fuese suficiente, esta obra de arte se completa con su patio, con un precioso jardín y una bonita fuente de piedra.
La casa palacio de Carlos V, un sencillo edificio de ladrillo en el Monasterio de Yuste
Conocida también como el Cuarto Real, la casa palacio de Carlos V es un sencillo edificio construido en ladrillo y mampostería, con cantería de granito en ventanas y puertas que sorprende a todos en el Monasterio de Yuste. Las obras se llevaron a cabo según las trazas de Gaspar de Vega, con supervisión de Alonso de Covarrubias (ambos arquitectos reales) y empleando mano de obra local.
El palacete fue proyectado con planta rectangular, adosado a la iglesia y con dos plantas y un total de cuatro habitaciones. Para acceder al piso superior, donde estaban las habitaciones del monarca, había una gran rampa que llegaba directamente, lo que permitía acceder a Carlos V directamente a caballo, algo imperiosamente necesario ya que tenía graves problemas de gota que le impedían andar.
Las habitaciones de esta planta eran el dormitorio del emperador y una antecámara, de las que se conserva buena parte del mobiliario original. Una de las curiosidades que más sorprende a los visitantes es el diseño de la habitación real, ya que se hizo para que el propio rey pudiese seguir la misa de los monjes desde su cama, sin necesidad de bajar a la iglesia. También había en la misma planta un comedor y una habitación que hacía las veces de sala de audiencias. Resulta también curiosa la silla construida a medida para el emperador y su enfermedad, ya que se podía recostar y así levantar sus piernas.
Ya en los exteriores, llaman poderosamente la atención tanto la bonita terraza de influencia italiana como los jardines diseñados de forma similar a los de su casa natal en Gante. Dichos jardines no solo eran ornamentales, también tenía un uso práctico, ya que había árboles frutales y huertos de verduras, además de varias plantas medicinales.
Recomendaciones para la visita al Monasterio de San Jerónimo de Yuste
El monasterio puede visitarse durante todo el año excepto los lunes y algunos días festivos que lógicamente cierra. Estos días son el 1 y el 6 de enero, el 1 de mayo, el 14 de septiembre y los días 24, 25 y 31 de diciembre. Por lo demás, te dejamos con los horarios de atención al público y toda la información que necesitas para la visita.
- Invierno (de octubre a marzo): martes a viernes de 10:00 a 16:00 y sábado y domingo de 10:00 a 18:00 horas.
- Verano (de abril a septiembre): martes a domingo de 10:00 a 19:00 horas.
El precio de la entrada es de 7 euros, aunque se puede adquirir la versión reducida, con un coste de 4 euros. También existe la posibilidad de conseguir una entrada gratis, aunque únicamente se pueden comprar en las propias taquillas. En cualquier caso, en este enlace tienes toda la información que necesitas sobre las visitas al Monasterio de Yuste.
Si tienes en tu itinerario cacereño visitar Monasterio de Yuste te recomendamos que busques alojamiento en alguno de los hoteles y alojamientos en Cuacos de Yuste.
En la experiencia por la inconfundible y maravillosa provincia de Cáceres, te recomendamos otros rincones cercanos a Jarandilla de la Vera como, por ejemplo, Jarandilla de la Vera, el castillo de Jarandilla, el puente de Cuartos, el trabuquete, la Garganta de Jaranda o conocer la maravillosa Garganta la Olla. Además, aprovechando tu estancia, también puede ser una buena idea descubrir todo su esplendor con el el free tour por Cáceres o el free tour por Trujillo.
¿Cómo llegar al Monasterio de Yuste?
El Monasterio de San Jerónimo de Yuste está ubicado muy cerca de la bonita localidad de Cuacos de Yuste, al norte de la comunidad de Extremadura, en la provincia de Cáceres. Desde este último pueblo, solo hay que tomar la carretera EX-391 por las indicaciones y conducir durante poco más de dos kilómetros. La visita a este monasterio y, en general, la comarca de la Vera representa uno de los imprescindibles que ver en Cáceres. Y es por ejemplo una buena opción para un plan de fin de semana desde Madrid, ya que el viaje lleva poco más de 2 horas y cuarto por la A-5.