Faro de Cabo de Palos, el centinela que vigila el Mar Menor y el Mediterráneo

Pocas experiencias hay más gratificantes en la Región de Murcia que subirse al faro de Cabo de Palos, un lugar que es toda una lección de geografía e historia. Abierto al público desde hace pocos años, este centinela cuyos orígenes se remontan al siglo XIX es el faro más alto de todo el Mediterráneo.
Sus vistas sobre los pueblos marineros, la turística zona de la Manga del Mar Menor y las cristalinas aguas cuyos fondos esconden historias de viejos naufragios, son razón de sobra como para dejarse caer por aquí. Hoy nos vamos de viaje a uno de los imprescindibles que ver en Murcia.
Faro de Cabo de Palos, uno de los rincones más interesantes de la costa murciana
Desde que su linterna se encendiese el 31 de enero de 1865 con aceite de oliva, el faro de Cabo de Palos ha alumbrado con su luz a los barcos que se acercaban a esta zona de la costa murciana, conocida por su complicada navegación. Sus 84 metros de altura, promontorio incluido, han hecho que sea considerado el faro más alto de España, aunque en realidad ese honor corresponda al faro de Chipiona, situado en la localidad gaditana homónima.
El faro se encuentra situado sobre la colina más elevada de Cabo de Palos, en una zona muy rocosa del pueblo marinero del mismo nombre. Su arquitectura singular lo ha convertido por méritos propios en uno de los más bonitos de las costas españolas, motivo por el que fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 2002.

Luego de más de siglo y medio en los que muy pocos han tenido el privilegio de visitar su interior, el faro de Cabo de Palos abrió sus puertas en 2019 y puede visitarse. Y es algo que recomendamos hacer encarecidamente. Subir por los 269 escalones que llevan a la cima es una experiencia que sorprende con historias y curiosidades y, lo mejor de todo, regala unas fabulosas vistas sobre la Manga del Mar Menor y Cabo de Palos, una zona considerada un auténtico paraíso mundial del buceo.
Historia del faro de Cabo de Palos
Como la mayoría de faros, el de Cabo de Palos tiene su historia y es de lo más interesante. La actual localización del faro aparece ya mencionada por Plinio el Viejo en el siglo I, como el lugar donde se situaba un templo romano dedicado a Saturno, anteriormente consagrado al dios fenicio Baal Hammon. Aunque no fue hasta mediados del siglo XVI, concretamente en 1554 cuando el lugar comenzó a adquirir importancia estratégica. Y es que la costa murciana sufría constantemente los ataques de los piratas berberiscos que llegaban del norte de África, entre ellos los del célebre Barbarroja.
Por ello, el rey Carlos I, que quería hacer de Cartagena un importante enclave militar, ordena la construcción de una torre de vigilancia con el nombre de Torre de San Antonio, precedente más lejano de lo que sería el futuro faro del Cabo de Palos.
Aunque no es hasta la época de Felipe II cuando se refuerza la importancia defensiva de la zona. El monarca pretendía construir una muralla desde Cádiz a Barcelona, encargo que hizo al prestigioso ingeniero italiano Juan Bautista Antonelli. El proyecto, con un coste inasumible para la Corona y complejo de llevar a cabo, quedó reducido al levantamiento de varias torres vigía repartidas por la costa, entre ellas la de San Antonio, que se terminó en 1578. De esa atalaya ya no quedan vestigios, pero sí de otras similares como la de Santa Elena en la Azohía y la de Horadada, en Pilar de la Horadada.
A pesar de encontrarse bien conservada y en funcionamiento, en el año 1862 la torre renacentista de San Antonio es demolida y sus sillares se emplean en la construcción del actual faro de Cabo de Palos, cuyos ingenieros encargados fueron Juan Moreno Rocafull y Evaristo de Churruca. Tras 2 años de obras, el faro entra en funcionamiento el 31 de enero de 1865.
Frente al faro de Cabo de Palos se encuentran las Islas Hormigas, una prolongación elevada de la Sierra Bética, que se introduce en el mar creando una sucesión de bajos y arrecifes sumergidos que conforman una peligrosa barrera para la navegación. Este es el motivo por el que, pese a la presencia del faro, han sido muchos los barcos que han quedado aquí atrapados, como los cargueros Minerva (1899) y el North América (1883), cuyos restos todavía permanecen bajo las aguas haciendo las delicias de los buceadores más aventureros.

Aunque el naufragio más famoso fue el del trasatlántico italiano El Sirio, conocido como «el Titanic del Mediterráneo», que hacía la ruta Génova – Argentina, parando en Barcelona, Cádiz y Brasil. El barco se hundió frente a la costa de Cabo de Palos el 4 de agosto de 1906, quedando para la historia como el mayor accidente de la navegación civil ocurrido en las costas españolas hasta el momento.
¿Cómo llegar al faro de Cabo de Palos?
El faro de Cabo de Palos se encuentra en la localidad homónima, perteneciente al municipio murciano de Cartagena. Para llegar a este precioso pueblo marinero lo más sencillo es hacerlo por la carretera RM-12, accesible desde la AP-7, la autopista del Mediterráneo. También es posible llegar en autobús puesto que hay líneas regulares que conectan con la ciudad de Cartagena, con Murcia e incluso con Madrid, al ser la Manga del Mar Menor un importante centro turístico.