Olivenza, un fascinante viaje a la España más portuguesa

Situada 27 kilómetros al suroeste de Badajoz, la bonita y enigmática Olivenza aún sigue mostrando bien orgullosa su pasado portugués. Y es que esta ciudad solo ha sido española de forma continuada desde el año 1801, por eso todavía mantiene esa belleza vacilante y cautivante entre lo portugués y lo español.
El casco antiguo se distingue por sus casas blancas encaladas y la presencia del azulejo, pero también por sus impresionantes iglesias, su castillo y su inexpugnable recinto amurallado. Son estos últimos los que dan buenas pistas acerca de su importancia estratégica para la Orden del Temple, que fundó la ciudad en el siglo XIII.
Hoy viajamos a La Raya (A Raia en portugués), a la frontera entre España y Portugal a conocer uno de los destinos imprescindibles que ver en Badajoz en cualquier ruta por la provincia. Nos vamos de visita a Olivenza, un lugar que maravilla al viajero con su belleza, su magia y su historia.
Un breve repaso a la curiosa historia de Olivenza
La presencia humana en esta zona se remonta hasta el Paleolítico, debido a su excelente ubicación junto al Guadiana, que también aprovecharon romanos, visigodos y musulmanes. Ninguno de ellos estableció grandes villas ni núcleos urbanos, ya que no fue hasta la definitiva reconquista de la Taifa de Badajoz por el rey Alfonso IX de León, que las tierras donde se asienta Olivenza hoy en día pasaron a tener una vital importancia.
El monarca entregó esta zona a la Orden del Temple, que incluía también los importantes enclaves de Alconchel y Burguillos del Cerro. Pronto los templarios crearon la encomienda de Olivenza, que por aquel entonces no era más que un simple conjunto de huertos y casas emplazadas en torno a un espléndido manantial.
Sin embargo, pocos años más tarde el equilibrio de poderes entre la Corona de Castilla y Portugal comenzó sus vaivenes, debido a las injerencias del célebre rey portugués Dinis I en los asuntos castellanos. Esto obligó a Castilla, gobernada en aquel entonces por la reina regente María de Molina, a firmar en 1297 el Tratado de Alcañices que además de fijar la raya entre ambos reinos significó la cesión de Olivenza a Portugal.
Bajo dominio portugués Olivenza se convirtió en villa, creció y se desarrolló tanto económica como demográficamente, reforzando al mismo tiempo sus defensas militares. Si bien pasó a manos españolas en algunas ocasiones, ya fuese por los lances bélicos acaecidos a lo largo de los siglos o por los enlaces entre reinos como el de la Unión Ibérica (1580 a 1640), el dominio de Portugal fue mayoritario hasta el año 1801.

Fue durante la alianza militar francoespañola y tras la Guerra de las Naranjas cuando otro pacto, en este caso el Tratado de Badajoz, permitió que Olivenza regresase de nuevo a manos españolas. Pese a las reclamaciones de Portugal, que tampoco puso demasiado empeño en recuperar la ciudad, la localidad oliventina siguió perteneciendo a España hasta el día de hoy.
Olivenza, pues, fue tierra de trasiegos y cambió de manos en varias ocasiones a lo largo del tiempo. Y seguramente sean estos motivos los que explican ese «algo especial» que tienen sus calles. Por ejemplo, aquí todavía se puede escuchar hablar en portugués a los más longevos del lugar y los letreros de azulejo con los nombres de las calles están en los dos idiomas. Además, sus habitantes, los oliventinos, pueden elegir si tener la doble nacionalidad hispanoportuguesa, algo muy poco frecuente en nuestros tiempos.
Qué ver en Olivenza, una ruta por la España más portuguesa
Sin duda, la mejor forma de visitar Olivenza es paseando por sus coquetas calles de casas con fachadas blancas y descubriendo cada uno de sus rincones. Pese a que tiene mucho que ver, la ciudad no es demasiado grande, por lo que no tendrás problema en recorrerla y visitarla al completo desde cualquier punto. A continuación, te indicamos los imprescindibles que debes ver en tu visita para que puedas organizarla a tu manera.
Alcázar
Cuando Olivenza es cedida a Portugal en 1297, pasa a tener una vital posición fronteriza. Al estar en la margen derecha del Guadiana, con casi un pie en Castilla, era la plaza perfecta para vigilar de cerca dos importantes ciudades como Badajoz y Elvas, esta última portuguesa, pero de importancia vital, puesto que si era conquistada dejaba paso franco para llegar a Lisboa.

