Arribes del Duero, un bello paraíso natural transfronterizo
Un gigantesco cañón protagoniza uno de los espacios naturales más increíbles de Castilla y León. Es Arribes del Duero, un espectacular y extenso parque natural mucho menos conocido que otros, pero que merece mucho la pena descubrir por su singularidad. Y es que este espacio natural regala al viajero paisajes de excepción, cascadas, miradores y una naturaleza asombrosa, entre muchos otros atractivos.
No en vano, estamos hablando del cañón más impresionante de toda España, que se despliega durante más de 100 kilómetros haciendo de frontera natural con Portugal y creando a su paso un escenario único de desfiladeros y gargantas de vértigo.
Una maravilla de la naturaleza que hoy te descubrimos en detalle para que no te pierdas nada. ¡Bienvenido al Parque Natural de Arribes del Duero!
Índice
Parque Natural de Arribes del Duero, ese gran desconocido paraíso natural
Teniendo claro desde un principio que las comparaciones siempre son odiosas, lo cierto es que Arribes del Duero bien podría considerarse como el Gran Cañón Hispano-Luso. Una impresionante garganta de 120 kilómetros de longitud y cientos de metros de desnivel que separa España de Portugal. Y un paraíso natural catalogado como Reserva de la Biosfera por la UNESCO desde el año 2015 y que puede ser recorrido a pie, en coche y, como no, en barco.
El Parque Natural de los Arribes del Duero en España, conocido como Parque Natural do Douro Internacional en el lado portugués, es un espacio transfronterizo protegido que convierte al río Duero en una zona de aguas internacionales de soberanía compartida, por muy extraño que esto parezca.
En la zona donde el río Duero gira hacia el sur hasta encontrarse con el Tormes, los embalses han domesticado sus aguas, creando un tranquilo remanso perfecto para la navegación. Y merece mucho la pena. Solo en el agua, gracias a las diferentes actividades y excursiones en barco, se puede sentir en primera persona el bestial vacío que corta en dos la Meseta formando acantilados, esquinas y promontorios a los que asusta acercarse.
Pero las agradables travesías fluviales por los Arribes del Duero no solo incitan a llenar la memoria de fotografías espectaculares. También hacen pensar al viajero en esas famosas historias de contrabandistas y estraperlistas que hace décadas se jugaban el tipo cruzando el río como único medio para subsistir.
Los desfiladeros del Duero, que llegan en algunos casos a los 500 metros de altura, son los más profundos de toda España y propician un microclima singular, más cálido y típico del bosque mediterráneo. Esta particularidad hace que aquí habiten aves como las cigüeñas negras o las águilas reales, que tienen una visión privilegiada desde el aire del espectáculo natural de los Arribes del Duero.
Qué ver en los Arribes del Duero
Tanto en las provincias de Salamanca y Zamora como en la zona lusa, los Arribes del Duero deparan espectaculares paisajes y panorámicas que dejan sin palabras. Pero son tantos los lugares que ver que difícilmente pueden cubrirse en un viaje corto. Lo ideal es dedicarle a este parque natural al menos 3 o 4 días completos, ya que merece la pena disfrutar todos y cada uno de sus rincones.
En cualquier caso, nuestra propuesta incluye varios miradores, cascadas, actividades en la naturaleza y excepcionales paisajes pensados para ti. Si tu viaje es más corto simplemente elige lo que más te apetezca y crea a tu medida tu ruta por los Arribes del Duero.
Mejores miradores de los Arribes del Duero
A ambas orillas del Duero existen decenas de miradores de esos que dejan boquiabierto al más pintado. Los accesos no están por lo general muy bien acondicionados ni bien señalizados, principalmente en la parte portuguesa, por lo que conviene siempre conducir atentos.
Los siguientes son los miradores que más nos gustan, pero a lo largo de todo el parque hay muchos más con vistas de película. Comenzaremos por la orilla española con una selección de los miradores de Zamora y Salamanca para después continuar con los mejores miradores del lado luso de sur a norte.
