Las Tuerces: Palencia también tiene su ciudad encantada. Y no le envidia nada a la de Cuenca
Cerca de Aguilar de Campoo, en una pequeña meseta entre los pueblos de Villaescusa de las Torres y Mave, está el singular paisaje de Las Tuerces, un lugar de apariencia casi mágica donde solo el ruido lejano de los trenes rompe la postal.
Aquí el paisaje se caracteriza por las fantásticas y extrañas formas que la erosión ha ido creando a lo largo de millones de años sobre la roca caliza. Acantilados, columnas, cárcavas, plataformas, hoyos, pasadizos, callejones de todo tipo y rocas de las más diversas formas (que hasta tienen nombre propio) son el emblema de este Monumento Natural.
Hoy te proponemos una ruta por Las Tuerces para que no te pierdas nada en tu visita a esta maravilla de la naturaleza, uno de los imprescindibles qué ver en Palencia de viaje. ¡Empezamos!
Las Tuerces, descubre una fantasía geológica
La increíble Ciudad Encantada de Cuenca posee una prima hermana en tierras palentinas a escasos kilómetros del mítico Monte Bernorio. Estamos hablando del paisaje geológico de Las Tuerces, uno de los más fascinantes y a la vez desconocidos de toda la geografía española.
Esta maravilla de la naturaleza emerge sobre un roquedo abrazado por un meandro del Pisuerga junto al pueblo de Villaescusa de las Torres. Sobre este paraje el agua y el viento se han encargado de tallar una sucesión de caprichosas, sugerentes y retorcidas formas que se elevan sobre la planicie palentina como si fuera un castillo encantado.
Las Tuerces invita a deambular y perderse por su laberinto rocoso dejando volar la imaginación. Y cuando hablamos de perderse, lo decimos de forma literal, porque eso es más o menos lo que se debe hacer al subir a este lugar tan particular: perderse durante un buen rato. Cosa que por otra parte no es difícil, ya que apenas hay caminos marcados a excepción del que lo cruza de lado a lado.
Explorar los callejones y pequeños cañones es siempre una buena idea. En esta especie de caos rocoso tanto podemos subir a lo alto de una enorme roca para sorprendernos con que al otro lado hay un agujero casi perfecto pero inaccesible, como pasar por debajo de grandes arcos o sentirnos pequeños ante un enorme paredón vertical.
Con un poco de suerte incluso podemos disfrutar del momento en solitario y pensar que estamos en una de esas ciudades malditas que han quedado petrificadas.
Dejarse llevar en Las Tuerces es un buen plan por sí mismo, pero para los que prefieren algo más planificado, existe la ruta «La escalera del tiempo», uno de los senderos señalizado en el entorno de este Monumento Natural comprendido, a su vez, en la Geoparque Las Loras.
La ruta por Las Tuerces comienza en la localidad palentina de Villaescusa de las Torres y durante 2 kilómetros, cruza corredores, callejones, mesas y grandes setas de piedra esculpidas por la erosión de las aguas subterráneas sobre las rocas carbonatadas del periodo Santoniense. Una serie de paneles desplegados a lo largo del sendero muestran los sucesivos fenómenos geológicos desarrollados a lo largo de millones de años que dieron como resultado el paisaje de Las Tuerces.
La travesía en subida lleva poco más de 30 minutos, pero merece la pena llegar arriba de la planicie y topar con la Peña de la Mesa, una enorme piedra en forma de seta con una cruz de hierro clavada en lo alto. Es el punto más elevado de Las Tuerces, a 1.070 metros de altitud.
La historia (y no solo la geológica) se da cita en este lugar. Desde aquí se pueden también contemplar los restos del vecino castro de Monte Cildá, una antigua ciudad fortificada celta (tal vez la legendaria Vellica) testigo de varias de las batallas más importantes de las guerras cántabras. Guerras en las que participó en persona el propio César Augusto, empeñado en culminar la larga conquista de la península ibérica.
¿Qué ver cerca de Las Tuerces?
Antaño zona de importancia por su estratégica ubicación, la mayoría de los pueblos que integran el Geoparque Las Loras vienen sufriendo hoy en día la despoblación del medio rural, formando parte de la mal llamada hoy en día «España vaciada».
La gran excepción es el tradicional enclave galletero de Aguilar de Campoo. Desde arriba de Las Tuerces, según la dirección del viento, puede llegar hasta nosotros el dulce aroma de la harina y el azúcar de las fábricas. Y es que no hay en España un pueblo tan asociado a un alimento como Aguilar, donde la industria de las galletas lleva funcionando más de cien años de forma ininterrumpida.
Fontaneda nació aquí. Gullón, también. Y Siro fabrica ahora también en Aguilar. Como estas, muchas otras muchas marcas de galletas del imaginario colectivo español también se fabricaban aquí. Durante la época de gloria, 9 de cada 10 galletas consumidas por los españoles se fabricaban en la localidad. Casi nada.
Pero además de galletas, en Aguilar y en la provincia de Palencia en general hay mucho arte. En concreto, arte románico, que puede verse en la propia localidad aguilereña y en muchas de las poblaciones de la zona. Y es que sólo en el norte de Palencia existen casi 100 piezas, iglesias y ermitas románicas, construidas entre los siglos XI y XIV. Una barbaridad.
Por último, una excelente forma de completar el recorrido por Las Tuerces es visitando lugares cercanos como Covalagua, la Cueva de los Franceses, Peña Amaya, el Cañón de la Horadada y el mirador de Valcabado.
¿Cómo llegar a Las Tuerces?
El espacio natural de Las Tuerces está localizado al norte de la provincia de Palencia, junto a Villaescusa de las Torres y muy cerca de Aguilar de Campoo, un enclave muy bien comunicado por carretera. Es por ello por lo que la mejor forma de llegar es desde esta última ciudad, donde hay que tomar la N-611 y después la PP-2601 que lleva en menos de 15 minutos hasta este fantástico monumento natural.