Torre del Oro, descubre uno de los emblemas de Sevilla
La Torre del Oro, que custodia el río Guadalquivir desde el siglo XIII, es uno de los monumentos más emblemáticos de Sevilla. Ligada desde siempre al comercio marítimo, esta torre albarrana también sirvió a lo largo de los siglos como capilla, prisión y hasta oficina naval. Hoy en día alberga un pequeño museo marítimo y un mirador en su azotea que nos regala las mejores vistas de Sevilla.
La Torre del Oro, breve historia sobre este famoso monumento sevillano
Situada en uno de los lugares más representativos de Sevilla, en el lado izquierdo del Guadalquivir y junto a la famosa plaza de toros de la Real Maestranza, se alza la Torre del Oro.
El inicio de su construcción data del primer tercio del siglo XIII por orden del gobernador almohade de Sevilla, Abù l-Ulà. Tiene una altura total de 36 metros y 15 metros en su parte más ancha. Una de las curiosidades de esta mítica torre es que su planta está basada en la Torre de Espantaperros de Badajoz.
Esta torre presenta tres cuerpos perfectamente distinguibles. El primer nivel, comenzado a construir en 1220, tiene forma dodecagonal y es la base de la atalaya defensiva. El segundo cuerpo, también con doce lados, es mucho más estrecho. Por último, tenemos el tercer nivel, rematado por una pequeña cúpula dorada. Aunque a simple vista pueda no parecerlo, la construcción de la torre abarca cinco siglos y refleja tres épocas distintas de la historia de Sevilla.
La base finalizada en 1221 era la torre albarrana, es decir, una atalaya que era parte del sistema defensivo de la ciudad. De hecho, la Torre del Oro defendía el paso de naves enemigas al antiguo puerto de Sevilla y a las atarazanas. Y lo hacía gracias a un tramo de muralla que la conectaba con la menos conocida Torre de la Plata, todavía en pie, aunque en estado de abandono. La muralla también pasaba por la Torre de Abd el Aziz y continuaba hasta llegar al Alcázar.
El segundo cuerpo de la torre no fue añadido hasta el siglo XIV, cuando el rey Pedro I de Castilla El Cruel ordenó su construcción. La Torre del Oro permaneció con esta forma durante cientos de años, hasta 1760, cuando con motivo de los trabajos de reconstrucción por el reciente terremoto de Lisboa, el ingeniero militar Sebastián Van der Borcht decidió añadir un último cuerpo cilíndrico que ha dado al monumento su aspecto actual.
¿Y por qué se llama Torre del Oro? Mitos y leyendas que debes conocer
La Torre del Oro ha sido conocida con este nombre ya desde tiempos árabes por sus característicos brillos dorados sobre el río. Respecto a esta nomenclatura existen varias teorías. Una de ellas se refiere a que, durante la época almohade, la torre lucía un exterior cubierto por brillantes azulejos dorados. Otro de los mitos y leyendas asociadas es el de los tesoros de oro y plata que se cree que el rey Pedro I guardó en el interior de la torre.
También existe otra falsa leyenda que cuenta que, debido a la proximidad de la torre al Muelle de la Aduana, la torre era el lugar donde se almacenaba el oro traído de América, no siendo cierto esto, ya que se guardaba en el Cuarto del Tesoro, una estancia de la Casa de la Contratación.
Sin embargo, lo cierto es que ninguna de estas fantásticas leyendas ha podido probarse. Lo que si ha quedado probado es lo que unos científicos descubrieron durante unas obras de restauración llevadas a cabo en 2005: el brillo que tantas historias había inspirado se debía a que la atalaya estuvo recubierta de una mezcla de mortero de cal y paja prensada. Un hallazgo que acabó con siglos de mitos y leyendas, pero no con el atractivo de este icónico monumento.
Pero hay más. Cuenta otra supuesta leyenda sobre la Torre del Oro que desde su base había una enorme y gruesa cadena cruzando el río destinada a cortar el paso a naves enemigas. Lo único cierto es que existía una pasarela acuática, formada por varias naves unidas por cadenas que conectaban la ciudad con Triana.
