Alburquerque, un bonito e histórico pueblo medieval perfecto para una escapada de fin de semana en Badajoz
Hoy hacemos una visita a Alburquerque, uno de los pueblos más bonitos de Badajoz y parada imprescindible en cualquier visita por la provincia. Y es que, esta localidad situada en las estribaciones de la Sierra de San Pedro, ofrece innumerables atractivos, muchos de ellos relacionados con su importante historia ligada a las guerras hispanas con Portugal.
Aquí el viajero tendrá la oportunidad de ver uno de los castillos mejor conservados de España y un precioso casco histórico declarado Bien de Interés Cultural y Conjunto Histórico-Artístico, todo ello rodeado de un maravilloso entorno natural en el que abundan los bosques de alcornoques, motor de la industria de corcho de la zona.
Por si esto no fuese suficiente, a ello se suma una sabrosa gastronomía y un animado calendario de festividades, lo que convierte a esta pequeña población en una perfecta escapada de fin de semana. Sigue leyendo porque a continuación te dejamos con todo lo qué ver en Alburquerque para que no te pierdas nada en tu visita.
Qué ver en Alburquerque
Aunque su reclamo más destacado es el Castillo de Luna, también conocido como Castillo de Alburquerque, la villa tiene muchos más atractivos. Así que te proponemos a continuación un paseo por su centro histórico a través del que podrás descubrir sus más interesantes monumentos y lugares de interés.
Castillo de Luna
Merece la pena empezar la ruta en la parte más alta de Alburquerque con el auténtico protagonista monumental de la villa, el Castillo de Luna, donde vivió don Álvaro de Luna, condestable de Castilla en el s. XV. Su importancia radica en que está considerada una de las fortalezas mejor conservadas y más importantes de la zona conocida como Raya (Raia en portugués), la inestable zona fronteriza entre España y Portugal. Sin duda una de las más bonitas que ver en Extremadura, tanto por la belleza de la fortaleza como por las vistas que se obtienen de todo Alburquerque.
Esta fortaleza amurallada de estilo románico alzada entre los siglos XIII y XV tuvo siempre gran importancia como punto estratégico de control. Sin embargo, no fue hasta el siglo XV, que pasó a manos de Álvaro de Luna, cuando se reformó la construcción quedando como la vemos hoy en día.
El Condestable Luna ordenó edificar la Torre del Homenaje de cinco pisos y también la construcción de un puente que la uniese con la Torre de las cinco puntas, mandada construir por Don Beltrán de la Cueva con anterioridad. El castillo alberga en su interior varias dependencias visitables, que se pueden visitar por libre o a través de visitas guiadas.
Iglesia de Santa María del Mercado
Justo en la entrada al recinto del castillo, dentro del recinto intramuros, se encuentra otro de los más interesantes monumentos de Alburquerque, la iglesia de Santa María del Mercado. Construída sobre un antiguo templo mudéjar en el siglo XIII es, por lo tanto, uno de los templos más antiguos de todo Extremadura.
Su curioso nombre se debe al mercado que se organizaba en el atrio de la iglesia donde comerciaron durante varias décadas moriscos, judíos y cristianos. Resulta interesante también pararse a ver el lado norte de la iglesia, donde hay una pequeña necrópolis medieval con varias tumbas antropomorfas talladas en la roca.
Villa Adentro
Conocida con varios nombres como Barrio gótico medieval, Barrio judío o Barrio de la Teta Negra, es sin duda una de las mejores cosas que ver en Alburquerque. Comprende la parte amurallada de la antigua población medieval y accederemos a ella a través de la Puerta de la Villa, situada junto a la plaza España.
Paso a paso estas hermosas calles medievales nos sorprenderán con rincones con gran encanto, casas de mampostería y fachada blanca y varias casas nobles del siglo XV. Además, podremos caminar en algunos momentos por encima de la muralla, lo que nos permitirá observar la estructura defensiva del recinto amurallado y también preciosas vistas de la villa.
Entre los antiguos elementos de la antigua muralla que aún podemos observar hoy en día tenemos además de la Puerta de la Villa, la Puerta de Valencia, la Puerta de Belén, la Torre Mocha y la Torre Cabera. Desde la Plaza de España también podremos ver la antigua Torre del Reloj, ahora perfectamente integrada en la ciudad debido a la expansión extramuros del pueblo.
Otras muestras de arquitectura religiosa de Alburquerque
Además de la iglesia de Santa María, sobre la que ya hemos hablado, la localidad atesora otros tesoros del patrimonio monumental religioso, buena muestra de su importante pasado ligado a la Orden de Santiago. Merecen la pena la Ermita de las Reliquias, de estilo gótico y datada del siglo XIII y también la Iglesia de San Mateo, construida en el siglo XVI.
Resulta curioso también un bar de la Plaza de España llamado La Ermita, precisamente por estar emplazado en un antiguo templo, la Ermita de nuestra Señora de la Soledad. De hecho, aún se puede ver la campana arriba en la espadaña y en el interior del local todavía se conservan varios de los elementos originales. Desde luego, es uno de los rincones más sorprendentes y peculiares que ver en Alburquerque.