Por este motivo, Alfonso IV de Portugal construye el alcázar sobre el antiguo castillo fundado por los templarios. Tanto Alfonso IV como los sucesivos reyes portugueses, se encargaron de reforzar la Torre del Homenaje del castillo, convirtiéndola en la más alta de toda la frontera hispanoportuguesa con sus más de 37 metros de altura.
Esta alta torre, culminada en 1488 durante el reinado de Joao II, tenía un simple motivo: el de compensar con la altura el problema de Olivenza, que se encontraba en una planicie. Y como no, también el objetivo de demostrar quién era el más poderoso en esta zona de la raya, siempre alerta ante las incursiones castellanas.

Hoy en día la torre es accesible mediante varias rampas, por lo que todo el mundo puede visitarla. Y créenos, el pequeño esfuerzo de la subida merece totalmente la pena, ya que podrás contemplar desde todo lo alto las mejores vistas de la ciudad de Olivenza y a las poblaciones españolas y portuguesas de los alrededores.
Murallas de Olivenza
Las murallas son una forma ideal de conocer cualquier ciudad y en Olivenza no hubo solo una, sino hasta cuatro murallas, de las que se conservan en excelente estado la primera y la última. Esto no hace nada más que corroborar su importancia defensiva medieval y brindar de paso al viajero una experiencia única.
El primer recinto amurallado fue el de la Ciudadela del castillo, levantado por el rey Dinis I en 1306 para defender la ciudad tras su repoblación con habitantes lusos venidos del resto del reino portugués. Era una muralla cuadrada con cuatro puertas, una en cada lado, gracias a la que comenzó a expandirse Olivenza. De sus cuatro puertas originales, se conservan hoy en día la puerta de Alconchel y la puerta de Los Ángeles, protegidas ambas por dos torreones macizos, además del arco de la Puerta de Gracia.

Sin embargo, debido a su continua expansión y al progresivo refuerzo de sus defensas en el contexto de los enfrentamientos con la Corona de Castilla, a lo largo de los siglos se construyeron hasta 3 murallas más. De la segunda y tercera muralla, apenas se conserva nada, aunque su huella aún puede notarse en la trama urbana de la ciudad.
Sería finalmente ya en el siglo XVII, cuando se levantó la gran muralla abaluartada, concebida para transformar la ciudad en una auténtica plaza fuerte. Es la muralla con el mayor perímetro de todas, con forma de polígono estrellado y escoltada por 9 baluartes, de los que se conservaron varios de ellos. De hecho, algunos fueron reutilizados para otros usos y reformados, como por ejemplo el del auditorio o el de la plaza de toros.

Las calles del Casco Antiguo de Olivenza
Seguimos paseando por las calles de Olivenza, donde poco a poco empezaremos a ver palacetes y casas señoriales entre casas blancas bajas con detalles de colores, placas de mármol y bonitas rejas.
En la antigua Plaza de la Constitución, encontraremos el edificio del ayuntamiento, que hoy ocupa lo que fue el Palacio de los Duques de Cadaval. Llama poderosamente la atención la maravillosa portada manuelina de entrada, convertida ya en todo un símbolo que ver en Olivenza por ser un soberbio ejemplo de este estilo arquitectónico.

Atención también a la torre del reloj, de finales del siglo XV y construida sobre la torre de la antigua muralla medieval y también al bonito mosaico del suelo que representa el plano de Olivenza en 1851.
Merece la pena también dejarse llevar y pasar el tiempo en sus bonitas avenidas de clara esencia portuguesa. Son el Paseo Grande, también conocido como Paseo de las Palmeras y el Paseo Chico, ambos cubiertos por mosaicos de adoquines blancos y negros y azulejos, lo que típicamente se conoce como «empedrado portugués».