Puente de Requejo
Muy al norte, entre los municipios zamoranos de Villadepera y Pino del Oro se encuentra el puente de Requejo, también conocido como puente Pino. Este monumental viaducto construido en el año 1914 es una preciosa obra de ingeniería de gran importancia para la época, pues permitió comunicar las comarcas zamoranas de Aliste y Sayago, hasta el momento unidas solo por un paso que empleaba una barcaza de poleas. Y, además, en su época fue el viaducto de mayor luz (120 metros) y el de mayor altura (90 metros) sobre un río de toda España.
Pero más allá de eso, hoy en día el Puente de Requejo es conocido por ofrecer una memorable estampa en mitad del cañón. Y no solo por el puente en sí, que recuerda a las obras de Eiffel, sino por el alucinante enclave natural donde está situado. Sin duda, es una de las mejores formas de empezar una ruta por los Arribes del Duero.
Mirador de las Barrancas
A poco más de 30 minutos hacia el sur y aún en tierras zamoranas, se encuentra otro de los mejores miradores del parque natural. Para llegar conduciremos en dirección a la Ermita del Castillo en el municipio de Fariza. Desde la propia ermita, donde hay un parking para dejar el coche, ya se pueden ver unas preciosas vistas del Duero. Pero lo mejor se encuentra a menos de medio kilómetro, caminando por un sendero que lleva directamente al mirador de las Barrancas.
Es difícil encontrar un lugar en los Arribes del Duero que no sea impresionante. Y este es otro de ellos, un mirador de los buenos. Un lugar que envuelve al viajero con sus altas y escarpadas paredes, su entorno natural, sus águilas reales sobrevolando el cielo… ¡Pura magia!
Presa de Almendra
Nos apartamos un poco del río Duero todavía en la provincia de Zamora para descubrir uno de los parajes más sorprendentes de esta zona. En otros arribes, en este caso los del Tormes, una majestuosa presa cae al vacío dando paso a un profundo y agreste cañón. Es la presa de Almendra que, con sus más de 8600 hectáreas de superficie, es llamada cariñosamente por los locales como el mar de Castilla.
Quizás sea el embalse más espectacular de España y no solo por la faraónica macroestructura de hormigón que deja patidifuso a cualquiera, sino también por sus preciosas vistas. Por encima de la presa, que divide las provincias de Salamanca y Zamora, discurre una carretera de varios kilómetros desde la que da igual hacia donde mires, por qué el paisaje que se ve es siempre espectacular.
Mirador del Picón de Felipe
Llegamos ahora a uno de los mejores miradores (sino el mejor) de todo el Parque Natural de Arribes del Duero, que regala unas vistas espectaculares. Para ello nos dirigimos a tierras salmantinas en busca de Aldeadávila de la Ribera, donde debemos seguir las indicaciones hacia varios miradores, entre ellos el de Picón de Felipe. Al llegar al paraje conocido como Llano de la Bodega, aparcamos el coche y seguimos un sendero que tras poco más de un kilómetro comienza a desvelar unas vertiginosas vistas de los acantilados.
Es justo aquí donde las escarpadas paredes que canalizan las aguas del Duero asustan por su altura, precipitándose dramáticamente desde más de 400 metros de altura. Además del cañón, impresiona también la estampa de la presa de Aldeadávila, encargada de contener el gran caudal del Duero a su paso por estas tierras.
¿Pero sabes por qué el mirador tiene tan curioso nombre? Como imaginarás, se debe a una curiosa leyenda datada del siglo XVIII. La historia cuenta que un pastor de Aldeadávila de la Ribera llamado Felipe, enamorado de una joven portuguesa del cercano pueblo de Bruçó, trató de derrumbar la montaña para crear una suerte de puente sobre el río. Algo que evidentemente no consiguió pero que acabó dando nombre al lugar para la posteridad.
Mirador del Fraile
La siguiente parada de la ruta por los Arribes del Duero se encuentra solo un poco más adelante, justo sobre el embalse de Aldeadávila. Se trata del mirador del Fraile, uno de los más conocidos del parque natural. Las vistas desde arriba son alucinantes, no aptas para las personas con vértigo, aunque una sólida valla protege del gran salto al vacío que es esta atalaya.