Ya en los arrabales de la villa, en el paraje conocido como Llanos de San Andrés, recomendamos visitar el Convento de la Madre de Dios y la iglesia de San Francisco, con orígenes en el siglo XVI y cuyo singular claustro es todo un regalo para la vista. Tanto el convento como la iglesia son solo visitables en horario de culto.
Castillo de Azagala
Una vez visto el centro histórico y otros lugares de interés que ver en Alburquerque, toca coger el coche para visitar otra de las fortalezas destacadas de esta zona de la provincia de Badajoz. A 12 kilómetros de la villa de Alburquerque, a orillas del pantano Peña del Aguila, se localiza el grandioso Castillo de Azagala, construido en el año 1303 y actualmente en estado semirruinoso.
Esta gran fortaleza de aires misteriosos tenía la misión junto con el Castillo de Luna de defender las tierras castellanas de las tropas musulmanas y portuguesas. A lo largo de los siglos, conoció varios dueños, entre los que destacan famosos nombres como el de Sancho de Castilla (hijo bastardo del Rey Alfonso XI de Castilla), Leonor de Alburquerque (Reina consorte de Aragón), Enrique de Trastámara y Álvaro de Luna, también propietario del Castillo de Alburquerque.
La construcción se compone de tres recintos defensivos, con varias atalayas como la Torre del Homenaje, la Torre de Armas, la Torre de los Humos y la Torre de las tres Esquinas. Para los más osados, recomendamos adentrarse en el castillo. Es toda una experiencia perderse por sus habitaciones, escaleras, salas y hasta poder contemplar las vistas a la naturaleza de su bonita galería. Desafortunadamente, cada vez está más abandonado, pero aun así sigue dando buena cuenta de su notable historia.
Pinturas rupestres de los Abrigos del Risco de San Blas
A poco más de 2 kilómetros y medio de Alburquerque se encuentra el Risco de San Blas, cuyas pinturas rupestres fueron declaradas Monumento Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural en el año 1924. Para visitarlas es necesario contactar con la oficina de turismo municipal.
Llegar es muy sencillo, ya que desde la puerta de Valencia de Alburquerque tan solo hay que tomar la carretera que conduce a Valencia de Alcántara y a 2,5 kilómetros girar por un camino a la izquierda. Aquí podremos aparcar y continuar a pie por un estrecho camino hasta la cara norte del risco. El itinerario está señalizado en todo momento, por lo que no hay posible pérdida.
Una vez lleguemos podremos contemplar varias pinturas rupestres datadas entre el Neolítico y la Edad de Bronce. representan figuras antropomorfas con formas en Y (simple o doble) y motivos con extremidades arqueadas.
Qué hacer en Alburquerque: principales festividades y eventos
Además de la visita al casco antiguo de la villa y a los monumentos cercanos más destacados, esta población pacense ofrece otros alicientes capaces de convertir el viaje en algo único.
Es muy recomendable visitar Alburquerque en la segunda quincena del mes de agosto, cuando se celebra el Festival Medieval y todas las calles de la villa se decoran de época. Una puesta en escena que representa la época del popular y trágico romance entre el infante Pedro de Portugal e Inés de Castro, una de las leyendas que más han marcado la historia medieval de España y Portugal.
Los apasionados de las fiestas religiosas tienen buenos motivos para viajar a Alburquerque, ya que hay varias celebraciones y romerías. Destaca principalmente la Semana Santa, cuyo momento estrella es el Viernes Santo, día de la celebración de la Pasión Viviente, donde se representan varios momentos de la vida de Cristo en escenarios en plena naturaleza.
A principios del mes de septiembre se celebran las fiestas patronales en honor a la Virgen de Carrión, con capeas, juegos tradicionales y muchas más actividades. También en septiembre, el día 21 se celebram las fiestas de San Mateo, patrón de la villa.
Por último, destacan también otros eventos como el festival de música pop e indie Contempopranea, celebrado en el mes de julio y la Fiesta del Emigrante, que se festeja cada 15 de agosto.
Gastronomía
La cocina de Alburquerque está unida a la ganadería, que en esta tierra produce cerdos de los que se sacan jamones de excelente calidad. A tenor de esto, algunos de los platos ineludibles a degustar en los restaurantes de la zona son la prueba de cerdo, preparada con carne de jamón o paleta y con pimentón de la Vera; el pestorejo, elaborado con la careta, el morro y la oreja del cerdo; el lomo al ajillo, las chuletillas de cordero o las migas extremeñas.
Otros productos destacados son los quesos de cabra y de oveja, entre los que merece mucho la pena la llamada Torta de La Serena, elaborado con leche de oveja merina procedente de los prados del noreste de Badajoz.
Cómo llegar a Alburquerque
El pueblo de Alburquerque se encuentra al oeste de la provincia de Badajoz. Para llegar desde la capital provincial hay que tomar la carretera N-523 dirección Cáceres y unos kilómetros después tomar la carretera EX-110 dirección Alburquerque/Valencia de Alcántara. Conduciendo poco más de 30 kilómetros por esta carretera llegaremos a la villa alburquerqueña.