Parque Natural de Ponga, descubre un paraíso verde en el corazón de Asturias
El Parque Natural de Ponga representa un paraíso terrenal entre las montañas asturianas. Un auténtico territorio de aventuras donde la posibilidad de practicar senderismo, rutas en bicicleta y en general, los deportes al aire libre, hacen de esta una de las mejores zonas para los amantes del turismo activo y la naturaleza.
Hoy te contaremos todo lo que tienes que saber sobre el Parque Natural de Ponga y te daremos consejos para aprovechar tu visita lo máximo posible. ¡Allá vamos!
Parque Natural de Ponga, un remanso natural de paz
Situado en la montaña centro-oriental de Asturias, entre el Parque Nacional de los Picos de Europa y el Parque Natural de Redes, se encuentra uno de los tesoros naturales de Asturias. El Parque Natural de Ponga, con una superficie de más de 20.000 hectáreas repletas de una gran diversidad, se perfila en un amplio cordal de media montaña al oeste de los Picos de Europa.
El espectacular paisaje del Parque Natural de Ponga es el típico de las montañas centro-orientales de Asturias, que han sabido preservar la mayoría de sus recursos naturales, geológicos, vegetales y animales.
Prueba de ello es que el maravilloso Parque Natural de Ponga conserva una gran cantidad de bosques, sobre todo hayedos como los del monte Peloño, con más de 200.000 árboles, el mejor conservado de toda la Península Ibérica. La zona también destaca por tener una gran cantidad de ríos, riachuelos y pequeños cursos de agua, producto del deshielo de las cumbres más altas. Además del río Sella, el más importante y que atraviesa la zona oriental del parque, destaca el río Ponga, que atraviesa el municipio de sur a norte. Son frecuentes también los arroyos como Roabín, río Mojizo, río Porciles y Santa Bustia.
Geológicamente, el Parque Natural de Ponga sobresale por tener varias cumbres cercanas a los 2.000 metros, albergando picos como El Abedular (1.813 m.), Les Pandes (1.879 m.), Peña Ten (2.142 m.), Campigüeños (1.838 m.), Maciéndome (1.899 m.) o Tiatordos (1.951 m.).
Es por ello por lo que el Parque Natural de Ponga se ha convertido en el destino favorito de muchos aficionados al turismo activo y los deportes de montaña. Y es que el hábitat de Ponga es el más idóneo para esas personas que adoran hacer rutas y planear excursiones en la naturaleza. También es ideal para los que buscan una escapada de relax en un alojamiento rural disfrutando de las increíbles panorámicas de estas montañas. Una cosa que hacer en Asturias si quieres descubrir la esencia natural del norte de España.
¿Qué hacer en el Parque Natural de Ponga y sus alrededores?
Existen pocos rincones en el Parque Natural de Ponga que no deparen una vista cautivadora. Desde sus atalayas podemos asomarnos al bosque del Peloño, al Valle Moru, a la Foz de La Corina o a la Ventaniella, todos ellos ejemplos de los maravillosos lugares que puedes descubrir en Asturias.
Las serpenteantes carreteras del Parque Natural de Ponga se encargan de unir puertos de montaña con una gran cantidad de encantadoras aldeas perdidas en las montañas asturianas, desde las que salen multitud de sendas y rutas. Ni siquiera en las riberas de los ríos el paisaje pierde su lado más salvaje, ya que los cursos fluviales se encajonan entre abruptas gargantas y desfiladeros.
El parque de Ponga representa también un hábitat con una gran diversidad animal, donde abundan especies como los venados, que se refugian en estos frondosos bosques. Si te encanta la naturaleza, puedes aprovechar la época de berrea, al final del verano, que representa una magnífica ocasión para explorar estos bosques y disfrutar del espectáculo animal al amanecer o el atardecer.
Entre los pueblos más destacados en el ámbito del parque recomendamos encarecidamente la visita a localidades como San Juan de Beleño, Taranes o Sobrefoz. Si te encanta la aventura también puede ser muy interesante la visita al pueblo deshabitado de Vallemoro. En todos estos enclaves podrás descubrir un interesante patrimonio arquitectónico de tipo popular, en el que destacan casonas de montaña al estilo asturiano, con su establo, sus cuadras y sus hórreos. También verás bonitas casas de estilo indiano con sus amplias galerías acristaladas que te transportarán a otro tiempo.
Por último, como en todo Asturias, la zona puede presumir de una deliciosa y auténtica gastronomía. El pote asturiano, las fabes con jabalí o el estofado de venado son típicos de Ponga y no deberías irte sin probarlos. Entre las variedades de queso sobresale el de los Beyos, uno de los secretos lácteos de estas tierras. Un queso menudo, semiduro o duro bastante cremoso que desprende un aroma suave y tiene un sabor ligeramente ácido.
¿Cómo llegar al Parque natural de Ponga?
El Parque Natural de Ponga está situado en el mismo concejo de Ponga. Se extiende por el sector centro oriental de la Cordillera Cantábrica y limita al sur con la provincia de León. Es posible llegar desde Cangas de Onís por la carretera N-625, desviándose posteriormente por la local PO-2 en dirección San Ignacio-Beleño.
También es posible llegar al Parque Natural de Ponga desde la localidad de Sevares, en el concejo de Piloña, por la carretera AS-261. Esta vía, la AS-261, comunica la población de San Juan de Beleño, donde está situado el Centro de Visitantes, con el resto de los pueblos del concejo de Ponga, desde donde puedes acceder a las diversas rutas de senderismo que recorren este parque natural.
Si estás planificando una escapada por los Picos de Europa, nuestra recomendación es que te alojes en alguno de los alojamientos de Cangas de Onís, ya que se trata de una localidad dotada con bastantes servicios de hostelería y hotelería. Sin duda, un buen punto de partida para disfrutar de los atractivos de esta zona como el propio Parque Natural de Ponga, la impresionante Ruta del Cares, el Naranjo de Bulnes, los increíbles lagos de Covadonga o los preciosos pueblos de Cangas de Onís y Arriondas. Si eres un amante de la aventura, descubre nuestro catálogo de actividades en Asturias porque el Parque Natural de Ponga es uno de los lugares más demandados y sorprendentes.