Además de lo majestuoso y brutal del propio mirador, merece la pena llegar hasta este rincón para ver como buitres, águilas y alimoches planean en el aire sobre nosotros. ¡Una experiencia que deja a cualquiera sin palabras!
* Actualmente (septiembre de 2021), el mirador del Fraile se encuentra en obras ya que se va a construir un nuevo mirador más moderno, accesible y (aún) con mejores vistas. Por esta razón se encuentra cerrado al público, por lo que recomendamos tener sentido común y respetar las normas. Por suerte, en los Arribes del Duero hay miradores y miradores de sobra para aprovechar el viaje.
Miradores de Mieza
Seguimos hacia el sur haciendo la última parada en tierras españolas antes de continuar en busca de los mejores miradores de los Arribes del Duero en Portugal. Y merece la pena desviarse porque aquí se encuentran varios miradores que, aunque desconocidos, guardan unas vistas espectaculares.
Desde el pequeño pueblo de Mieza parten rutas hacia varios miradores a lo que tanto se puede llegar en coche como a pie. Los que mejores vistas tienen son el mirador de la Code, el Colagón del tío Paco y el mirador de la Peña del Águila. Puedes ir a los tres, ya que los dos primeros son casi contiguos y el tercero se encuentra a poco más de 10 minutos en coche.
Especialmente interesantes son el mirador de La Code y el Colagón del tío Paco, por sus vistas y por el rico entorno natural que los rodea. Asomarse a este mirador es asomarse al alma de las Arribes, donde el Duero serpentea entre afilados y escarpados acantilados tapizados de verde.
Se pueden ver naranjos y olivos abandonados, quejigos, encinas, enebros y cornicabras, pero si algún árbol es el protagonista ese es el almez. Y es que Mieza tiene el privilegio de tener el mejor y más grande almezal de Europa Occidental (más de 250 hectáreas). Un tesoro único y de un valor ecológico tremendo.
Mirador de Penedo Durão
Seguimos la ruta en busca ahora de los mejores miradores portugueses que ver en los Arribes del Duero, entre los que destaca sin duda el Mirador de Penedo Durão, uno de los más conocidos. Y por méritos propios. Para llegar hasta él hay que conducir hacia el sur unos 45 minutos en dirección al salto de Saucelle.
La carretera es complicada, pero todo se hace más ameno por las vistas. Por el camino se encuentra el mirador del Picón del Moro, otro de los clásicos de los Arribes del Duero. Tras cruzar la frontera en unos minutos llegamos a Penedo Durão y la recompensa tras el pequeño viaje es de las que no se olvida.
Este mirador dispuesto en terrazas a diferentes alturas es perfecto para pasear y disfrutar de la visión que alcanzan los ojos. En primer plano vemos desde arriba la presa de Saucelle, pero la visibilidad del cañón desde aquí es de varios kilómetros, por lo que se ve un largo tramo del Duero en la frontera de España y Portugal, además de los municipios de Saucelle y Freixo de Espada à Cinta.
Mirador de Fraga do Puio
Continuamos hacia el norte por el lado portugués en busca de uno de los mejores puntos de vista de todo el Parque Natural de Arribes del Duero. Se trata del renovado (fue destruido por un horrible incendio en agosto de 2017) mirador de Fraga do Puio, también llamado mirador de Picote. Para llegar a él tan solo hay que dejar estacionado el coche en la localidad homónima.
Siguiendo las indicaciones hacia Miradouro Fraga do Puio, en poco más de 5 minutos andando descubriremos una hermosa balconada de madera asomada a los meandros del Duero. De aspecto moderno y limpio, esta atalaya ofrece unas vistas de escándalo del Parque Natural Douro Internacional.
Miranda do Douro
Nos acercamos ahora a uno de los puntos clásicos para descubrir los Arribes del Duero: Miranda do Douro. Esta pequeña ciudad se levanta en lo más alto abrazando los revirados meandros del Duero de los que goza de una vista privilegiada. Su embalse no solo sirve para cruzar la frontera, sino que también ejerce de tapón para crear una tranquila balsa de agua ideal para los diferentes cruceros y atracciones fluviales que se desarrollan en su ribera.
