Panteón de la Duquesa de Sevillano: descubre uno de los tesoros de la ciudad alcarreña
Entre todas las cosas que uno espera descubrir en Guadalajara el Panteón de la Duquesa de Sevillano quizás sea una de las más fascinantes. Y es que este ecléctico monumento construido en 1916 sobresale por méritos propios en el horizonte de la capital guadalajareña.
Y, además, constituye un recuerdo de uno de los personajes más queridos de la ciudad. Nos referimos a María Diega Desmaissières y Sevillano (conocida popularmente como doña Diega), una mujer con una gran sensibilidad social para su época que ayudaba a las familias más necesitadas de la ciudad y a las personas que trabajaban en sus obras.
Quédate con nosotros si quieres descubrir todo sobre este singular edificio, uno de los lugares más sorprendentes de Castilla-La Mancha y una visita perfecta para pasar un día en la capital alcarreña. ¡Allá vamos!
Índice
Una pincelada de historia sobre la figura de la Duquesa de Sevillano
Sobrina de la Vizcondesa de Jorbalán (elevada a los altares como Santa María Micaela del Santísimo Sacramento) María Diega Desmaissières y Sevillano compartió con su tía la visión de una vida dedicada a los demás. Y es que si bien no llegó a ser monja sí que se mantuvo soltera y se dedicó a la beneficencia toda su vida, un hecho tremendamente meritorio si tenemos en cuenta la enorme fortuna y el listado de títulos que heredó.
De parte de su padre recibió el Condado de la Vega del Pozo y el Marquesado de los Llanos de Alguazas mientras que por parte de su madre recibió el Marquesado de Fuentes de Duero y el Condado de Goyeneche. Asimismo, tanto de sus progenitores como de su tía y de familiares de Francia heredó también una ingente fortuna valorada en más de 80 millones de pesetas de la época.
El origen de tal fortuna fue debido al fallecimiento de su hermana a los tres años y de su padre cuando la Duquesa de Sevillano contaba apenas diez años. De esta forma, ya en 1861 se había convertido en condesa y marquesa con todo derecho.
Su madre, María Nieves Sevillano y Sevillano, tardaría más en fallecer ya que no lo hizo hasta el año 1884. Pero lo cierto es que la desventura y la soledad marcaron la vida de doña Diega. Fue quizás debido a su infortunada vida que mostró desde temprana edad una gran capacidad de mecenazgo que unió a destacadas labores de ayuda social.
Por ejemplo, para una fundación benéfica dedicada a ayudar a jóvenes mujeres ordenó construir en Madrid un enorme edificio neogótico que a la postre pasaría a ser la sede del famoso Colegio del Pilar. En cualquier caso, aunque la Duquesa de Sevillano disponía de propiedades en la capital madrileña, su gran obra no fue desarrollada allí sino en la ciudad de Guadalajara, razón por la cual el ayuntamiento guadalajareño la nombró Hija Adoptiva en el año 1888.
Qué ver en el Panteón de la Duquesa de Sevillano
Aunque probablemente sea el edificio más famoso lo cierto es que el Panteón de la Duquesa de Sevillano no es el único, ya que forma parte de un conjunto arquitectónico más grande. Nos referimos a la Fundación de San Diego de Alcalá, construida entre 1882 y 1916 y hoy convertida en el Colegio Niña María de las Adoratrices.
La duquesa encargó el diseño de este complejo a uno de los arquitectos más afamados de la época, el burgalés Ricardo Velázquez Bosco, autor de famosos edificios como los madrileños Palacio de Cristal del Retiro y Palacio de Fomento. Asimismo, este arquitecto fue un destacado restaurador como dejó patente en sus trabajos en la Mezquita de Córdoba y la catedral de León.
Aprovechando la finca de 50 hectáreas de la familia Desmaissières la Duquesa de Sevillano mandó levantar un grupo de edificios enmarcado en la corriente eclecticista historicista de la época, aunque con una evidente influencia de los estilos mudéjar y renacentista.
