Mirambel, descubre una joya medieval donde parece que se haya parado el tiempo hace siglos
Probablemente mucho menos conocido para el público general que otros pueblos de la provincia de Teruel Mirambel es uno de los grandes tesoros escondidos de la comarca del Maestrazgo turolense. No en vano, esta localidad de poco más de 100 habitantes rodeada de montañas tiene un currículum que ya quisieran para sí muchos otros pueblos.
Y es que además de tener un casco antiguo declarado Bien de Interés Cultural y premiado en 1982 con el «Premio Europa Nostra» por su impecable restauración, se ha unido al selecto club de «Los Pueblos más Bonitos de España» recientemente.
Con semejante presentación no cabe duda de que este pequeño pueblo medieval turolense, donde el tiempo parece haberse detenido hace siglos, es una parada obligatoria en estas tierras. Así que ponte cómodo porque hoy te vamos a contar todo lo que ver en Mirambel para que puedas organizar tu visita.
Índice
Una breve pincelada de historia sobre Mirambel
En Mirambel ya en época medieval los caballeros templarios dejaron su imborrable impronta en un territorio que en otros tiempos hacía de frontera con el reino de Valencia durante la Reconquista cristiana. Aunque lo cierto es que la historia de la zona se remonta a muchos más siglos atrás como atestiguan los asentamientos prehistóricos e iberos hallados.
El primer documento donde se tiene constancia de la villa mirambelana lo encontramos en el siglo XII, concretamente en el 1157. Fue cuando Alfonso II le concedió Fuero Libre. Después en el año 1234 recibió la Carta Puebla gracias al maestre de la Orden del Temple.
Prueba de su importancia medieval es que aquí descansó Jaime I de Aragón antes de iniciar la conquista de Morella, primera población conquistada del Reino de Valencia. Después de la disolución de la Orden del Temple la villa pasó a manos de la Orden de San Juan del Hospital.
Siglos después Mirambel fue una importante plaza durante las sucesivas Guerras Carlistas hasta que los liberales los vencieron y los carlistas se vieron obligados a abandonar el Maestrazgo.
Qué ver en Mirambel
Al tratarse de un pueblo pequeño, el recorrido por Mirambel para conocer sus principales rincones puede hacerse perfectamente en una mañana. Pero ojo porque hay mucho más que ver de lo que podría parecer a primera vista ya que su patrimonio histórico es de primera categoría.
Por eso te dejamos con toda la información práctica que necesitas para que puedas descubrir sus calles y monumentos a tu propio ritmo paladeando cada momento de la visita. ¡Comenzamos!
Portal de las Monjas
Como pueblo amurallado que es para entrar a Mirambel es necesario atravesar alguna de las cinco puertas de su antigua muralla medieval. Una de las mejores opciones es comenzar la visita por el llamado Portal de las Monjas, sin duda uno de los principales emblemas (sino el que más) de la localidad.
Y la verdad es que no nos extraña ya que sus vistosas celosías ornamentadas con detalles en barro cocido y yeso son absolutamente preciosas. Dichas celosías forman parte de la galería cerrada perteneciente a la celda de la madre superiora del Convento de las Agustinas, situado en el edificio contiguo. Para verlas hay que cruzar al otro lado del portal donde también podremos contemplar un torreón defensivo de la muralla.
Convento de las Agustinas
Ya intramuros nos encontramos con el convento, un edificio construido por Felipe II en el año 1564 y ocupado hasta el 1980 por las monjas agustinas. Su interior alberga en la actualidad la Oficina de Turismo además del Centro de Interpretación del Patrimonio Arquitectónico del Maestrazgo, un espacio ideal para conocer en detalle el patrimonio arquitectónico de la comarca. En caso de disponer de tiempo suficiente es muy recomendable la realización de la visita guiada por el convento.
Casa Castellot y Casa Aliaga
Pese a su pequeño tamaño Mirambel, al igual que el resto de los pueblos del Maestrazgo, puede presumir orgullosa de poseer un buen ramillete de casas y palacios señoriales, clara prueba de la prosperidad de sus habitantes en el pasado. La mayoría de ellos se construyeron durante los siglos XVI y XVII.
Entre todos ellos hay dos que brillan con luz propia sobre el resto: la Casa Castellot y la Casa Aliaga. Estos dos palacios renacentistas situados en la recoleta plaza Nicolás Ferrer eran propiedad de dos de las familias nobles más importantes de la zona.
Ambos palacetes están realizados en sillería y mampostería de calidad, aunque lo que más llama la atención en su arquitectura son sus tradicionales galerías de aragonesas con arcos de medio punto y los salientes de madera del tejado. Pero estos no son los únicos ejemplos de casas nobles que ver en Mirambel ya que durante la época se construyeron también otros palacetes como la Casa de la Sota, la Casa Barceló, la Casa Pastor o la Casa de los Julianes.
Ayuntamiento de Mirambel
Seguimos la ruta por la villa mirambelana caminando por la calle Remolinos hasta llegar al ayuntamiento, quizás el edificio civil más importante de la localidad. La casa consistorial fue construida en estilo renacentista el año 1583 tal como se puede observar en la inscripción del escudo de armas situado en una esquina de la fachada.