Pero su magia también está arriba, descubriendo la ciudad que hay detrás de sus murallas medievales. Y es que este pequeño enclave tiene algo diferente, como muchas de las ciudades del país luso. Nada más llegar diferenciamos claramente la Miranda algo decadente, una zona que vivió hasta los años 80 del pasado siglo del comercio de los españoles y de su fama turística. A la derecha, ha resurgido el casco antiguo mirandés, protegida por sus murallas que la han preservado de los desmanes del ladrillo.
Lo mejor de Miranda es que no deja de ser Portugal. Sus fachadas encaladas, la piedra o la cerámica (algo más contenida en estas tierras) nos recuerdan que seguimos en tierras lusas. El paseo por Miranda do Douro debe tener siempre como parada imprescindible su enorme catedral de estilo manierista y declarada Monumento Nacional.
Paso a paso por sus calles y plazas, llegamos a su antiguo castillo, otro de los imprescindibles. La ruta por Miranda puede completarse con la visita a las ruinas del palacio episcopal, un vertiginoso paseo por encima de las murallas o la visita a la curiosa biblioteca municipal (antigua iglesia dos Frades Trinos).
En cuanto a miradores, no hay uno específico en la ciudad, puesto que este enclave es por sí mismo un mirador natural sobre el Duero. Sin embargo, te recomendamos acercarte a la carretera que se dirige al embarcadero, ya que podrás ver una de las mejores panorámicas de los Arribes del Duero en Miranda.
Mirador de São João das Arribas
Llegamos al último mirador de la ruta para contemplar una panorámica de una de las zonas más salvajes de todo el Parque Natural de Arribes del Duero. Al norte de Miranda se encuentra la pequeña aldea de Aldeia Nova, desde donde sale una pista con las indicaciones hacia la Ermita de São Joao de Arribas y la Ruta de los castros.
Una carretera de tierra bien acondicionada lleva en menos de 5 minutos al aparcamiento del mirador junto a la ermita. Las vistas al llegar son brutales. Y da igual si miramos a derecha o a izquierda, porque el Duero se encajona aquí a ambos lados entre impresionantes cortados.
Mejores cascadas de los Arribes del Duero
Además de miradores y acantilados de vértigo, los Arribes del Duero también premian al visitante con algunas de las cascadas más bonitas de la Península Ibérica. El Duero y sus afluentes ofrecen mucho donde elegir, aunque nosotros nos quedamos con dos saltos de agua con acceso bastante sencillo a pie, cada uno de ellos a un lado del río y la frontera.
Faia da Água Alta
A esta maravilla natural, situada en el municipio de Mogadouro, se llega a través de un sencillo sendero que parte de la freguesía de Lamoso, aunque con un fuerte desnivel en bajada de aproximadamente 250 metros. Tras poco más de 20 minutos bajando llegamos a la parte alta de la cascada donde el sendero sigue de forma circular entre pasarelas de madera.
Este camino de pasarelas tiene la particularidad de ofrecer diferentes perspectivas de esta cascada que cae desde una altura de más de 60 metros, lo que hace de ella la más alta de la Portugal continental. Como todos los saltos de agua, las vistas siempre mejoran en los meses de lluvias, con el río al máximo de su caudal.
Pozo de los Humos
Para poner el broche final a esta ruta por los Arribes del Duero nada mejor que hacerlo en una de las cascadas más famosas de toda España. Se trata del Pozo de los Humos, un impresionante salto de agua del río Uces en la provincia de Salamanca.
Pra llegar a este paraje natural puede hacerse tanto desde la localidad de Masueco como desde Pereña de la Ribera. Desde la primera existe una sencilla y corta ruta de senderismo que conduce directamente a la parte alta del Pozo de los Humos a través de pasarelas y miradores que permiten tener distintas perspectivas. Por su parte, desde Pereña hay otra ruta que permite ver la cascada de lejos y su esplendorosa caída de agua de 50 metros.