El edificio central fue inicialmente ideado para tener fines sociales y benéficos. Se planificó un asilo que además también haría las veces de fundación para jóvenes mujeres en riesgo de exclusión social a las que facilitaría educación y oportunidades de reinserción en la sociedad.
Al mismo tiempo, el complejo también estaba pensado para ser una pequeña explotación agraria valiéndose de la gran cantidad de terreno disponible. Todo ello se refleja en una serie de espacios que englobaban patios, huertas, terrenos de secano, jardines y bonitos paseos que se mezclaban con el citado edificio central y una iglesia advocada a su tía Santa María Micaela.
Pero además de lo anterior doña Diega también quería construir un lugar para ser inhumada junto a sus familiares. Por ello encargó a Ricardo Velázquez Bosco la edificación de un gran panteón cuya cripta mortuoria en vez de estar bajo tierra estuviese a nivel del suelo. Fue una de las pocas condiciones que impuso la aristócrata que, entre sus viajes y compromisos sociales, pudo ver su obra final completada en 1916, justo el año de su fallecimiento.
¿Cómo es el Panteón de la Duquesa de Sevillano?
El Panteón de la Duquesa de Sevillano sigue el esquema arquitectónico de tipo románico lombardo aderezado con ciertos detalles de estilo gótico. El edificio tiene planta de cruz griega y dos alturas. La baja fue concebida a modo de cripta y la superior cubierta con una cúpula y tambor octogonal, mientras que los brazos de la cruz están cubiertos con bóvedas de cañón.
En su exterior destaca el uso de la piedra de Novelda que aporta al edificio su particular aspecto brillante que se complementa a la perfección con los reflejos de sus tejados y cúpula central. El recubrimiento de estos está compuesto por una magnífica cerámica vidriada obra de Daniel Zuloaga, tío del célebre pintor Ignacio Zuloaga.
El interior del Panteón de la Duquesa de Sevillano, al que se accede a través de una grandiosa escalinata, se caracteriza por su refinada decoración en la que predomina el mármol de carrara y numerosos mosaicos de gusto bizantino de lo más colorido traídos directamente de Constantinopla. Destaca asimismo el conjunto escultórico de la cripta, obra del escultor Ángel García Diez, uno de los favoritos doña María Diega Desmaissières y Sevillano.
En la planta baja, a ras de suelo, se encuentra la cripta de la duquesa bajo una singular bóveda plana que la dota de un aspecto solemne como es natural en este tipo de lugares. En el centro se sitúa el mencionado conjunto escultórico de mármol dedicado a doña Diega compuesto por un maravilloso cortejo fúnebre con una terna de ángeles que enaltecen a la fallecida y otro conjunto de ángeles que parecen transportar el ataúd hacia el cielo.
El conjunto interior del Panteón de la Duquesa de Sevillano se completa con un busto de la homenajeada que, curiosamente, tuvo que ser esculpido tras su fallecimiento, probablemente debido al temor de la duquesa a morir si veía terminado su panteón antes de su deceso.
Las crónicas de la época cuentan que doña Diega falleció repentinamente en la ciudad de Burdeos un 9 de marzo de 1916. Su cuerpo llegó en tren a Guadalajara donde prácticamente toda la ciudad acompañó su cortejo fúnebre hasta su destino final: el Panteón de la Duquesa de Sevillano que ella misma costeó y que pasó a ser desde aquel instante el mejor recuerdo de la solidaria noble.
¿Cómo llegar al Panteón de la Duquesa de Sevillano?
El Panteón de la Duquesa de Sevillano, también conocido como Panteón de la Condesa de Vega del Pozo, se encuentra en la ciudad de Guadalajara. Para llegar desde la capital de España es tan sencillo como tomar la autovía A-2 y conducir poco más de media hora hasta la salida 56. Después solo quedará seguir por la Avenida Ricardo Velázquez Bosco, luego por la Avenida Juan Pablo II y finalmente por la Calle Dinamarca que nos llevará directamente al monumento.