Fuente del Maestre, una agradable e interesante escapada medieval en la Baja Extremadura
Situada a medio camino de las comarcas de Tierra de Barros y Zafra y rodeada en el pasado por una muralla, se encuentra Fuente del Maestre. Este bonito pueblo de Badajoz, conocido simplemente como «La Fuente» por los locales y por los pueblos vecinos, atesora una buena cantidad de motivos de tipo arqueológico, histórico y monumental para visitarlo, fruto de su importancia en época medieval.
Todo esto y más, le ha valido la declaración como Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico en el año 1998. Y es que, en efecto, aquí se encuentran documentadas prácticamente todas las épocas de la Prehistoria y la Antigüedad, pues ha estado habitado desde tiempos remotos.
Por eso hoy nos vamos de viaje al suroeste de España a un lugar del que no se habla tanto, pero que poco envidia a otros destinos de Extremadura más conocidos como Garganta la Olla, Alburquerque o Robledillo de Gata. ¡Bienvenido a Fuente del Maestre!
Un pequeño repaso a la historia de Fuente del Maestre
Las fértiles y productivas tierras de Fuente del Maestre han sido aprovechadas desde hace miles de años. No en vano, existen indicios sobre poblamientos en el Paleolítico y el Calcolítico, como evidencian algunos objetos tallados en piedra procedentes de estas épocas remotas encontrados a lo largo del término municipal.
Ya más cerca en el tiempo, con estas tierras ya dedicadas al regadío, llegó la romanización de la zona, estableciéndose varias villas y asentamientos. Probablemente, los romanos llamasen a estas tierras Castra Vinaria, la misma a la que se refirió Plinio en sus crónicas hace ya dos mil años. La ocupación romana de la zona quedó demostrada con el hallazgo de varias monedas de cobre y plata pertenecientes a la época de Augusto.
Después llegó la cristianización, muy temprana, como demuestran varios templos de épocas tardo-romana e hispano-visigoda de los siglos VI al VII. Aunque siglos más tarde, como la mayoría de la Península Ibérica, la zona no escapó al dominio de los musulmanes, que pronto se dieron cuenta de las riquezas de esta zona y la llamaron Fuente Roniel, nombre con el que aparece Fuente del Maestre citada en las crónicas medievales.
En el siglo XIII, después de la Reconquista Cristiana, la zona quedó bajo la jurisdicción de la Orden de Santiago y se adoptó un nuevo topónimo: Puebla del Conde. La bautizó así Lorenzo Suárez de Figueroa, Maestre de la Orden de Santiago, que convierte a la población en la más importante de la encomienda y en un punto clave en la defensa de la frontera extremeña contra los portugueses.
Tal fue su relevancia y lo que ayudó a la villa este noble emparentado con la dinastía de los Trastámara, que acabó formando parte de su topónimo, pasando a llamarse Fuente del Maestre. Cientos de años más tarde, a principios del siglo XVII, durante el reinado de Felipe III la villa alcanzaría su independencia del partido de Llerena. Ya en Edad Contemporánea, en el año 1899, durante la regencia de Doña Mª Cristina, Fuente del Maestre fue reconocida como ciudad, título que todavía ostenta en la actualidad.
Qué ver en Fuente del Maestre
Comenzamos la ruta por Fuente del Maestre entrando a la villa donde en tiempos hubo de estar la Puerta de la Parra. una de las cuatro puertas de acceso a la antigua ciudad medieval y que hoy lleva a la Plaza del Gran Maestre. Y es que puede que queden pocos vestigios hoy en día de su recinto amurallado medieval, pero con solo poner un pie en su casco histórico y sus plazas, entenderemos tanto el nombre de esta localidad como su importancia en el pasado.
Nada más llegar por la calle Corredera enseguida vemos un bonito palacio de estilo mudéjar levantado en el siglo XV, el Palacio del Gran Maestre, residencia temporal de Don Lorenzo Suárez de Figueroa. Llaman la atención sus preciosas ventanas y un amplio balcón en la esquina con barandillas de forja. En la actualidad este edificio funciona como Hogar del pensionista, pero los viajeros curiosos e interesados por la historia son siempre bien recibidos.
Justo enfrente del palacio podremos ver otro de los lugares más emblemáticos de Fuente del Maestre, una curiosa y singular fuente llamada Fuente del Corro, la misma que junto al Maestre que ordenó su construcción ha dado nombre al propio pueblo. Edificada años más tarde que el palacio, según las trazas de la época Renacentista, este conjunto destaca por su delicada construcción en mármol, formando un recinto al que se baja por tres escaleras.
Sin alejarnos demasiado de la Plaza del Corro, caminando por las calles que parten desde ella, podremos ir descubriendo todo el potencial medieval de Fuente del Maestre. Paso a paso se suceden las casonas y palacios con escudos en sus fachadas, además de otros notables edificios como el convento de la Concepción o el convento de San Francisco. También podremos ver bonitos templos como la ermita de Santa Lucía (la más antigua de la localidad y alzada sobre lo que se cree que fue una basílica visigoda), la iglesia de San Lázaro o la iglesia de Santiago, esta última datada del siglo XVII.