Nuevamente, para ver el Pozo de los Humos en su plenitud, es preferible visitarlo en a finales del invierno y principios de la primavera, entre los meses de febrero, marzo y abril. En esa época, aunque todo depende de cómo venga el año de lluvias, suele ser un espectáculo de lo más fascinante.
Qué hacer en los Arribes del Duero (Cruceros y actividades)
Siendo un espacio natural cuyo auténtico protagonista es el río Duero, es lógico que sus aguas sean el escenario de muchas propuestas de ocio. Dependiendo del lugar donde te alojes y de la ruta planeada, tendrás varias opciones, aunque los cruceros fluviales son uno de los imprescindibles que ver y hacer en Los Arribes del Duero, algo que solo se entiende en el propio surcando las aguas desde el propio barco.
Como ya hemos hablado, los cruceros de Miranda do Douro son un clásico y ofrecen varios recorridos de diferente duración. Solo desde el interior del cañón se da uno cuenta de la altura de las paredes y lo estrecho de los cañones.
Pero además de los de Miranda, hay varias compañías que salen de diferentes lugares a ambos lados de la frontera. Desde Fermoselle o Bemposta en Portugal también hay rutas en barco de 2 horas y media de duración, así como desde las localidades de Aldeadávila de la Ribera, Freixo de Espada à Cinta (Portugal) o Vilvestre. Estos dos últimos se realizan en grandes barcos de 55 plazas que recorren una zona menos escarpada, aunque igualmente bella.
Además de rutas fluviales, las posibilidades de los Arribes del Duero de actividades en el agua son casi ilimitadas. Hay rutas guiadas en kayak, canoa o piragua en la zona de Miranda do Douro y en Fermoselle, además de la posibilidad de alquilar equipamiento para hacer paddle surf en los Arribes.
Debido a la dificultad de acceso a muchos de los puntos de interés del Parque Natural de Arribes del Duero una de las actividades más populares son las rutas guiadas en todoterreno. Por último, los aficionados a las aves y la naturaleza tienen aquí uno de los templos del llamado birdwatching u observación de aves.
¿Cuándo visitar los Arribes del Duero?
Pues como todo, dependerá de que plan tengas. Cualquier época es buena para visitar este paraíso de la naturaleza, pero personalmente te recomendamos evitar los meses de verano, ya que el calor de esta época se acentúa al estar en el interior del cañón. Una buena opción es siempre visitar el parque natural en los últimos meses de invierno y en la primavera, puesto que es la época ideal para ver tanto el río como las cascadas y saltos de agua en máximo apogeo.
También hay que tener en cuenta que entre febrero y finales de julio algunos de los senderos de los Arribes del Duero están cerrados al público debido a la época de crianza de las aves. Aunque hay personas que se saltan la norma, no lo aconsejamos. No solo por la multa, sino por mantener el respeto a la naturaleza. Puedes consultar los senderos abiertos en las oficinas de turismo, aunque créenos que hay caminos y caminos de sobra para perderse por los Arribes.
¿Cómo llegar al Parque Natural de Arribes del Duero?
El Parque Natural de Arribes del Duero es muy extenso y no tiene los mejores accesos ni comunicaciones. Por eso, la mejor forma de descubrirlo es desde alguna de las puertas de entrada principales. Esas son Fermoselle (para visitar los desfiladeros zamoranos), Aldeadávila de la Ribera y Sobradillo para aproximarse a los meandros del Duero por Salamanca y Miranda do Douro para conocer el cañón en la zona fronteriza.
Los que quieran hacer la ruta completa de cascadas y miradores de los Arribes del Duero deben tener en cuenta que el coche es totalmente imprescindible. Aunque las carreteras en algunas ocasiones dejan que desear, principalmente en territorio portugués, en los últimos años se han acondicionado muchas de ellas. Eso sí, no dejamos de hablar de estrechas pistas de asfalto y caminos rurales, por lo que se hace imprescindible conducir siempre con la máxima precaución.