Fue esa construcción la que, en el año 1248, en plena Reconquista Cristiana, destrozó la flota de Ramón de Bonifaz, que remontó el Guadalquivir para asediar la ciudad. En esa expedición iban muchos marinos asturianos y cántabros, lo que explica que hoy en día la Torre del Oro esté inmortalizada en el escudo de Cantabria y en los de localidades como Avilés, Santander, San Vicente de la Barquera o Castro Urdiales.
Museo Naval de la Torre del Oro: un viaje a la historia
Como muchos de los edificios del Medievo tras la Reconquista, a lo largo de los siglos la Torre del Oro se utilizó para diversos propósitos. Tras la conquista cristiana de Sevilla, la torre dejó de tener una función defensiva y pasó a ser una capilla dedicada a San Isidoro. Después, la vieja torre también sirvió como prisión, almacén de pólvora y hasta fue la oficina de la Capitanía de Puerto y Comandancia Naval.
La atalaya fue finalmente declarada Monumento Histórico-Artístico en el año 1931, tras lo que se acometieron varias restauraciones durante el siglo XX, en parte gracias a la labor de la Armada, que ha dedicado esfuerzos a su conservación.
Desde 1944 alberga el Museo Naval de Sevilla, cuyo objetivo es dar a conocer la historia naval de la ciudad y la importancia del Guadalquivir, por el que navegaron insignes marineros que cambiaron la historia. Para su inauguración se trasladaron más de 400 piezas desde el Museo Naval de Madrid.
En sus dos plantas, el museo reúne diversos objetos y documentos de gran valor histórico. La planta baja trata sobre la historia marítima de la torre, el puerto, el Guadalquivir y la propia ciudad de Sevilla.
En la planta superior, por su parte, están expuestos diversos instrumentos de navegación y reproducciones a escala de barcos históricos. Asimismo, los apasionados de la historia pueden deleitarse con cartas náuticas, grabados e importantes documentos relacionados con la historia de la Armada española, el descubrimiento de América y la vuelta al mundo de Magallanes.
La visita por la Torre del Oro finaliza en una terraza panorámica que ofrece unas magníficas vistas del río y del casco antiguo de Sevilla, con la Catedral y la Giralda como bonito telón de fondo.
Recomendaciones para la visita a la Torre del Oro
Monumento de obligada visita durante un paseo por el casco antiguo de Sevilla, la ilustre Torre del Oro evoca los tiempos medievales de la ciudad y la importancia que tuvo su puerto incluso antes del descubrimiento de América.
Si te encuentras preparando una escapada andaluza a la capital sevillana te recomendamos que reserves tu hotel en Sevilla con tiempo, puesto que se trata de una ciudad muy turística en la que las opciones de alojamiento se reducen en temporada alta.
Una vez reservado donde dormir, podemos darte unos cuantos consejos sobre qué ver y hacer en Sevilla en tu escapada. La capital de Andalucía es famosa por la Giralda, pero también acoge impresionantes monumentos como la Catedral de Sevilla (la más grande del mundo de estilo gótico), el Alcázar y el Archivo de Indias, todos ellos declarados Patrimonio de la Humanidad.
Si te sobra tiempo, también te aconsejamos encarecidamente la visita a algunos monumentos y lugares como la Basílica de la Macarena, la Plaza de España, el Puente de Triana, la Casa de Pilatos, el Parque de María Luisa o el Palacio de San Telmo. También tienes la opción de hacer un free tour por Sevilla, una excelente manera de conocer lo más importante de la ciudad hispalense con un guía experto.
¿Cómo llegar a la Torre del Oro?
La Torre del Oro se encuentra en el centro de la capital sevillana, a orillas del Guadalquivir, concretamente, en el Paseo de Cristóbal Colón. De este modo, la mejor opción para visitarla es llegando a pie dando un paseo por el casco antiguo o tomar el transporte público.
En autobús las líneas 3, 21, 40, 41, 42, A2, C4 y EA llevan a la parada de Paseo de Colón, muy próxima a la torre. Para llegar en Metro será necesario tomar la línea 1 y bajarse en la parada de Puerta Jerez). ¡Ah! Y no te olvides que estás en Sevilla, por lo que tienes hasta la opción de llegar tras un bonito paseo en calesa. ¡Muy recomendable!