Cerco de Artajona, la singular fortaleza de un efímero reino
Situado entre Olite y Estella, el Cerco de Artajona es un curioso conjunto amurallado repleto de historia y que, además, ha sido testigo de muchas batallas en Navarra.
Hoy venimos a descubrirte la que es, posiblemente, la fortificación medieval más importante y mejor conservada de Navarra.
Cerco de Artajona: historia de una importante fortaleza y un breve reino
Las tierras de Artajona tienen una gran solera. No en vano, la zona lleva habitada desde la época prehistórica, siendo ocupadas posteriormente por los romanos. En todo caso, fue la aparición de los conflictos musulmanes en el siglo VIII lo que originó un período convulso que llevó a unos 300 años de guerra continua. Un tira y afloja en el que Artajona no duraba demasiado tiempo en manos de nadie.
Es esta situación la que lleva al reino de Pamplona a dejar el lugar en manos monásticas, que alzaron el Cerco de Artajona a principios del siglo XI, en 1085. Los encargados fueron los canónigos de Saint Sernin de Toulouse, debido a las tradicionales buenas relaciones de la corona navarra con Francia, que acabaron la obra en 1109. Durante este período, se construyeron sus 14 torreones almenados que conforman el recinto del conjunto amurallado, de los que actualmente se conservan 9 en todo su esplendor.
Durante los primeros años y de la mano de la iglesia, el Cerco de Artajona logró consolidar el poder de la villa, prosperando y haciéndose cargo de un notable territorio que incluía varias tierras. Tanto los reyes, como la nobleza y el clérigo de la época, tuvieron en esta fortificación y su ubicación un aliado indispensable para dominar la zona.
Prueba de la importancia de estas tierras es el hecho de que fue Reino independiente durante un período fugaz. Ocurrió cuando Doña Urraca, hija ilegítima del rey de León Alfonso VII, se convirtió en reina consorte de Pamplona. Junto con Olite y otras villas, Artajona logró convertirse en un territorio independiente entre 1144 y 1158.
La reina gobernó en solitario desde la muerte de su marido en 1150 y, solo tres años después, regresaría a Asturias a ocupar puestos de responsabilidad. Le sucedería su hermanastro, Sancho III de Castilla que llegó a ser rey castellano en 1157, aunque falleció poco después. Este vació de poder fue aprovechado por Sancho IV para convertirse en primer rey de Navarra y devolver el reino de Artajona a territorio navarro, acabando así la breve historia de este reino.
Cerco de Artajona: una fortaleza singular y bien conservada
Ahora es el momento de viajar a la época medieval y descubrir de cerca el Cerco de Artajona. Para empezar la visita, puedes acceder por cualquiera de las dos puertas que quedan del conjunto fortificado, las de San Miguel y Remahua.
El elemento más importante que encontrarás en el Cerco de Artajona es la iglesia-fortaleza de San Saturnino construida en el siglo XIII y declarada Bien de Interés Cultural. Este templo llama la atención, además de por su preciosa portada gótica, por su tejado invertido, fruto de la escasez de agua de la zona y la consecuente necesidad de abastecerse. Y es que la forma irregular de su techo permitía canalizar el agua de lluvia y llenar un enorme aljibe subterráneo, lo que paliaba la escasez de fuentes y cursos de agua cercanos.
Esta iglesia tenía un papel verdaderamente importante en el cerco ya que permitía obtener una visión perfecta para vigilar y proteger el recinto. En su interior podrás encontrar talladas las imágenes del martirio de San Saturnino y de la reina Juana de Navarra y su esposo Felipe el Hermoso. Asimismo, también es posible contemplar un retablo gótico realizado entre 1505 y 1515.
Visitas guiadas al Cerco de Artajona y algunas recomendaciones
Te recomendamos que no pierdas la oportunidad de conocer toda la historia del Cerco de Artajona y disfrutes cada rincón de la fortaleza en este fascinante viaje hacia la época medieval.
El Cerco de Artajona siempre depara algo especial. Después de saber su historia y de ser parte de la época medieval, es el momento de que te tomes un respiro y disfrutes del precioso pueblo de Artajona. Sin duda, uno de los pueblos más bonitos de Navarra. Durante tu visita, además de la ya mencionada iglesia de San Saturnino, no te deberías perder monumentos como la iglesia de San Pedro o la Basílica de Nuestra Señora de Jerusalén, construida entre 1709 y 1714 y de estilo barroco. Ya en los alrededores de Artajona, a escasos kilómetros, también resultan muy interesantes los dólmenes de Portillo de Eneriz y de Mina de Farangortea.
Si tienes pensado viajar a Artajona y visitar su fascinante fortificación medieval, te recomendamos que busques alojamiento en los hoteles de Estella, una ubicación ideal para visitar otros lugares increíbles en Navarra como, por ejemplo, el Parque natural Urbasa-Andia, la Sierra de Urbasa o el Castillo de Olite.
¿Cómo llegar al Cerco de Artajona?
Esta bonita fortaleza medieval se encuentra en la localidad de Artajona, a apenas 30 kilómetros de Pamplona. Desde la capital navarra es necesario tomar la AP-15 en dirección Imarcoain hasta la salida 71, donde hay que desviarse en la salida de Puente la Reina. A partir de aquí hay que continuar por la NA-6020 hasta llegar a Artajona.
Si tienes en tu agenda visitar el Cerco de Artajona, te recomendamos que aproveches tu ruta y conozcas otros lugares fantásticos en Navarra como, por ejemplo, las grandiosas foces de Navarra; la foz de Lumbier y la foz de Arbayún.