Catedral de Granada: la obra maestra del renacimiento español
La Catedral de Granada, también conocida como Catedral de la Encarnación, está considerada una de las obras maestras del Renacimiento español. Sin duda, una visita imprescindible que hacer en la capital granadina.
Pensada para servir de referente del cristianismo en el último bastión musulmán de España, este templo ofrece muchas y muy buenas razones para dejarse caer por allí. Hoy te damos las pistas que necesitas para no perderte nada en tu visita.
Catedral de Granada, un majestuoso templo que no te dejará indiferente
Desde el nivel de la calle es difícil apreciar la inmensidad de la encajonada Catedral de Granada. No obstante, la Santa Iglesia Catedral Metropolitana de la Encarnación de Granada, que es su nombre completo, es una obra monumental y una de las catedrales más grandes de España.
En la actualidad, es considerada la primera iglesia renacentista española y uno de los mayores exponentes de dicho estilo arquitectónico. ¿Quieres conocer un poco más sobre su apasionante historia? ¿O las curiosidades sobre su construcción? En caminoon.com te lo contamos todo.
Historia de la Catedral de Granada
Cruce de culturas y caminos, lo cierto es que Granada tiene una de las historias más apasionantes de todo cuanta ciudad española existe. Su pasado como reino árabe y la posterior conquista por parte de Castilla han dejado un legado cultural de incalculable valor. Y, como no podría ser de otra forma, la Catedral de Granada no ha sido ajena a todo ello, siendo una pieza importante en la historia de la ciudad.
Los orígenes de la actual catedral se remontan a la caída de Granada en 1492, fundándose el cabildo y consagrando la catedral construida sobre la Mezquita Real de la Alhambra. Y es que el Reino había cambiado, por lo que era prioritario establecer una catedral cristiana como elemento representativo del nuevo poder.
La repentina muerte de Isabel la Católica en 1506 propició la construcción de la Capilla Real para darle sepultura, en el lugar que ocupaba entonces la mezquita mayor. El emplazamiento, en el centro de Granada, serviría para comenzar a construir la nueva catedral, cuya primera piedra se colocó el 25 de marzo de 1523, día de la Encarnación, bajo la dirección de Enrique Egas, arquitecto predilecto de los Reyes Católicos.
Las obras de la nueva catedral pasarían en 1529 a manos de Diego de Siloé, que modificó el proyecto para conferirle mayor grandiosidad al templo gótico y darle una apariencia mucho más renacentista. Culminaría así un templo de cinco naves que no vería el final de las obras hasta 1704, con la conclusión de la bóveda central del segundo crucero. Quedaron sin levantarse dos torres previstas, dejando la fachada actual con una sola. Curiosamente, la Catedral de Granada se consagró en 1946 por las sospechas de que no lo estuviera con anterioridad.
Arquitectura y detalles relevantes de la Catedral de Granada
Antes de pasar al interior de la Catedral de Granada, conviene detenernos en su fachada principal. Su autor es Alonso Cano, pintor, escultor y arquitecto del siglo XVII, quien no pudo ver la obra terminada. La fachada es un notable ejemplo del barroco, con una característica triple arcada coronada por seis pináculos y una gran cruz central que miran a la pequeña plaza de las Pasiegas.
Una vez en el interior, se descubre un grandioso templo de cuerpo basilical de cinco naves, con una planta que da protagonismo central a la eucaristía, próxima a los fieles, y que reserva su capilla mayor como función funeraria, según los deseos de Carlos V. El diseño catedralicio guarda numerosas similitudes con la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, al combinar una planta de basílica con una planta central dedicada a las honras fúnebres y que la diferencia de la tradición de las catedrales europeas.
Otro aspecto que llama la atención del interior de la catedral granadina es su luminosidad, materializando el ideal bíblico de que la luz es vida, fuerza y plenitud. Los altos ventanales permiten la entrada de luz blanca que refleja en el enlosado blanquinegro y se apoya en la claridad de las paredes encaladas, que esconden un motivo higiénico propio de la época. Mientras, las vidrieras de la Capilla Mayor aportan cierta policromía al conjunto, generando un interesante contraste.
La Capilla Mayor de la Catedral de Granada
El interior de la Catedral de Granada destaca también por las 15 capillas y altares perimetrales que lo componen. Pero, por encima de todas ellas, la Capilla Mayor merece la máxima atención. “La más noble Capilla Mayor del orbe cristiano”, tal y como la definió el arquitecto Fernando Chueca Goitia.
Como ya se ha comentado, la Capilla Mayor constituye un elemento central en la historia del templo, al haber sido concebida originalmente como panteón real por petición de Carlos V. La decisión de Felipe II de construir el Monasterio de El Escorial y enterrar allí a los reyes españoles desbarató la idea de su padre.
La centralidad del Altar Mayor deja a sus espaldas el espacio ocupado por la Capilla Mayor, una amplia rotonda con deambulatorio de siete arcos sobre los que se disponían los nichos previstos para los féretros de los monarcas. Sobre ellos, siete pinturas del propio Alonso Cano y por encima 14 vidrieras cromáticas.
La Catedral de Granada aúna otras muchas joyas artísticas. Por ejemplo, sus dos espléndidos órganos del siglo XVIII situados en el lado de la epístola y del evangelio, respectivamente, construidos por Leonardo Fernández Dávila. También destaca el facistol, el atril sobre el que se colocan los libros corales, diseñado por Alonso Cano en 1652. O los púlpitos barrocos del XVIII, elementos también característicos de la época desde donde proclamar la palabra de Dios.
Junto a todo ello, las 15 restantes capillas interiores conforman esta magnífica Catedral de Granada, una visita imprescindible en la ciudad nazarí.
Recomendaciones en tu visita a la Catedral de Granada
Granada es una de las ciudades más visitadas de Andalucía. Por eso si estás planificando una escapada por la ciudad, te recomendamos que prepares tu viaje con tiempo y reserves hotel en Granada cuanto antes. No olvides que según la época en que viajes, la oferta de hospedaje de la ciudad nazarí se reduce considerablemente, haciéndose difícil encontrar buenos precios para dormir.
Una vez reservado tu alojamiento, ya solo te quedará organizar tu escapada. ¿Quieres algunas pistas? Lo cierto es que la lista de lugares interesantes podría ser casi interminable. Además de la archifamosa Alhambra y su Generalife, no te puedes marchar de la ciudad sin al menos visitar el barrio del Albaicín, el monasterio de La Cartuja y el barrio del Sacromonte. ¡Ah! Y si subes al Albaicín, tampoco te olvides de acercarte al mirador de San Nicolás, desde donde verás la mejor panorámica de la ciudad nazarí que puedas imaginar.
Por último, te recomendamos que valores la opción de hacer un free tour por Granada, una de las mejores formas de empezar a conocer los principales atractivos de la ciudad.