En ella destaca además del amplio alero de madera los tres arcos que dan acceso a la antigua lonja, un tipo de arquitectura típica de muchas villas de la provincia que no tenían plaza porticada y que podemos ver también en otros lugares como Beceite.
Iglesia de Santa Margarita
A escasos metros del ayuntamiento está la iglesia parroquial de Santa Margarita datada del siglo XVII, aunque edificada sobre un antiguo templo medieval situado en el mismo emplazamiento.
Por fuera lo más llamativo es la torre del campanario de planta cuadrada, con vanos de medio punto entre pilastras sobre grandes medallones al nivel de las impostas. La torre está rematada con una pequeña barandilla y un cuerpo superior coronado por una cúpula de sillería vista.
Por su parte, desafortunadamente del interior poco queda del patrimonio del templo original ya que fue incendiada durante las Guerras Carlistas y posteriormente saqueada durante la Guerra Civil. Sirva como curiosidad que la iglesia, al igual que otros lugares de Mirambel, fue escenario de varias escenas de la famosa película «Tierra y Libertad» de Ken Loach.
Castillo Templario de Mirambel
Justo detrás de la iglesia encontramos los restos del antiguo castillo templario del siglo XIII. Esta fortaleza nos recuerda el importante pasado de la localidad, reconquistada a los árabes en el siglo XII por Alfonso II y entregada inmediatamente a la Orden del Temple. Tras la supresión y desaparición de los templarios, la villa mirambelana pasó a la Orden de San Juan del Hospital que amplió el castillo para darle un uso más palaciego.
El castillo de Mirambel fue utilizado hasta el siglo XIX, momento en el que fue escenario de varias refriegas durante las Guerras Carlistas, siendo finalmente derribado. De la fortaleza en la actualidad solo se conservan sus muros de mampostería y ciertas partes de su estructura como las portadas de acceso de arco apuntado.
También ha sobrevivido un antiguo horno árabe que con toda seguridad perteneció al castillo. Lo mejor de todo es que puede visitarse ya que alberga hoy en día una tienda de ultramarinos, la única del pueblo por otra parte.
La muralla de Mirambel y sus otras puertas de entrada
Además de la fortaleza, como es natural la Orden de San Juan protegió el antiguo casco urbano medieval de Mirambel con una gran muralla, probablemente la más completa y mejor conservada del Maestrazgo turolense. De esta forma, dando un paseo por sus calles no resulta difícil contemplar varios lienzos del antiguo recinto amurallado, así como atravesar alguno de sus portales.
Del bellísimo Portal de las Monjas ya hablamos al inicio, pero existen hasta cuatro puertas de acceso más que todavía se conservan en muy buen estado. Son el Portal del Estudio, el Portal de San Roque, el Portal de la Fuente y el Portal de Valero.
Ermita de San Roque
La última parada (o la primera según se prefiera) en la ruta por Mirambel es la ermita de San Roque, situada ya fuera de las murallas medievales enfrente al portal homónimo. Este pequeño templo fue construido para dar gracias a este santo por el hecho de que la villa se librase de la terrible epidemia de peste de mediados del siglo XVII.
La ermita es de planta rectangular y de claro estilo barroco con un atrio delantero con tres grandes arcos de medio punto. Aunque sin duda lo más interesante de la visita no es el templo en sí mismo, sino las espectaculares vistas que se pueden obtener del pueblo.
Recomendaciones para la visita
Además de la propia villa a lo largo del municipio existen varios lugares que merece la pena visitar. Uno de ellos es la Masía de la Torre de Santa Ana, una masía fortificada del siglo XV cuya función era vigilar y controlar los caminos de paso del Maestrazgo.
Cerca, aunque ya fuera del término municipal, se encuentran también pueblos como La Cuba o Tronchón cuyos cascos antiguos invitan a un agradable paseo, además de Cantavieja, considerado por muchos uno de los pueblos más bonitos de todo Aragón.
Un poco más lejos a tan solo una hora por carretera se encuentra la comarca del Matarraña, un paraíso natural con pueblos de gran belleza que ver en Teruel como Valderrobres, Calaceite o Beceite. Precisamente en este último pueblo podemos disfrutar de uno de los parajes naturales más espectaculares de España, el Parrizal de Beceite.
Asimismo, el viajero no debería olvidarse de otros lugares como Alcañiz (capital del Bajo Aragón Histórico) y poseedora de un excepcional patrimonio monumental y cultural. Ya en la provincia de Castellón (a menos de una hora en coche de Mirambel) tenemos bonitos pueblos como Morella con su imponente castillo medieval y Villahermosa del Río.
¿Cómo llegar a Mirambel?
Mirambel se encuentra a mitad de camino de la capital provincial Teruel y la ciudad de Castellón de La Plana. Para llegar desde la primera ciudad es tan sencillo como tomar la carretera autonómica A-226 y conducir aproximadamente durante hora y media los 100 kilómetros que separan ambas localidades.
Por su parte, para llegar desde Castellón primeramente habrá que tomar la carretera CV-15 hasta Ares del Maestrat donde nos desviaremos a la derecha para continuar por la CV-12 y por la CV-124. Al llegar a Forcall giraremos a izquierda para conducir por la CV-120 que pasará a denominarse A-226 justo antes de llegar a Mirambel. El viaje lleva poco más de una hora y cuarenta minutos.