Catedral de Valladolid: conoce la historia de la gran catedral que pudo ser y no fue
La Catedral de Valladolid, conocida como «La Inconclusa», quizás no es la más famosa de Castilla y León, pero si una de las más curiosas, por su estética sobria, muy diferente de otras catedrales contemporáneas.
Construida en el siglo XVI siguiendo los planos de Juan de Herrera, conserva en su interior un extraordinario retablo de Juan de Juni y una magnífica custodia procesional del orfebre Juan de Arfe en el Museo Diocesano y Catedralicio adjunto. Sin duda, un monumento de imprescindible visita en cualquier viaje a Valladolid.
Historia de la Catedral de Valladolid, una faraónica obra sin acabar
La Santa Iglesia Catedral Metropolitana de Nuestra Señora de la Asunción, conocida como la Catedral de Valladolid, es un templo católico inacabado ubicado en la ciudad de Valladolid.
La historia de la catedral está ligada al desarrollo de la ciudad pucelana. De hecho, su construcción es una sucesión de proyectos frustrados que nunca pudieron terminarse, dando como resultado una catedral a medio construir y una colegiata que aspiraba a más de lo que llegó a ser.
El proyecto original de la Catedral de Valladolid era muy ambicioso y estaba planteado para convertir a este templo en la catedral más grande de Europa de la época. Sin embargo, una obra de tal magnitud supuso que fuese inviable económicamente, algo que se agravó también por los problemas de cimentación del edificio al no estar situado en un terreno llano.
Tan dificultosa fue su construcción que generó historias y leyendas, como la que contaba que el proyecto catedralicio vallisoletano estuvo eclipsado por la construcción del Monasterio del Escorial, al cual Felipe II siempre dio prioridad. Sin embargo, esto no fue del todo así, pues pese a los evidentes problemas económicos de la Corona, lo cierto es que el Escorial se construyó antes.
Los inicios de la seo pucelana
La actual catedral se asienta sobre una antigua colegiata construida en 1095 en estilo románico. Esta obra fue impulsada por el Conde Ansúrez, el fundador de Valladolid, cuyo sepulcro se encuentra dentro del templo.
Entre los años 1219 y 1230, durante el reinado de Fernando III el Santo, la antigua colegiata se quedó pequeña, por lo que se llevó a cabo la construcción de una segunda colegiata en el solar de la primera, dejando en pie tan solo la torre románica de la antigua iglesia.
Más tarde, en 1527 se toma la decisión de construir una nueva colegiata de estilo renacentista, obra de Diego de Riaño. Sin embargo, este arquitecto fallece y queda al cargo el Rodrigo Gil de Hontañón, que no consiguió avanzar demasiado el proyecto pese a estar casi 50 años a su cargo.
Siglo XVI: Valladolid por fin tiene su catedral
La obra no avanzaba y Valladolid seguía sin un templo a su altura, por eso durante una visita de Juan de Herrera a finales del siglo XVI a la ciudad, se le encargan los planos para la nueva colegiata, eso sí, respetando la planta y orientación que había pensado Riaño.
Las obras comenzaron de inmediato, pero debido a la escasez de fondos, se paralizaron a la altura del crucero. De todos modos, esto no supuso impedimento para que, en 1595, Felipe II pidiese al Papa Clemente VII designar a la capital pucelana como una Diócesis y convertir así su colegiata en la Catedral de Valladolid.
Años más tarde, Alberto de Churriguera recibe la encomienda de construir el hastial superior de la fachada, cambiando así los planes iniciales de Herrera.
De las torres proyectadas para la catedral solo llegó a construirse una de 75 metros de altura, conocida como la Buena Moza. Sin embargo, con el terremoto de Lisboa de 1841 se vio afectada y tuvo que demolerse.
En 1880 se inician las obras de la torre derecha, de cuerpo ochavado. Esta torre, que nunca llegó a alcanzar la altura establecida en los planos, se remató con un simple tejado y un pararrayos, inaugurándose con boato en 1885. Pero no fue hasta bien entrado el siglo XX cuando se acabó de verdad la obra con la instalación del reloj en 1911 y la colocación de la estatua del Sagrado Corazón en 1923, configurando el actual aspecto de la Catedral de Valladolid.
¿Cómo es la Catedral de Valladolid?
Los rasgos generales de la Catedral de Valladolid son clasicistas, inspirados en las construcciones de la Antigua Roma, cuyos influjos artísticos se recuperaron para la arquitectura del Renacimiento.