Pero esta villa pacense tiene mucho más que ofrecer al viajero. Y es que entre los imprescindibles qué ver en Fuente del Maestre, además de la plaza del Gran Maestre, no podemos irnos sin ver el lienzo de muralla que todavía se mantiene en pie y el formidable conjunto que forman la plaza del ayuntamiento y de la Iglesia.
El tramo del antiguo recinto fortificado medieval que aún se conserva se encuentra a tiro de piedra de la plaza del Gran Maestre, igual que la iglesia, por lo que no hace falta caminar mucho. No resultará difícil encontrar la muralla, pues precisamente un bar llamado La Muralla nos dará todas las pistas. Justo detrás están los 150 metros de pared de piedra de la antigua muralla y que hoy en día recuerdan la importancia y poderío medieval de Fuente del Maestre.
Volvemos a la plaza del Gran Maestre y nos encaminamos hacia la plaza de España, también conocida como plaza del ayuntamiento. Aquí se encuentra además de la casa consistorial (un precioso edificio de estilo neoclásico levantado entre 1774 y 1780), el monumento por el que más merece la pena hacer una sosegada visita a la localidad: la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Candelaria.
El templo se alzó entre finales del siglo XV y comienzos del XVI, una época donde el poder eclesiástico y la Orden de Santiago impulsó la edificación de grandes construcciones en el rural extremeño que seguían las directrices del gótico tardío. Así se levantaron otros templos como la iglesia de Arroyo de La Luz o la de Jarandilla, además de la de Monroy, Llerena o Villafranca de los Barros.
La de La Candelaria es por tanto una iglesia con trazas góticas, pero que fue remodelada siglos más tarde bajo el influjo del Renacimiento. Así, el templo presenta tres partes muy diferenciadas, con una torre gótico-mudéjar, una nave hispanoflamenca, perteneciendo el resto de los elementos al renacimiento. Pese a las evidentes diferencias entre estos estilos, todos sus elementos forman un conjunto de lo más armonioso.
A primera vista, desde la plaza llama la atención su magnífica torre de estilo gótico mudéjar, perteneciente a la primitiva iglesia dedicada a Santa María la Mayor. Pero la explosión de arte e historia se produce en el interior del templo, cuando entramos por cualquiera de sus puertas de estilo gótico. No sabremos donde poner los ojos porque siempre hay algo bello que ver: la pila bautismal, las pinturas, la orfebrería o los retablos laterales son los que más llaman la atención, pero no perdamos atención tampoco al fabuloso órgano datado del año 1807.
Avanzando más por el templo podremos ver varias joyas de primera categoría. En primer lugar, la puerta de la sacristía, un fenomenal y precioso ejemplo del estilo plateresco donde se mezclan elementos góticos con otros de los primeros años del renacimiento. En segundo lugar, no menos bonito es también el espléndido retablo de la capilla mayor, realizado entre 1719 y 1723. Una obra de arte que enamora con sus estípites que centran la atención en el altar mayor, produciendo una preciosa sensación de movimiento.
Sin duda, esta iglesia es el lugar perfecto para finalizar la escapada por Fuente del Maestre, pues facilmente podremos pasarnos horas admirando todo el potencial artístico que legó la Extremadura de los siglos XVI y XVII.
Fiestas y gastronomía de Fuente del Maestre
Esta localidad extremeña dispone de un amplio elenco de fiestas populares. El calendario de celebraciones da el pistoletazo de salida con las procesiones de Semana Santa, que como en toda Extremadura, se viven con gran pasión. Poco después se celebran las Fiestas de San Isidro (15 de mayo), 3 días donde los vecinos se vuelcan con esta celebración, organizando peregrinaciones a la ermita y celebrando comidas campestres.
Ya en julio tienen lugar las Fiestas de Santiago (25 de julio) y en el mes de septiembre, se celebran las fiestas más importantes: las del Santísimo Cristo de la Misericordia (14 de septiembre). Los fontaneses sienten gran devoción por este cristo, sobre el que circulan varias leyendas.
En cuanto a la gastronomía, como en el resto de la región aquí en Fuente del Maestre el recetario es amplio, protagonizando la mayoría de los platos la llamada cocina de temporada. Evidentemente, el producto estrella es el cerdo ibérico y sus derivados, pero también deberías probar el gazpacho extremeño, las migas de pastor, las setas en caldereta, las tagarninas o los espárragos de monte. Para los más golosos que no perdonan un buen postre, aquí tienen donde elegir: tocinillos de cielo, dulces de almendra, flan de huevo…
¿Cómo llegar a Fuente del Maestre?
Fuente del Maestre está situado en el centro de la provincia de Badajoz, muy cerca de varios destinos interesantes como Mérida, Badajoz o Zafra, siendo por lo tanto una escapada perfecta en cualquier ruta por la provincia. Precisamente de la ciudad de Zafra dista solo 20 minutos por carretera. Para llegar es tan fácil como tomar la N-432 en dirección Badajoz y poco más de 14 kilómetros después, desviarse a la derecha por la BA-071 que lleva directamente a La Fuente.