Puente de Triana, descubre uno de los emblemas de la capital hispalense

El Puente de Isabel II, cuyo nombre más popular es Puente de Triana, es uno de los lugares favoritos de los sevillanos. Declarado Monumento Histórico Nacional en 1976, este viaducto se extiende sobre el río Guadalquivir para unir el centro histórico de la ciudad hispalense con el legendario barrio de Triana.
Hoy queremos descubrirte este auténtico icono de Sevilla para que no te pierdas nada en tu escapada. ¡Empezamos!
Conoce la historia del Puente de Triana
Aunque es un monumento instalado en el imaginario colectivo, lo cierto es que el Puente de Triana es relativamente reciente. Y es que hasta el siglo XIX Sevilla no tuvo un puente estable que comunicara el centro de la ciudad con el barrio de Triana. Durante cientos de años ambas partes de Sevilla estuvieron unidas por un «puente de barcas», construido en el siglo XI durante la época de dominación almohade.
El puente de barcas sevillano estaba formando por 13 embarcaciones de madera unidas por medio de cadenas y sobre las que descansaban sólidos tablones de madera que permitían el paso de peatones, animales de carga y hasta carruajes. Este sistema se mantuvo tras la conquista cristiana de Sevilla hasta la construcción del actual viaducto.
Sin embargo, no dejaba de ser un sistema rudimentario e inestable que presentaba numerosas desventajas. El puente sufría con las abundantes crecidas del Guadalquivir y la elevada circulación diaria entre Triana y Sevilla, lo que hacía que tuviese que ser sometido a un mantenimiento constante que, en muchas ocasiones, podía durar incluso un mes.
Por ello, ya en la segunda mitad del siglo XVI, una época de expansión económica, comenzaron a darse los primeros pasos para buscar una solución. Aunque a lo largo de los años fueron presentadas al Cabildo de Sevilla numerosas propuestas y proyectos (entre las que se incluían puentes colgantes, puente de piedra o puentes de hierro), no fue hasta los inicios del siglo XIX cuando comenzó cristalizarse el futuro Puente de Triana.
En abril de 1844 al ayuntamiento de Sevilla dio su visto bueno a la construcción de un puente con arcos de hierro y dos pilares en el río, una solución que aseguraba solidez y también belleza. El proyecto fue adjudicado a los ingenieros franceses Bernadet y Steinacher, que propusieron un diseño análogo al del Puente del Carrousel de París, construido en 1834 bajo el mando del ingeniero francés Polonceau.

En el año 1845 se acometió por fin la construcción del Puente de Triana. Las obras se prolongaron durante casi 7 años, un tiempo en el que los ingenieros originales fueron cesados y se puso al frente a Canuto Corroza, que llevó a cabo ligeros cambios. La estructura se inauguró finalmente en 1852 y, como no podía ser de otra forma en Sevilla, lo hizo con una procesión desde la parroquia trianera de Santa Ana.
¿Cómo es el Puente de Triana?
Casi 170 años después, el Puente de Triana sigue conservando esa estampa que lo ha hecho icónico, aunque ha sufrido algunos cambios. Por ejemplo, los arcos metálicos ya no tienen una finalidad estructural sino meramente ornamental, algo que no impide que siga siendo uno de los puentes de hierro fundido más antiguos de toda España.
El puente mide 149 metros de largo, 7 metros de ancho y 99 metros de alto. Está compuesto de tres tramos metálicos de 45 metros de luz, complementados por un tramo de sillería en arco. El tablero fue sustituido varias veces a lo largo del tiempo, por los daños sufridos producto del intenso tráfico que soporta. La última reforma (y más profunda) fue acometida en 1977, liberando los arcos metálicos de su función estructural para pasar a ser únicamente un elemento decorativo.
Curiosas historias sobre este puente sevillano
Tanto el actual Puente de Triana como el antiguo puente de barcas emplazado en el mismo lugar, han sufrido numerosos avatares a lo largo de los siglos. Muchos de estos avatares han dejado numerosas historias dignas de contar y que descubrirás a continuación.
La situación estratégica del puente y su importancia en la comunicación de ambas partes de la ciudad convirtió al primitivo puente de barcas en el objetivo de los que pretendían invadir la ciudad, motivo por el cual fue escenario de varios enfrentamientos bélicos. Los más importantes se dieron durante la Reconquista de Sevilla (1248) y durante la Guerra de la Independencia (1812), en la conocida como Batalla del Puente de Triana.

Ya más cercano en el tiempo, en el año 1874 un barco de vapor con bandera inglesa bautizado como Adela colisionó contra su estructura, provocando daños por valor de 762,23 pesetas de la época. Pero… ¿a qué no sabías que el Puente de Triana no es el único en ser llamado así en el mundo? En el año 1951 se inauguró sobre las aguas del río Benito, en Guinea Ecuatorial (aún colonia española) una construcción con el mismo nombre.
El Puente de Triana: un imprescindible de Sevilla
El Puente de Triana, a mitad de camino entre las dos Sevillas, es uno de los principales puntos de interés de la capital andaluza. No en vano, constituye un entorno ideal para dar un agradable paseo disfrutando de las preciosas vistas sobre las dos riberas del río Guadalquivir, ya sea de día o de noche.
Y es que su belleza y escenografía regala al viajero alguna de las mejores postales de la ciudad. En este sentido, merece la pena visitar la ciudad en Semana Santa y maravillarse con el paso en procesión de la Hermandad de la Esperanza de Triana o la Hermandad del Cachorro.

Junto con el puente de San Telmo, el Puente de Triana es una visita indispensable para todos los que quieran disfrutar de la ciudad hispalense. Nosotros te recomendamos visitarlo al atardecer, con el encendido de las luces, momento en el que se convierte en uno de los mejores miradores de la ciudad. Y como no, aprovecha para ir a la Calle Betis, donde podrás disfrutar del ambiente de sus terrazas y de la gastronomía sevillana.
¿Cómo llegar al puente de Triana?
El Puente de Triana se encuentra en el centro de la capital de Andalucía, cerca de otros monumentos emblemáticos como la Torre del Oro, la Plaza de Toros de la Real Maestranza o el Archivo de Indias. Teniendo en cuenta esto, la mejor forma de llegar al puente es a pie. Te recomendamos hacer el free tour por Sevilla, cuyo itinerario te permitirá visitar el puente. No obstante, si tu hotel en Sevilla está alejado del centro histórico, tienes también la opción de tomar las líneas 3, 21, 40, 41, A2 o C4 de autobús.