Catedral de Zamora, descubre la joya del románico del Duero
Orgullo de todos los zamoranos, la Catedral de Zamora es la seo más pequeña y antigua de toda la comunidad de Castilla y León. El templo, construido en tan solo 23 años, está considerado una auténtica joya del románico del Duero, debido a su uniforme y marcado estilo. Estos, entre muchos otros motivos, fueron los que hicieron que fuese declarada Monumento Nacional ya a finales del siglo XIX.
Si estás pensando hacer una escapada turística por Zamora, esto es todo lo que debes saber sobre la Catedral del Salvador para aprovechar al máximo tu visita.
Catedral de Zamora, una visita imprescindible en la ciudad
Ubicada en un lugar privilegiado, en el punto más alto de la ciudad, la Catedral de Zamora es uno de los más importantes ejemplos de arquitectura románica de toda España. De hecho, no hay monumento en Zamora capaz de igualar el encanto de este templo, coronado por la esbelta y alta Torre del Salvador de 45 metros de altura.
Una de las particularidades que hace tan interesante a la seo zamorana, consagrada a San Salvador, es que fue construida en tan sólo 23 años, entre 1151 y 1174. Tan breve periodo de tiempo es el principal motivo por el que esta catedral tiene una unidad de estilo poco usual en construcciones de esta magnitud, que suelen alargarse durante años y, por tanto, reciben influencias de los diversos estilos arquitectónicos de la época.
El estilo de la Catedral de Zamora se enmarca dentro de los cánones borgoñones clásicos del estilo románico, del cual es uno de los máximos exponentes en toda España. Aunque, sobre la marcha, la construcción también recibió notables influencias cistercienses y orientales, como se hace ver en su cimborrio o en sus bóvedas de ojivas de la nave central, de las más tempranas de España y precursoras del estilo gótico que vendría después.
¿Cómo es la Catedral de Zamora?
Si bien como ya hemos dicho, la construcción de la Catedral de Zamora tuvo influencias de la arquitectura francesa, bizantina, cruzada y musulmana; lo cierto es que, debido a la rapidez de su construcción y a los pocos añadidos posteriores, podría catalogarse como una construcción única en su tipo durante la arquitectura medieval.
En cuanto a su exterior, este templo románico está alzado sobre una planta en forma de cruz latina, con 3 naves, transepto y 3 ábsides semicirculares. Sobre la planta se levanta un magnífico cimborrio que es todo un símbolo de la ciudad de Zamora y que, además, sirvió de modelo para otros templos como la Colegiata de Toro, la Catedral Vieja de Salamanca o la Catedral Vieja de Plasencia, representantes todas ellas de lo que se denomina el grupo de los cimborrios del Duero o cimborrios bizantino-leoneses.
Este cimborrio tiene forma de tambor cilíndrico y 16 ventanas con vidrieras, además de 4 pequeñas torres en sus esquinas. Sobre el cimborrio se levantan dos cúpulas, una interior y otra exterior. La exterior, está decorada con escamas y tiene 4 frontones, rematados con una cruz que coincide con los 4 puntos cardinales.
La Catedral de Zamora también destaca por su torre-campanario de planta cuadrada de 45 metros de altura, otro de los emblemas de la capital zamorana. Esta torre, conocida como la Torre del Salvador, fue un añadido que se construyó durante el siglo XIII, aunque manteniendo el estilo románico. Sobre ella, varios expertos están convencidos de que estuvo dotada de almenas, ya que los más seguro es que se levantase con funciones defensivas.
Pero si por fuera es magnífica, el interior de la catedral zamorana no se queda atrás. En primer lugar, destaca la capilla mayor, cuyas rejas se atribuyen al célebre rejero fray Francisco de Salamanca. En el interior de la capilla se encuentran el retablo mayor y el retablo de Nuestra Señora de la Majestad, además de la imagen del Cristo de las Injurias. Después, también merece mención aparte la sillería del coro, con representaciones de escenas profanas basadas en refranes, fábulas mitológicas y temas de la vida cotidiana.
Además, su interior atesora diversos secretos que han de disfrutarse poco a poco. A las incontables inscripciones que hay en sus muros y que aún pueden descifrarse hoy en día, se suman los relieves situados junto a la Puerta del Obispo. Entre ellos destaca el de la Virgen María con el Niño Jesús, bajo el que llama la atención una escultura de una cabeza atrapada en una ventana, relacionado con una leyenda sobre un robo. Y es que dicha cabeza se cree que es la de un ladrón que quedó allí atrapado durante la construcción de la Catedral de Zamora en el siglo XII.
La historia cuenta que el sacerdote de Zamora recibió un gran donativo por parte del rey consistente en varias cajas con monedas y joyas. Un avispado noble, enterado y consciente de tan semejante tesoro, planificó un robo escondido en las piedras de la puerta sur. De noche fue sacando el tesoro poco a poco, pero no fue hasta terminar la fechoría que cometió un error: querer salir por la misma ventana, pero con las piedras preciosas, que hicieron de tapón y le permitieron solo asomar la cabeza, tal como se muestra en el relieve.
Para descubrir estas historias y muchas más, la Catedral de Zamora ofrece una visita guiada que permite conocer cada rincón del templo y su valioso museo, con piezas procedentes de la misma catedral y una interesantísima colección de tapices flamencos tejidos en talleres de Tournai y Bruselas entre los siglos XV y XVII. En ellos se recrean de forma realmente detallada episodios de la guerra de Troya, la historia de Haníbal o la vida del que fuera rey de Roma Tarquino en su llegada a la ciudad y su batalla contra los latinos.
¿Cómo llegar a la Catedral de Zamora?
La Catedral de Zamora está ubicada en la parte oeste de la ciudad, en la plaza homónima y muy cerca del río Duero. Al encontrarse en una zona semipeatonal, el acceso en automóvil solo es posible para residentes, autorizados y transporte público. Sin embargo, al ser la capital zamorana una urbe no demasiado grande, es posible llegar caminando en poco tiempo casi desde cualquier punto. Además, también existe una pequeña zona de aparcamiento en la plaza de Arias Gonzalo, a menos de 50 metros de la catedral, para los que prefieran acercarse lo máximo posible en coche.