Museo Etnográfico González Santana
En el alcázar, en un edificio anexo conocido como la Panadería del Rey, se encuentra el Museo Etnográfico González Santana, uno de los más grandes e importantes de toda España. En su interior podremos ver una bonita recreación de la historia y costumbres de Olivenza, además de la cultura rural extremeña, principalmente entre los siglos XIX y XX.
En las distintas salas podremos ver desde restos arqueológicos, hasta hermosas arte sacro nobiliario, pasando por herramientas de labranza y artesanía y objetos con los que podremos hacernos fácilmente una idea de cómo era la vida en estas tierras hasta hace poco menos de 100 años. Una visita que lleva poco más de una hora, pero que es uno de los imprescindibles que ver en Olivenza de turismo.
Arte Manuelino de Olivenza
El estilo manuelino se desarrolló de forma profusa en Portugal y es realmente raro de encontrar en España, menos en Olivenza, donde el viajero podrá imaginarse por momentos estar en Porto o Lisboa. Son las dos principales iglesias de la ciudad donde se puede notar una presencia total de este estilo, caracterizado por el uso de azulejos.

Resulta interesante la visita a la iglesia de Santa María del Castillo, con aspecto exterior de fortaleza y una alta torre de sillería que alberga la portada, un rosetón y el campanario. Aunque sin duda, el mejor exponente del manuelino portugués en Olivenza es la iglesia de Santa María de la Magdalena, datada del siglo XVI.

Dicho estilo se nota tanto por fuera, con su mezcla de gótico tardío y decoración naturalista, como por dentro, donde podremos maravillarnos con unas sorprendentes columnas retorcidas y seis hermosos retablos barrocos con azulejería historiada. Todo un ejemplo de la belleza y esplendor del estilo manuelino.

También es absolutamente recomendable la visita a la capilla de la Casa de Misericordia, construida en el siglo XVI para brindar asistencia a los peregrinos. Su sencillo exterior contrasta con su interior, engalanado con una azulejería barroca firmada por Manuel dos Santos que recubre nave, coro y altar mayor. En ella se representan obras de misericordia relacionadas con los fines de la hermandad.
Convento de San Juan de Dios
El Convento de San Juan de Dios, también conocido como Convento de Clarisas, está situado en uno de los extremos de la ciudad, junto a una de las puntas de la muralla abaluartada de Olivenza. Fue construido entre los siglos XVI y XVII y, aunque en un principio, fue ocupado por las clarisas, en la Guerra de Restauración abandonaron el edificio. A partir de ahí el edificio pasa a tener los más diversos usos, desde hospital de los Hermanos de San Juan de Dios a cuartel militar.

En la actualidad, el edificio ha sido transformado en centro cultural y escuela de Teatro y Danza. También alberga el Centro de Recepción de Visitantes del Parque Temático Natural ALQUEVA, una ruta temática entorno al vergel natural del gran lago de Alqueva, una actividad ideal para cualquier visita con niños a esta zona de Extremadura.
Museo del Papercraft
También perfecta para hacer en familia o con niños resulta la visita al original Museo Papercraft de Olivenza, creado por el oliventino Guillermo Rebollo Mira. Este apasionado del papercraft ha convertido su casa en el primer museo de España sobre esta temática y el segundo de Europa. Rebollo empezó en esta arte casi por casualidad y desde entonces, no ha dejado de crear y acumular figuras hasta formar una fantástica colección.
En la actualidad se exponen más de 700 figuras en 3D de papel, de las más variadas temáticas y tamaños: monumentos de ciudades europeas, animales, dinosaurios, personajes cinematográficos, personajes de Mario Bros, de la Guerra de las Galaxias, de Toy Story, de Disney y un largo etcétera. La entrada es gratuita y aunque no siempre está abierto, merece la pena hacer un alto en el camino y entrar a ver sus pequeñas obras de arte en papel.
¿Cómo llegar a Olivenza?
Olivenza se encuentra en el extremo oeste de la provincia de Badajoz, ya lindando con Portugal. Para llegar desde Madrid solo hay que tomar la E90/A5 en dirección Badajoz. Aproximadamente 3 horas de trayecto después, a la altura de Talavera la Real, nos desviaremos hacia la EX-363. A partir de aquí continuaremos el camino por las carreteras BA-006 y EX-105, que en menos de 40 minutos nos llevarán a la ciudad oliventina.