La Lonja de la Seda, un viaje al glorioso pasado de Valencia
Obra maestra gótica donde las haya, la Lonja de la Seda (Llotja De La Seda en valenciano) es un monumento que impresiona nada más verlo. Y es que estamos hablando de uno de los edificios más bellos de la ciudad del Turia y una parada obligada para todo aquel que se encuentre de visita en Valencia.
Acompáñanos hoy a descubrir este fascinante monumento, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1996 y todo un símbolo del Siglo de Oro Valenciano.
La lonja de la Seda de Valencia, descubre la historia de la joya del gótico civil europeo
Mientras muchas ciudades mediterráneas vislumbraban un futuro incierto debido al Descubrimiento de América, hubo una urbe que emergió como una de las más influyentes e importantes de Europa durante los siglos XIV y XV. Y es que Valencia, envuelta por la pujanza del Siglo de Oro valenciano, no solo consiguió una gran influencia política, sino que vivió una próspera época de esplendor cultural y económico, convirtiéndose en el principal referente de la Corona de Aragón.
En esa época una nueva y prestigiosa clase burguesa empezó a explotar el comercio de todo tipo de mercaderías a través del Mediterráneo. La ciudad valenciana empezó a recibir a mercaderes venidos desde todas partes del mundo, que venían a comerciar y cerrar negocios. Es por ello que, en 1482, el Consejo General de la Ciudad decide la construcción de una nueva lonja con capacidad suficiente para acoger todas las operaciones comerciales. Una lonja que debía ser en palabras de la época «muy bella, magnífica y suntuosa, la cual sea honor y ornamento de esta insigne ciudad».
El encargado de construir la Lonja de la Seda fue el maestro cantero Pere Compte, discípulo de Francesc Baldomar y que recibió el encargo en 1481 de acabar los planos tras el fallecimiento de este. Compte modificó ligeramente el diseño, basándose en la Lonja de Palma de Mallorca y aportó elementos renacentistas a su diseño. Finalmente, comienza a dirigir a los picapedreros y a trabajar sobre el terreno en 1483, cuando se reciben las primeras entregas de material.
La construcción de la Lonja de la Seda se prolongó entre 1483 y 1492, año en el que se acaban las obras principales y se da comienzo a la actividad comercial. Sin embargo, como es lógico en una obra de tal magnitud, las obras prosiguieron con la construcción del resto de espacios proyectados. La Sala de Contratación fue acabada en 1498, mientras que el Pabellón del Consulado no se culminó hasta 1548 a cargo de Johan Corbera y Domingo Urtiaga que, tras el fallecimiento de Pere Compte, recibieron la encomienda de acabar el edificio.
¿Por qué se llama Lonja de la Seda?
Pese a que en el edificio se llevaban a cabo transacciones comerciales de todo tipo, fue tal la importancia del negocio de la seda en Valencia que acabó por darle su nombre. Y es que los tejidos de seda fueron la gran industria de la capital valenciana en el período comprendido entre los siglos XIV y XVIII. Por ejemplo, en 1487 había casi 300 maestros sederos registrados mientras que en el siglo XVIII una potente industria con casi 3.000 telares empleaba a más de 25.000 personas en la ciudad. Sin duda, datos que dan fe de la envergadura del negocio.
De forma paralela, en el siglo XV el auge del comercio marítimo motivó la creación de la Taula de Canvis i Depòsits, un precedente de los bancos públicos que daba soporte a las operaciones comerciales y que ha pasado a la historia por ser el lugar donde se extendió la primera letra de cambio de la que se tiene constancia. Durante varios años, dicha institución tuvo su sede en la Sala de Contratación de la Lonja de la Seda.
Como es la visita a la Lonja de la Seda de Valencia
Una visita a la lonja ofrece al visitante innumerables detalles que dejan patente que este lugar fue en su época un próspero centro del comercio del Mediterráneo. Y es que más que un mercado, por dentro la Lonja de la Seda de Valencia parece más una catedral.
El centro neurálgico era la Sala de Contratación también conocido como Sala Columnaria, un amplio espacio con ocho esbeltas columnas helicoidales que acaban abriéndose en forma de palmera y formando quince preciosas bóvedas de crucería. Originalmente, el techo estaba pintado para representar una bóveda celeste estrellada.
En lo alto de las cuatro paredes, unas inscripciones latinas en caracteres góticos recordaban a los comerciantes cómo debían ser los negocios: “Casa famosa soy en quince años edificada. Probad y ved cuan bueno es el comercio que no usa fraude en la palabra, que jura al prójimo y no falta, que no da su dinero con usura. El mercader que vive de este modo rebosará de riquezas y gozará, por último, de la vida eterna.”, rezaba la cita.
Desde la misma Sala de Contratación, una escalera de caracol conduce a una torre cuadrada de 26 metros de altura. Esta torre tenía los dos pisos superiores habilitados como prisión para ladrones de seda y mercaderes morosos, mientras que en la planta baja acogía la capilla gótica de la Virgen de la Misericordia, patrona de la cofradía de los comerciantes de seda. Curiosamente, estos cofrades eran en su mayoría judíos conversos tras la expulsión del pueblo judío en 1492.
La visita por la lonja continúa en el Consulado del Mar, una sala rectangular de estilo renacentista construida de forma anexa en el siglo XVI. En esta sala era donde jueces y cónsules de comercio dirimían sobre disputas y asuntos mercantiles y marítimos.
En la primera planta del edificio del Consulado se encuentra la llamada Cámara Dorada, que maravilla con su precioso techo gótico de madera policromada y donde merece la pena pasar un rato observando todos los detalles. La planta baja por su parte, cuenta con un interesante techo de estilo renacentista y se utiliza en la actualidad para realizar exposiciones. El recorrido por la Lonja de la Seda de Valencia concluye en el agradable Patio de los Naranjos, decorado con diversos naranjos y cipreses y una fuente central en forma de estrella de ocho puntas. Un lugar ideal para terminar la visita a esta joya del gótico civil europeo.
Los detalles de la Lonja de la Seda
Aunque muchos de ellos puedan pasar inadvertidos para la mayoría de visitantes a simple vista, los detalles escultóricos de la Lonja de la Seda, patentes en las puertas, las ventanas o las gárgolas del edificio, son exquisitos y llenos de buen humor e ingenio. Las esculturas simbolizan los vicios humanos y, en definitiva, el pecado. La brujería, los pecados capitales o el mal están representados en las gárgolas que dan buena idea al visitante de cómo era la imagen que se tenía del infierno en la época medieval.
Entre las representaciones más bizarras se encuentran monstruos con cabeza de mujer, simbología de adulterios, una anciana con una cría de mono, ángeles que sí tienen sexo e incluso una mujer desnuda tocando sus genitales, representando el pecado de la lujuria.
¿Cómo llegar a la Lonja de la Seda?
La Lonja de la Seda se encuentra en el centro histórico de la capital de la Comunidad Valenciana, junto al Mercado Central y la Iglesia de los Santos Juanes. Es por ello que la mejor forma de llegar a la lonja es caminando. También te recomendamos hacer el free tour por Valencia. cuyo itinerario comprende la visita a este edificio y una explicación detallada de los diferentes estilos arquitectónicos presentes en él. No obstante, si tu hotel en Valencia está alejado del centro histórico, tienes también la opción de tomar el autobús turístico de Valencia o un autobús de la Empresa de Transporte Metropolitano de Valencia. Las líneas 4, 7, 27, 28, 60, 81 y C1 tienen parada cerca de la lonja, además de las líneas 3 y 5 del metro.