La línea es pura, sobria, sin licencias en cuanto a adornos, muy típico de la arquitectura herreriana. De hecho, la única decoración del edificio responde a razones puramente arquitectónicas como cornisas, capiteles o pilastras. En el exterior, si nos fijamos, también destacan parte de las ruinas del siglo XIII de la antigua Colegiata, presentes a lo largo del perímetro noreste de la catedral.
Una vez en su interior, la catedral sigue presentando un estilo sobrio, siendo las únicas notas discordantes los elementos decorativos de los retablos, entre los que destaca el de Juan de Juni, hecho expresamente para la Iglesia de Santa María de La Antigua.
La visita a la Catedral de Valladolid no estaría completa sin subir a la cúpula, a la que se llega a través de unas escaleras mecánicas. Pero sin duda, el mejor momento de la visita será subir al punto más alto de la catedral, la galería de la Torre, donde podremos ver el interior del campanario y la maquinaria del reloj. Aunque a 70 metros de altura, aquí lo mejor son las vistas panorámicas de la capital vallisoletana.
Finalmente, podemos concluir la visita atravesando la puerta de Santa María, junto a la calle Arribas, donde puede visitarse el Museo Diocesano, que expone obras de incalculable valor, como la Custodia de plata del Corpus Christi, de Juan de Arfe, o el Ecce Homo, de Gregorio Fernández.
Curiosidades sobre la Catedral de Valladolid
Desde sus inicios, han circulado diversas historias entre los pucelanos sobre la Catedral de Valladolid. Una de ellas es la mencionada creencia de que el Monasterio del Escorial supuso un impedimento para su construcción y conclusión, algo que como bien hemos aclarado no fue cierto.
Asimismo, corren otras leyendas, como la que hace referencia a la muerte de la campanera en el derrumbe de la torre de 1841 que, si bien hirió al matrimonio de campaneros encargado, no causó el fallecimiento de ninguno de ellos.
Otra de las curiosidades de la Catedral de Valladolid es que hace siglos albergó dos pinturas del Greco, vendidas en 1904 por el Cabildo, además de una elegante reja del Coro, vendida y después donada al Museo Metropolitan de Nueva York, que la tiene expuesta en la actualidad.
Recomendaciones para visitar Valladolid y su catedral
Las visitas guiadas a la Catedral de Valladolid y a su torre-campanario duran 45 minutos y pueden combinarse con una visita al museo, que dura dos horas. También puedes visitar la catedral por tu cuenta, pero debes tener en cuenta que la visita a la torre y el Museo Catedralicio no son gratuitas. En el anterior enlace tienes información para preparar la visita.
En caso de que estés planeando una visita a la capital pucelana, te recomendamos que no aplaces la búsqueda de hotel en Valladolid, ya que la ciudad recibe bastantes turistas, principalmente en temporada alta. Una vez que tengas reservado el alojamiento, podemos darte unos cuantos consejos sobre qué ver en Valladolid en tu visita.
La ciudad del Pisuerga es una urbe animada con una creciente oferta cultural y de ocio, perfecta para una escapada breve e intensa. Durante tu visita te recomendamos la visita al Museo de la Ciencia de Valladolid y el Museo Nacional de Escultura, dos espacios museísticos de gran importancia a nivel nacional.
Pero los atractivos de la ciudad no acaban ahí, ya que también tiene impresionantes monumentos además de la catedral. No te pierdas tampoco la visita al Palacio de Santa Cruz, al Palacio Real de Valladolid o la preciosa Plaza Mayor vallisoletana, punto de encuentro de los locales.
Y si pasas varios días en la ciudad, te recomendamos salir un rato del bullicio y visitar lugares cercanos como el Castillo de Fuensaldaña o el Archivo de Simancas, el primer y más antiguo archivo oficial de la Corona de Castilla.
Por último, también te recomendamos que consideres hacer el free tour por Valladolid, una de las mejores opciones si quieres empezar a conocer la ciudad de la mano de un guía local profesional.
¿Cómo llegar a la Catedral de Valladolid?
La Catedral de Valladolid se encuentra en pleno centro de la ciudad, en una zona más elevada. Es por ello que lo mejor para visitarla es llegar a pie o en transporte público. En caso de que prefieras la segunda opción, las líneas 5, 8, 18 y 19 pasan por las inmediaciones de la seo pucelana, por lo que llegarás muy cerca siempre que te bajes en la parada de López Gómez 13, junto a Fray Luís de León.